10-11-2011, 00:33
Se habla de Kimi en Williams en 2012, pero las únicas cuentas que salen es que las acciones del equipo van a subir (y nada más)
La vida de Kimi Raikkonen es un poco como el Buddh International Circuit que hemos estrenado este fin de semana. Hay una bruma cuasi permanente sobre el trazado tamil y los más cachondos dicen que es el sagrado gas que emiten sus sagrados bóvidos, santo animales que en India campan a sus anchas por todas partes menos por la pista, afortunadamente.
Otros, los más concienciados con lo medioambiental afirman que se trata de 'smog', una suerte de conglomerado de ***** aérea que algún día acabará ahogándonos a todos. Los sindicalistas dicen que se trata de la polvareda que levantan los agricultores locales a los que han quitado sus tierras para plantar 'eso de los carreristas', y los carreristas dicen que no es más de los pedazos de obra que no quedaron pegados a la superficie de la tierra, y ahora amenazan con entrar por la admisión de sus pepinos y joderles la prueba. A fin de cuentas: apenas se ve el no excelente, sino magnífico circuito que ha diseñado Hermann Tilke para el Jaypee Group, una especie de 'Construcciones y Contratas' hindú, y que parece contar con la aprobación de todos.
Le hubiera pagado a mi jefe en CarandDriverTheF1.com la nómina del mes por ver la jeta del bueno de Vicky Chandhok, padre de Karun y presi de la FIA local, cuando Charlie Whiting, tras la primera inspección le soltó: "¿y vais a presentar al mundo esta *****?". El hindú perdió el color aceitunado que le caracteriza para quedarse instantáneamente más blanco que la momia de Michael Jackson y tan sólo pudo balbucear... "pepepepeeeeero... ¿que que que es lo que hay que no te guste?". Whiting, temiendo un ataque cardiaco en el futuro inmediato le respondió "lo habéis hecho de cojones, enhorabuena", y le dio un abrazo al demudado expiloto de rallyes que recobró la color poco a poco. Pobre hombre.
Kimi-Matthias Raikkonen no nació para ser un pavilacio a pesar de que tener cara de reponedor del Lidl recién despedido tras pillarle con una chocolatina en el bolsillo de la camisa. El rostro inexpresivo del finés 'a lo Buster Keaton' fue la pesadilla de la gente del marketing cuando corría para McLaren; cuando los foteros de Tag-Heuer le decían, "Kimi, sonríe", ponía la misma jeta que cuando le tocó el Euromillón, le pasó un tanque por encima, metió el gol que le dio a su equipo la Copa de Europa de fúmbol, o llegaba al éxtasis en su noche de bodas con la señora Raikkonen, Miss Escandinavia, una perica propia de portada de Playboy (como es obvio).
Kimi Matthias, el mejor comercial de la comercial historia de los helados Frigo, podría haber sido estrella fumbolera, golfista o as del hockey sobre hielo, tres de los deportes más populares de su país, pero... en los tres hay que caminar, y eso no va con él. Dejó de ir al hockey porque a pesar de ser el deporte en el que menos se anda, los madrugones requeridos para ir a los entrenamientos, fueron demasiado para su organismo. Sus conocidas juergas bien regadas con Koskenkorva -que viene a ser como el Don Simón de los vodkas en Finlandia, según me cuenta mi amigo Tompa-, eran incompatibles con el despertador, y el chico dijo que nanay de la China Popular, y que él no estaba pa esas cosas, pero eso de los coches... hum.
La cosa fue que tras el Karting, llegaron los monoplazas de pequeñas categorías, después la F1, Sauber, McLaren, Ferrari, su corona accidental. Si accidental. Para ganarla tenía que estar allí, pero si Ron Dennis, uno de los mejores directores de equipo de la historia no se hubiera dejado comer por la prensa británica, no hubiera hecho una pésima gestión del mejor pack del año 2007, Alonso sería tricampeón, su equipo hubiera facturado una burrada en premios con un título más de constructores, Hamilton seguiría en ello y a Kimi pocos le echarían de menos. No es que su título fuera inmerecido, porque se lo ganó, pero nadie se lo esperaba, ni siquiera él; toda la temporada fue un toma y daca de Lewis y Fernando que lideraron la tabla prácticamente toda la temporada con un coche superior.
Raikkonen nunca se llevará la Medalla al Trabajo, los gimnasios de su barrio no harán caja gracias a él y su meta en la vida no es ver caer la bandera a cuadros, sino ver que el que no se cae es él en cualquier garito de Helsinki (busca el vídeo en el que se cae de un barco), pero es endiabladamente rápido, puede que uno de los más rápidos del planeta, o al menos lo era cuando dejó la F1. Marc Gené le contó una vez a Virutas que Kimi era el tío "que mejor sentía el coche de todos los pilotos con los que he trabajado". Cuando Marcos dice eso de 'sentir el coche', se refiere a ese sexto sentido, que sólo tienen media docena de mendas sobre la faz de la tierra y que pueden determinar las mejoras a ejecutarle a un coche para que pase de ser un coche bueno a un coche ganador.
