18-09-2018, 00:35
Todo pícaro y sinvergüenza, así como la mayoría de los delicuentes, saben que el paso del tiempo es un aliado perfecto para que la importancia y gravedad de sus fechorías se vayan desinflando, y que el olvido desdibuje las sombras de sus canalladas.
Saben que es rentable, y mucho, porque a la larga, solo una mínima parte de gente se acordará de ello, a otra no le interesará hacerlo por cercanía, y la máxima, habrá pasado página y estará en otra historia. Historias de cuyo discurrir no quiere acordarse.
No sabemos a ciencia cierta lo que sucedió con el famoso " espionaje" y sus implicados, y la declaración de Fernando. Tampoco sabemos si algún día se aclararán esas dudas.
Lo que me queda, claro clarito, es que Hamilton se benefició del cobijo rastrero que le brindó su protector y la prensa inglesa y no inglesa, para convertirse en el reputado piloto que es hoy para muchos . Que le vino de perlas, además, parecer el chico bueno e inocente que aparentó ser, para granjearse el apoyo dentro y fuera del circo, y obtener ventajas en todo lo que se requiere a la hora de moverse a equipos con coche puntero o futurible en "puntería" .
Todos hemos visto con nuestro ojitos (salvo el tuerto) todo lo sucedido entonces y cómo se le pasaba por alto de todo después, mientras que a Fernando no se le pasaba ni una.
Osea, lo de no por mucho repetido aquí, menos cierto.
Pero claro, como hay que olvidar y no se puede vivir en el pasado, pues no es lícito recordar que todo ello ha permitido al señorito Lewis tener sus cuatro títulos y un próximo en ristre, sin competencia justa y real, y a sabiendas de que el más directo competidor corría con todos los inconvenientes y, que incluso si se acercaba peligrosamente o le ganaba la partida claramente, pues se le menguaba por donde se podía y a seguir viviendo de las loas y laureles.
Pero yo no puedo. Porque sí ha habido consecuencias de ese pasado. Consecuencias que han mermado la gloria de quien merecía y podía haber disfrutado de esas victorias.
Estoy hablando desde una perspectiva personal.
Recuerdo, el último día que Fernando corrió de rojo y fue a felicitar a Lewis por su triunfo allá por el 2014. Saludó a toda la familia con efusividad Fue una de las pocas veces que he visto en Hamilton y su padre una sonrisa que se asemeja al respeto.
Me hubiera gustado saber más de fondo y menos de cámara.
Respeto a Hamilton en tanto lo respeta Fernando.
Ante eso, yo calladita.
Ahora que, el mimado ahijado de Dennis y su pernicioso padre, ha madurado en su vida y pilotaje, y se ha convertido, además, en polifacético profesional, que lo mismo te hace un pase en bóxer que te canta al oído, o se marca un posao fotográfico poniendo caritas de interesante y profundo, se le perdonan sus errores de juventud y aquí no ha pasado nada.
Todos cometemos errores. Igual que los habrá cometido Fernando en su momento.
¿Y eso lo justifica todo?
Conteniendo el ansia viva estoy, esperando esa exclusiva que nos va a dar el enterao!
Saben que es rentable, y mucho, porque a la larga, solo una mínima parte de gente se acordará de ello, a otra no le interesará hacerlo por cercanía, y la máxima, habrá pasado página y estará en otra historia. Historias de cuyo discurrir no quiere acordarse.
No sabemos a ciencia cierta lo que sucedió con el famoso " espionaje" y sus implicados, y la declaración de Fernando. Tampoco sabemos si algún día se aclararán esas dudas.
Lo que me queda, claro clarito, es que Hamilton se benefició del cobijo rastrero que le brindó su protector y la prensa inglesa y no inglesa, para convertirse en el reputado piloto que es hoy para muchos . Que le vino de perlas, además, parecer el chico bueno e inocente que aparentó ser, para granjearse el apoyo dentro y fuera del circo, y obtener ventajas en todo lo que se requiere a la hora de moverse a equipos con coche puntero o futurible en "puntería" .
Todos hemos visto con nuestro ojitos (salvo el tuerto) todo lo sucedido entonces y cómo se le pasaba por alto de todo después, mientras que a Fernando no se le pasaba ni una.
Osea, lo de no por mucho repetido aquí, menos cierto.
Pero claro, como hay que olvidar y no se puede vivir en el pasado, pues no es lícito recordar que todo ello ha permitido al señorito Lewis tener sus cuatro títulos y un próximo en ristre, sin competencia justa y real, y a sabiendas de que el más directo competidor corría con todos los inconvenientes y, que incluso si se acercaba peligrosamente o le ganaba la partida claramente, pues se le menguaba por donde se podía y a seguir viviendo de las loas y laureles.
Pero yo no puedo. Porque sí ha habido consecuencias de ese pasado. Consecuencias que han mermado la gloria de quien merecía y podía haber disfrutado de esas victorias.
Estoy hablando desde una perspectiva personal.
Recuerdo, el último día que Fernando corrió de rojo y fue a felicitar a Lewis por su triunfo allá por el 2014. Saludó a toda la familia con efusividad Fue una de las pocas veces que he visto en Hamilton y su padre una sonrisa que se asemeja al respeto.
Me hubiera gustado saber más de fondo y menos de cámara.
Respeto a Hamilton en tanto lo respeta Fernando.
Ante eso, yo calladita.
Ahora que, el mimado ahijado de Dennis y su pernicioso padre, ha madurado en su vida y pilotaje, y se ha convertido, además, en polifacético profesional, que lo mismo te hace un pase en bóxer que te canta al oído, o se marca un posao fotográfico poniendo caritas de interesante y profundo, se le perdonan sus errores de juventud y aquí no ha pasado nada.
Todos cometemos errores. Igual que los habrá cometido Fernando en su momento.
¿Y eso lo justifica todo?
Conteniendo el ansia viva estoy, esperando esa exclusiva que nos va a dar el enterao!