Desmontando la F1

La F1, si algo es y mucho antes que un deporte, es un circo en el que se reune gente muy poderosa rodeada de mujeres (pit babes) tan increíblemente hermosas que nadie entiende que los pilotos no las escojan como esposas. Nótese la ironía. Perdón, pero es que al hablar de mujeres siempre me desvío La palabra podesora (poder-osa) me recuerda a la política ¿Política? Uhm. La diferencia entre la F1 y la política es, tristemente, muy sutil:

1. El deporte se define (o debería definirse) como la superación personal de una o varias personas (un Equipo Humano) en un determinado ámbito en el que destaca el mejor (o, de nuevo, así debería ser). No siempre es algo físico, el Ajedrez es un deporte intelectual.
2. La política somos nosotros, es Nuestra superación como Colectivo (o debería). Todos queremos mejorar como sociedad. Bueno, no todos; la ironía es tan cruel que ni me voy a molestar en decir quienes son aquellos que no luchan por este ideal.
Dónde hay poder siempre hay intereses, conflictos, luchas, envidías, y un larguísimo etcétera de improperios que atropellan al eslabón más débil.

El Padre de todos estos improperios es la ambición enfermiza del que se cree poderoso por tener dinero. Subrayo el cree porque puede que acabe siendo real si la ley de seguridad ciudadana sale adelante. ¿Ha sufrido la palabra poder las consecuencias de lo que denominó como neolengua el Intelectual George Orwell en 1984? ¿Es cierto, como parece y se da por hecho, que hablar de política es inherente a hablar de poder y corrupción? ¡Uhm! Si así fuera habría que desechar la palabra política y comenzar a hablar de liderazgo y de intelectuales. Y siguiendo la analogía, hablar de deportistas, de empresarios y periodistas con escrúpulos. En resumen, digo lo obvio porque parece que hay que hacerlo: hay que hablar de gente con vocación.

Volviendo a la F1, aclaro y reaclaro que no estoy acusando a nadie ni tampoco lo hace Zeta —autor del siguiente documento que me ha llegado a través de un #metagato—. Zeta lo único que hace es recopilar declaraciones de los poderosos del circo de la F1. Su circo, no el nuestro, que sólo seguimos el deporte por sus conceptos de ingeniería, de creatividad, de pilotos que doman y entienden máquinas salvajes creadas por esa creatividad e inteligencia humana. El documento es éste:


Qué cada uno saque sus conclusiones. Es lo que hice yo al redactar este post. Para quién no siga la F1 o no tenga interés en leer las 17 páginas, lo que se observa es cómo un deporte como la F1, que mueve miles de millones de euros, no tiene un reglamento claro ni unos organismos capaces que lo regulen. Las decisiones las toma El Jefe, que va amenazando con desvelar secretos de los equipos (o más bien de sus dirigentes) si no se hace lo que él dice. Él hace y deshace; Él es el Dios de su circo. En 2012 ya se vio en la última carrera (GP de Brasil) como el ganador del mundial consiguió la posición que necesitaba para proclamarse campeón, y lo hizo adelantando ilegalmente repetidas veces cuando había banderas amarillas. El reglamento es tan claro y la sanción tan común que no se entiende nada. La bandera amarilla indica a los pilotos que preserven la seguridad de todos debido a un accidente o a que haya peligro en la pista. El objetivo es que no haya muertes ni accidentes de pilotos, de espectadores o de comisarios, que son los que trabajan a pie de pista para quitar trozos de coche tras un accidente. Hay varios casos de muerte y por eso se saca bandera amarilla y no se puede adelantar. Todos los pílotos, por normativa, deben reducir la velocidad y quién mejore su tiempo en un tramo de la carrera (sector) será sancionado. A pesar de toda la parrafada anterior, el que hoy se condisera campeón mundial de 2012 adelantó repetidas veces con bandera amarilla para mitigar el grave error que le relegó a las últimas posiciones.

En la F1 sí se puede y se debe sancionar a posteriori una acción si existen pruebas. Y las había. ¿Qué pasó? Si esto se hace día sí y día también (según de el viento, claro, es lo que tiene la F1). Pues los aficionados empezamos a hacer ruido. Como resultado apareciendo videos falsos (fakes) que demostraban que nos estábamos inventando todo. Ya… todos tenemos las carreras de las distintas televisiones y nos querían tomar el pelo. ¿quién? Buah, a saber, pero Ferrari pidió explicaciones sibilinamente, como con miedo a algo, una actitud extraña para quién ha perdido un mundial que le pertenecía. Si Enzo Ferrari viviese habría puesto sus cojones sobre la mesa, pero, en cambio, pasó lo que predijo Ecclestone:

Cita:Ecclestone: “No pasará nada. ¿Qué pueden hacer? ¿Llevarlo a los tribunales? Quizá. Pero el caso está muerto antes de empezar. Nada va a pasar. En los reglamentos puedes protestar, pero Ferrari perdió su oportunidad.”

