27-03-2012, 01:47
(Este mensaje fue modificado por última vez en: 27-03-2012, 03:23 por raf_alín.)
La victoria tubo todos los ingredientes emocionales para calificarla como épica. Ingredientes a los que se le sumaban las circunstancias previas del momento que está atravesando el equipo.
Circunstancias previas:
- Un equipo cuestionado y duramente criticado (me incluyo) desde el 2009 con un coche mediocre y unas decisiones políticas que tampoco ayudaban como la presencia en el muro de un Michael Schumacher tomando decisiones que no le correspondían y dando al traste con el trabajo de los verdaderos responsables.
- La forma en la que se perdió el mundial de 2010 en Abu Dabi.
- La descorazonadora temporada 2011 con la sensación de impotencia dejó en el equipo el no ser capaces de conseguir en ningún momento de la temporada hacer funcionar los escapes sopladores y de acercarse ni siquiera al rendimiento de los segundos.
- El mazazo interno (antes de que todos nos diésemos cuenta) que supuso poner el F2012 en pista en Jerez y darse cuenta de que estaban a años luz de lo que tenían planteado y de que iba a ser imposible solucionarlo para el comienzo de la temporada y que ésta se veía seriamente comprometida.
- El duro golpe contra el muro de la realidad que supuso cuando en la primera carrera se destapó ante todo el mundo el estado de las cosas, a lo que se podía aspirar ya que a pesar del intensísimo trabajo llevado a cabo en la fábrica, las soluciones de urgencia no funcionaron y no daban el potencial necesario .
La carrera:
- Un coche que venía de no pasar la Q3 en Australia. Que se quedó a mas de 8 décimas tanto en clasificación como en ritmo de carrera y que solo el talento Alonso y el buen trabajo en los pit stop evitaron lo que no se si nunca había ocurrido en un debut de Ferrari, quedarse ambos coches fuera de los puntos.
- Una clasificación en la que se corroboraba que no había mejoría y que la aspiración era minimizar pérdidas.
- Para colmo empieza a llover justo antes de la salida provocando un estrés impresionante en el muro recalculando todo lo concerniente a estrategias.
- Una carrera en la que aún comenzando bien para las aspiraciones que se tenían, se temió lo peor al fallar la telemetría y estuvieron temiendo una avería electrónica en cualquier momento o incluso quedarse sin gasolina al no tener datos exactos del consumo, teniendo que fiarlo todo al buen hacer de Alonso que tubo que ir comunicando en todo momento el estado del coche por radio. Y un final también épico aguantando las acometidas de Pérez.
Pues con todos estos antecedentes sobre las espaldas, ver que tu piloto lleva el coche hasta la línea de meta en primer lugar, ese momento tubo que ser una descarga brutal.
Si nosotros nos emocionamos imaginaros él que ha sufrido todo ello (y lo que no sabemos) en primera persona.
Imaginaros también a Montezémolo viéndolo en su nueva tele que se tubo que comprar después del GP de Australia (la otra sufrió un accidente).
Circunstancias previas:
- Un equipo cuestionado y duramente criticado (me incluyo) desde el 2009 con un coche mediocre y unas decisiones políticas que tampoco ayudaban como la presencia en el muro de un Michael Schumacher tomando decisiones que no le correspondían y dando al traste con el trabajo de los verdaderos responsables.
- La forma en la que se perdió el mundial de 2010 en Abu Dabi.
- La descorazonadora temporada 2011 con la sensación de impotencia dejó en el equipo el no ser capaces de conseguir en ningún momento de la temporada hacer funcionar los escapes sopladores y de acercarse ni siquiera al rendimiento de los segundos.
- El mazazo interno (antes de que todos nos diésemos cuenta) que supuso poner el F2012 en pista en Jerez y darse cuenta de que estaban a años luz de lo que tenían planteado y de que iba a ser imposible solucionarlo para el comienzo de la temporada y que ésta se veía seriamente comprometida.
- El duro golpe contra el muro de la realidad que supuso cuando en la primera carrera se destapó ante todo el mundo el estado de las cosas, a lo que se podía aspirar ya que a pesar del intensísimo trabajo llevado a cabo en la fábrica, las soluciones de urgencia no funcionaron y no daban el potencial necesario .
La carrera:
- Un coche que venía de no pasar la Q3 en Australia. Que se quedó a mas de 8 décimas tanto en clasificación como en ritmo de carrera y que solo el talento Alonso y el buen trabajo en los pit stop evitaron lo que no se si nunca había ocurrido en un debut de Ferrari, quedarse ambos coches fuera de los puntos.
- Una clasificación en la que se corroboraba que no había mejoría y que la aspiración era minimizar pérdidas.
- Para colmo empieza a llover justo antes de la salida provocando un estrés impresionante en el muro recalculando todo lo concerniente a estrategias.
- Una carrera en la que aún comenzando bien para las aspiraciones que se tenían, se temió lo peor al fallar la telemetría y estuvieron temiendo una avería electrónica en cualquier momento o incluso quedarse sin gasolina al no tener datos exactos del consumo, teniendo que fiarlo todo al buen hacer de Alonso que tubo que ir comunicando en todo momento el estado del coche por radio. Y un final también épico aguantando las acometidas de Pérez.
Pues con todos estos antecedentes sobre las espaldas, ver que tu piloto lleva el coche hasta la línea de meta en primer lugar, ese momento tubo que ser una descarga brutal.
Si nosotros nos emocionamos imaginaros él que ha sufrido todo ello (y lo que no sabemos) en primera persona.
Imaginaros también a Montezémolo viéndolo en su nueva tele que se tubo que comprar después del GP de Australia (la otra sufrió un accidente).