(16-09-2012, 01:44)DE-ZETA-TE escribió: LA ESPAÑA QUE NO SE MERECE A FERNANDO

Yo el primero en muchos post, y con la metáfora del Viejo Tercio Los Recios de Don Fernando, he arremetido más de una vez contra el establishment anglosajón y alemán de la F1, que tanto ha intentado e intenta ningunear la figura de Fernando Alonso como uno de los mejores pilotos de la Historia de este deporte, si no el mejor.

PADRES de la SANTA maFIA: YO CONFIESO

Hoy no utilizaré ni la épica ni el sentimiento desbordado. Hoy voy a hablar serio y muy claro.

Poco he comentado de algo que es mucho peor que lo que quise expresar en aquel artículo. Mucho más doloroso y mucho más incomprensible, si no me detengo a pensar en que el deporte nacional de este nuestro país es, precisamente, la envidia.

No me entra en la cabeza qué, a estas alturas y después de todo lo acontecido, con la lección que está dando Fernando este año (que incluso está derribando tópicos en Gran Bretaña y Alemania) todavía se vean y se lean cierto tipo de cosas aquí, en España. Es muy triste ver cómo en nuestra propia patria se prefiera que uno de nuestros mejores deportistas pierda en vez de ganar. Se le reste siempre que se puede méritos, virtudes, logros, profesionalidad. O esté a punto de perder la vida por culpa de la excesiva fogosidad de un rival, y se le quiera restar importancia. Por no hablar de la constante crítica a su carácter y manera de ser.

Si querid@s Safetys: LA ENVIDIA. Ese ácido corrosivo tan imbrincado en nuestra cultura, que es tal en lo que respecta al Nano que los llamados "antialonsistas" llevan años deseando que un español, Fernando Alonso, pierda y fracase. Se ponen enfermos cuando triunfa, cuando recibe el reconocimiento nacional e internacional a su descomunal talento.

Pero no es solo esta característica del carácter hispano que tan bien describiera un Viejo Tercio y Gran Literato español, Don Francisco de Quevedo:

"La envidia va tan flaca y amarilla porque muerde y no come."

Tiene tambien mucho que ver con el secular maniqueismo cainita de un país que siempre ha tenido a su peor enemigo dentro. Una nación donde se aupa y se rinde pleitesía al mediocre. Donde se celebra y se jalea con estúpido fervor y entusiasmo el fracaso del prójimo. Lo llevamos en el inconsciente colectivo, como un horrible estigma; somos un lugar permanentemente partido en dos mitades, irracionales cada una a su manera. E irreconciliables. Sólo aquí, en España - y sólo por estas dolorosas razones - se puede entender la inquina, la crítica feroz, la fobia y los palos, casi siempre injustificados, que lleva recibiendo todos estos años nuestro bicampeón.

¿Sólo eso, la envidia, el maniqueismo español, explica estas actitudes? No. Hay más.

La mediocridad de muchos de estos personajes les lleva, precisamente por falta de muchas más luces y experiencia en esto de la F1, a juzgar con dureza no solo los méritos deportivos de Fernando, si no también su manera de ser, de pensar y de actuar. Ignorancia pura y dura sobre el significado de ser piloto de élite. Y líder de nada menos que la Scuderia, el alma de Ferrari en estos momentos.

Allá por el mes de Febrero el ex-piloto de F1 Martin Brundle (actual comentarista de Sky Sports) daba pistas en una opinión reflejada en la revista británica Motorsport. Decía Martin qué, como todos los verdaderos Grandes Campeones, Fernando está pasando por el Gran Circo tomando de él lo que exclusivamente necesita. Ni quiere más, ni más nuevos ni mejores amigos dentro de él; ya tiene a los suyos de toda la vida, a los de verdad y más cercanos, incluso de los tiempos del colegio. De la F1 sólo pretende victorias y títulos.

Añadía Brundle que en esto Alonso y Senna son iguales. Los equipos de ambos giraban en torno a ellos; esto es una situación de gran presión, que no todos los pilotos son capaces de manejar ni estan capacitados para sobrellevar. Es necesario tener un carácter muy especial, una fortaleza mental y psicológica fuera de lo común. Que permita jugarse el pellejo en la pista para ganar frente a muy duros rivales. Y al mismo tiempo ejercer de líder de un gran grupo humano, lleno de talento y ego a su vez. El tipo de personalidad y carácter que hace falta para tan titánica empresa es el que es, el necesario y el que se espera. Y muchas veces poco o nada tiene que ver con ese, para mí equivocado, concepto de lo que se tiene actualmente por una personalidad "cool", con "talante", "políticamente correcta", de "buen rollo"...vendible, en una palabra. Y he aquí la otra mitad del problema.