Vamos, que El Jefe te dice que el reglamento avala tu protesta pero Ferrari es tan estúpida que pudiendo conseguir legalmente y moralmente un mundial que le pertenece, lo desechó. Sin más. Adiós mundial. Adiós a vender más Ferraris. Adiós a usarlo como reclamo publicitario. No tiene sentido. No, no, claro que lo tiene pero en esas esferas es mejor no moverse si no quieres acabar muy mal. De hecho si me permito escribir esto es porque no tengo miedo a ser libre, como tampoco lo tiene Zeta, ni lo tiene Fernando Alonso, que admiro por la cruzada que lleva combatiendo desde que aterrizó en la F1. Muchos me preguntan por qué admiro a alguien tan estúpido como él, pues bueno, lo hago porque mientras unos piensan que es estúpido porque la prensa rosa lo muestra como tal, y todo por negarse a participar en esa prensa, otros valoramos lo que hace. La F1 no deja de ser un hobbie, pero llamar estúpido a alguien son palabras mayores. Que cada uno cargue con su consciencia que yo ya me encargo de la mía. Y para ser del todo sinceros, también hay prensa deportiva que no lo traga, pero es normal que no lo traguen, sois periodistas y no contáis la verdad. Ya me gustaría cobrar por ello, que aquí ni cobro y encima el artículo es Creative Commons.

Desde 2012 y tras lo sucedido en el Gran Premio de Brasil, no creo en Ferrari y todo por culpa de sus dirigentes que sí tienen miedo. ¿A qué? Si Ferrari quiere puede montar(como ya amenazó) una F1 alternativa sin tanta corrupción ni tanto circo pero no lo hace: intereses. ¿cuáles? Que los periodistas hagan su trabajo, que estoy harto de ver previos de carrera tan estúpidos como inútiles. Al menos ya hablan de ingeniería y de mecánica, pero nos ha costado conseguirlo.

Tras leerlo parece claro y obvio que en 2014 van a cambiar muuuuuuchas cosas. El eterno jefe de la F1 está más cuestionado que nunca y todo gracias a gente como Zeta que lucha por la Verdad. Y lo único que hizo fue perder su tiempo en crear un documento en el que se ve, claramente, la linealidad y la conexión existente entre las declaraciones de gente del mundillo de la F1. Es escandoloso, una tomadura de pelo de mal gusto. Como dato, Bernie Ecclestone está siendo juzgado por otros asuntos.

Alguien debería explicar cómo es posible que en un deporte de Motor exista un equipo que se llama Red Bull que gasta más que nadie, humillando a marcas legendarias como Ferrari, Mclaren o Mercedes. ¿Qué pasa, que todo vale? ¿Somos los aficionados consumidores sin más, productos de publicistas sin escrúpulo? Sí, he dicho que somos productos. Producto de un producto, y el dinero desaparece estúpidamente cuando podría estar invertido en sanidad, pobreza o ciencia. En vez de eso tenemos un gobiero que crea leyes de seguridad ciudadana, que usando la RAE, no entiendo que tiene de seguridad ni por qué es ciudadana. Neolengua estúpidos. Neolengua, repítelo: neolengua. Yo quiero una ley que luche por nosotros y no por proteger a los poderosos. El poder se autoprotege y ahora nos van a perseguir. Este post tendré que eliminarlo para no acabar denunciado y con un multazo que me hipotecará de por vida. Y todo por relatar la Verdad.

En el deporte parece que algo está cambiando. Está emergiendo un sentimiento de culpa entre periodistas que se niegan a seguir traspasando la delgada línea entre ganar dinero y lo que debería ser su profesión: vocación. Otro ejemplo se está dando en el fútbol. El tal Pedrerol nos trata de estúpidos que le atacamos por envidia, por su éxito. Mira chaval, mientras tu tienes un medio para hablar, lo usas para lo que lo usas, y yo antes era seguidor de tu programa. Y ahora me repudias. Me vomitas. Me desprecias. Háztelo mirar, que te jactas de darlo todo por tu audiencia pero lo único real es que vomitas sobre nosotros.

Hasta otra

Fuente: Alone Against