11-11-2018, 01:09
INDYCAR - EL ESPAÑOL, SATISFECHO, NO PUDO EVITAR EL DESENCANTO TRAS BRILLAR Y TENER LA VICTORIA AL ALCANCE
Fernando Alonso se queda con el consuelo de la foto de líder en Indianápolis
![[Imagen: 4q3eip.jpg]](http://i63.tinypic.com/4q3eip.jpg)
Sus palabras eran de agradecimiento y satisfacción, pero su rostro emitía gestos de desencanto, el de quien lo ha tenido tan cerca que casi pudo imaginarlo, rozarlo con los dedos. La mezcla de sensaciones era clara en Fernando Alonso, tras haber asombrado durante casi tres cuartos de carrera a todo el mundo en las 500 Millas de Indianápolis.
"Fue una sensación única pasar por la torre en la vuelta 37 y ver mi nombre como líder. Pensaba en que Zak Brown o alguien del equipo hiciera la foto para tenerla en casa. Una experiencia increíble y quiero dar las gracias a la Indycar, a Indianápolis, a los fans, porque me he sentido como en casa y me he sentido muy orgulloso de correr aquí", afirmaba el español tras la prueba.
Fueron casi dos horas de sentir que se estaba viendo algo único y que eso llegaba a cada unos de los 350.000 espectadores que abarrotaron el circuito. Y que eso traspasaba a España por la pequeña pantalla de telelvisión y las webs que seguían en directo una fecha histórica.
![[Imagen: mmvqir.jpg]](http://i66.tinypic.com/mmvqir.jpg)
De hecho, Fernando se vio en la terna de favoritos por mucho tiempo y así lo reconocía luego. "Me he sentido muy competitivo y luego ha habido momentos complicados, porque Helio (Castroneves) y algunos otros han sido muy afortunados sin las banderas amarillas. En una carrera sin problemas, Alexander Rossi, Hunter-Reay y yo nos hubiéramos ido media vuelta. Pero esta es la naturaleza de esta carrera, tener suerte en determinados momentos. Y yo tuve mala suerte con las banderas a veces", expuso sin cortapisas y convencido de lo que sostenía, que había sido de los mejores y más regulares.
Precisamente Castroneves, se cruzó con Alonso en la sala de prensa y ambos se felicitaron por sus actuaciones. "Tu motor era muy rápido, pero el de Sato era un motor malvado", le dijo Helio en su precario castellano, para indicarle que no pudo echarle el guante en las últimas 8 vueltas, aunque estuvo a punto. "Es que él es japonés", le contestó Fernando, bromeando sobre el hecho de que su nacionalidad coincide con la de Honda.
Felicitaciones.
![[Imagen: 2q9dmq9.jpg]](http://i68.tinypic.com/2q9dmq9.jpg)
Fuera de esa broma, Fernando felicitó con sinceridad al nipón, rival en el Gran Circo a mediados de los 2000, con el que tuvo sus batallas como la de ayer, pero un apoyo en estas dos semanas. "En todos las reuniones de la mañana y de la tarde, él ha sido una de las mejores ayudas que he tenido. Viene de la F1 como yo y me ha dado muchos y valiosos consejos. En las últimas vueltas estaba realmente apoyando a Sato y me ha encantado que se llevara la victoria", concedió el asturiano.
El reto no acabó con el mejor final, pero no ha sido en balde y en eso no había atisbo de arrepentimiento. "Obviamente, estoy disgustado por no poder acabar la carrera, porque siempre que compites quieres ver la bandera a cuadros, pero ha sido una gran experiencia en las dos últimas semanas. Vine aquí básicamente a probarme o desafiarme a mí mismo, porque sabía que puedo ser tan rápido como cualquiera en un Fórmula 1, pero no sabía si lo podía ser en la Indycar y es fantástica esta sensación de competitividad que tengo", aseguraba.
En un momento de la rueda de prensa, su mánager le alcanzó un brick de leche, tradicional para los competidores al final de la Indy y Fernando bebió ante los aplausos de los periodistas estadounidenses, agradecidos por el guiño a la tradición. "No es mi bebida preferida, pero lo hago hoy por vosotros, gracias", dijo.