Fernando y su personalidad, y su franqueza a la hora de tratar con lo que le rodea, le supone una fuente de conflictos. No es alguien precisamente preocupado por su imágen pública. No actúa ni habla de cara a ella, ni tiene afán alguno de caer bien. Un tipo sencillo, natural, al que no le gustan ni las hipocresías ni las dobleces, lo que le hace ser duro con ellas. Y además muy celoso de su intimidad. Una combinación explosiva para estas tribus de nuevos profetas de lo que debe ser una personalidad pública atractiva. Ahí se quedan no sólo los "antis", si no una parte de indeferentes "no alonsistas", y de la prensa, precisamente la menos especializada: Alonso el borde, el antipático...Qué pena...

He aquí unas cuantas razones que razono mueven a estos talibanes.

Con todo el respeto entiendo que no todo el mundo comparta lo que aquí nos mueve. Cada cual tenga su opinión, mientras respete la de los demás. El problema es lo irracional de muchas de estas posturas contra Fernando, contra los que nos consideramos "alonsistas". Muchas de ellas terminan resultando, a más de cargantes y ofensivas, totalmente absurdas, mezquinas y contra cualquier mínimo de sentido común. Para mejor argumentar lo que no deja de ser antipatía hacia la persona, ningunean los méritos del profesional. No los enumeraré de nuevo aquí.

Simplemente os digo, "antis", que es el líder de la más legendaria Scuderia de la Fórmula 1, de la más laureada. Hoy por hoy Ferrari es Fernando, y Fernando es Ferrari. Eso es mucho decir, y vuestros vacuos y vacíos argumentos solo pueden hacerse trizas contra el duro muro de esta realidad.

Bien queridos Safetys; para finalizar esta extensa reflexión os diré que no defiendo a Fernando porque me una a él ningún interés, o porque lo pretenda. Tampoco por fanatismo ni forofismo, de lo que estos personajes me acusarán sin ninguna duda.

Lo que me une a Fernando, y a tod@s vosotr@s, es ni más ni menos que las alegrías que nos ha dado a lo largo de todos estos años. El orgullo que nos ha hecho sentir con cada lección de pilotaje, con cada logro, con cada podio y con cada victoria. Y más ahora, con la que está cayendo ahí fuera y con el duro varapalo de vernos teniendo que pedir limosna (ampliamente cargada de duras condiciones) a cambio de darnos crédito para no quebrar...

Yo le estoy muy agradecido a Fernando, mucho. A él y a todos los deportistas españoles de élite. Son de los pocos que nos hacen sentirnos orgullosos de ser españoles. Son de los pocos capaces de arrancarnos lágrimas de emoción, cuando nuestra bandera ondea en el primer lugar del podio, y nuestro himno resuena en los más importantes eventos deportivos internacionales. Son de los pocos capaces aún de transmitirnos a los demás lo que significa pertenecer a esta Gran Nación que es España, y sentirse Español.



"Fernando el Grande es el Rayo.
Asistimos a su Retumbante Trueno.
Una Terrible Tormenta se acerca."

(11-04-2013, 10:07)Asturleones escribió: Os lo digo en serio, y no tiene que ver solo con la inquina que se vierte sobre Fernando (o cualquiera que destaque en algo en España): cada día que pasa me siento más lejos de mis paisanos. Vivo hace ya algunos años fuera de España y lo que observo desde fuera es que no solo no hemos aprendido mucho como pueblo estos 20 años, hemos retrocedido a la época de la picaresca, la intriga y los delatores. Fernando Alonso, Rafa Nadal, Pau Gasol, Alberto Contador .... la lista de los que "disfrutan" de amplios clubs "anti" es enorme .. y hablo sólo de deportistas...

Sí, estoy algo (bastante) decepcionado.

Nosotros a lo nuestro: sigo creyendo que el trabajo, el esfuerzo, el mérito de Fernando Alonso (y tantos otros) son dignos de admiración, modelo para mis hijos.