Tras el final inesperado, Fernando no sabe aún si regresará, pero deja caer que volverá para intentar la victoria en estas 500 Millas de Indianápolis. "Me gustaría. Si vuelvo aquí ya no será todo nuevo, como las resalidas o los pit stops y este tipo de cosas, y la adaptación será más rápida. Veremos en los años venideros si regreso, porque el desafío sigue pendiente, al no haberlo conseguido", cerró el español entre aplausos.
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Fernando Alonso se queda con el consuelo de la foto de líder en Indianápolis
Sus palabras eran de agradecimiento y satisfacción, pero su rostro emitía gestos de desencanto, el de quien lo ha tenido tan cerca que casi pudo imaginarlo, rozarlo con los dedos. La mezcla de sensaciones era clara en Fernando Alonso, tras haber asombrado durante casi tres cuartos de carrera a todo el mundo en las 500 Millas de Indianápolis.
"Fue una sensación única pasar por la torre en la vuelta 37 y ver mi nombre como líder. Pensaba en que Zak Brown o alguien del equipo hiciera la foto para tenerla en casa. Una experiencia increíble y quiero dar las gracias a la Indycar, a Indianápolis, a los fans, porque me he sentido como en casa y me he sentido muy orgulloso de correr aquí", afirmaba el español tras la prueba.
Fueron casi dos horas de sentir que se estaba viendo algo único y que eso llegaba a cada unos de los 350.000 espectadores que abarrotaron el circuito. Y que eso traspasaba a España por la pequeña pantalla de telelvisión y las webs que seguían en directo una fecha histórica.
De hecho, Fernando se vio en la terna de favoritos por mucho tiempo y así lo reconocía luego. "Me he sentido muy competitivo y luego ha habido momentos complicados, porque Helio (Castroneves) y algunos otros han sido muy afortunados sin las banderas amarillas. En una carrera sin problemas, Alexander Rossi, Hunter-Reay y yo nos hubiéramos ido media vuelta. Pero esta es la naturaleza de esta carrera, tener suerte en determinados momentos. Y yo tuve mala suerte con las banderas a veces", expuso sin cortapisas y convencido de lo que sostenía, que había sido de los mejores y más regulares.
Precisamente Castroneves, se cruzó con Alonso en la sala de prensa y ambos se felicitaron por sus actuaciones. "Tu motor era muy rápido, pero el de Sato era un motor malvado", le dijo Helio en su precario castellano, para indicarle que no pudo echarle el guante en las últimas 8 vueltas, aunque estuvo a punto. "Es que él es japonés", le contestó Fernando, bromeando sobre el hecho de que su nacionalidad coincide con la de Honda.
Felicitaciones.
Fuera de esa broma, Fernando felicitó con sinceridad al nipón, rival en el Gran Circo a mediados de los 2000, con el que tuvo sus batallas como la de ayer, pero un apoyo en estas dos semanas. "En todos las reuniones de la mañana y de la tarde, él ha sido una de las mejores ayudas que he tenido. Viene de la F1 como yo y me ha dado muchos y valiosos consejos. En las últimas vueltas estaba realmente apoyando a Sato y me ha encantado que se llevara la victoria", concedió el asturiano.
El reto no acabó con el mejor final, pero no ha sido en balde y en eso no había atisbo de arrepentimiento. "Obviamente, estoy disgustado por no poder acabar la carrera, porque siempre que compites quieres ver la bandera a cuadros, pero ha sido una gran experiencia en las dos últimas semanas. Vine aquí básicamente a probarme o desafiarme a mí mismo, porque sabía que puedo ser tan rápido como cualquiera en un Fórmula 1, pero no sabía si lo podía ser en la Indycar y es fantástica esta sensación de competitividad que tengo", aseguraba.
En un momento de la rueda de prensa, su mánager le alcanzó un brick de leche, tradicional para los competidores al final de la Indy y Fernando bebió ante los aplausos de los periodistas estadounidenses, agradecidos por el guiño a la tradición. "No es mi bebida preferida, pero lo hago hoy por vosotros, gracias", dijo.
Tras el final inesperado, Fernando no sabe aún si regresará, pero deja caer que volverá para intentar la victoria en estas 500 Millas de Indianápolis. "Me gustaría. Si vuelvo aquí ya no será todo nuevo, como las resalidas o los pit stops y este tipo de cosas, y la adaptación será más rápida. Veremos en los años venideros si regreso, porque el desafío sigue pendiente, al no haberlo conseguido", cerró el español entre aplausos.
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