Atendiendo al catalán, en eso Kimi es el mejor, pero sacaba poca tajada de su don y al menos, mientras estuvo en McLaren, cuando un ingeniero cualquier sábado por la noche y le preguntaba, "Kimi, ¿cómo quieres el coche para mañana?", el finés ponía la misma cara que si le estuvieran apuntando un talibán con un AK-47 o hubiera ganado el 'Pasapalabra', y decía con voz melífula y plana: "lo que diga Pedro", mientras apuntaba a De la Rosa con su índice derecho.
Otra cosa era una vez subido en su coche... Con un coche medianamente digno era un depredador, inalcanzable, le daba igual perder una rueda... tampoco cambiaría su cara al intentar llegar hasta el final de la prueba con un triciclo.
Ahora se habla de que Kimi podría correr en Williams en 2012, pero los de Grove tienen una doble crisis encima, dineraria y deportiva. Si Kimi volviera o volviese a la pista de la mano de Sir Frank, probablemente sus acciones en bolsa se recuperarían en su deficitario año fiscal en su estreno en Frankfurt, pero los Williams con motor Cosworth están de promedio a entre 3 y 4 segundos por detrás de los de cabeza esta año. Si los técnicos de Red Bull, McLaren y Ferrari se fueran un par de años de vacaciones, puede que en 2015, los Williams los atrapasen, especialmente con el motor Renault que llevarán a partir del año que viene, pero Kimi no va a volver para estar condenado a palmar ese tiempo; no al menos que le garanticen un equipo más potente, un coche mejor y una estructura de ingenieros mejorada, y Williams no está pa esos trotes.
Otra cosa es 'lo del dinero'. Kimi es pesetero y pide pasta, mucha; ya no la de antes, pero su bolsillo es amplio y querrá llenarlo. Y precisamente Sir Frank es uno de los jefes de equipo más rácanos del paddock con sus pilotos; no es que sea un roñica, pero generoso... tampoco.
Kimi no ganará carreras en Williams, no facturará como antes, apenas ayudará a desarrollar un coche cuyo crecimiento quedará en manos de Pastor Maldonado -rookie esta temporada-. Por otra parte Williams anda más tieso que una estaca como para mejorar de manera visible su formación, y sin embargo le vendría de perilla publicidad de calibre planetario para hacer subir sus acciones en bolsa. Saca tus conclusiones mientras se posa el efluvio de las vacas, de los agricultores, de la contaminación, del vodka o de los que sea... pero esto me da que no sale, las piezas al menos, no encajan en el Tetris de la velocidad.
Virutas
![[Imagen: virutakimito_28102011.jpg]](http://www.caranddriverthef1.com/sites/default/files/imagecache/col_main/virutakimito_28102011.jpg)
La vida de Kimi Raikkonen es un poco como el Buddh International Circuit que hemos estrenado este fin de semana. Hay una bruma cuasi permanente sobre el trazado tamil y los más cachondos dicen que es el sagrado gas que emiten sus sagrados bóvidos, santo animales que en India campan a sus anchas por todas partes menos por la pista, afortunadamente.
Otros, los más concienciados con lo medioambiental afirman que se trata de 'smog', una suerte de conglomerado de ***** aérea que algún día acabará ahogándonos a todos. Los sindicalistas dicen que se trata de la polvareda que levantan los agricultores locales a los que han quitado sus tierras para plantar 'eso de los carreristas', y los carreristas dicen que no es más de los pedazos de obra que no quedaron pegados a la superficie de la tierra, y ahora amenazan con entrar por la admisión de sus pepinos y joderles la prueba. A fin de cuentas: apenas se ve el no excelente, sino magnífico circuito que ha diseñado Hermann Tilke para el Jaypee Group, una especie de 'Construcciones y Contratas' hindú, y que parece contar con la aprobación de todos.
Le hubiera pagado a mi jefe en CarandDriverTheF1.com la nómina del mes por ver la jeta del bueno de Vicky Chandhok, padre de Karun y presi de la FIA local, cuando Charlie Whiting, tras la primera inspección le soltó: "¿y vais a presentar al mundo esta *****?". El hindú perdió el color aceitunado que le caracteriza para quedarse instantáneamente más blanco que la momia de Michael Jackson y tan sólo pudo balbucear... "pepepepeeeeero... ¿que que que es lo que hay que no te guste?". Whiting, temiendo un ataque cardiaco en el futuro inmediato le respondió "lo habéis hecho de cojones, enhorabuena", y le dio un abrazo al demudado expiloto de rallyes que recobró la color poco a poco. Pobre hombre.
Kimi-Matthias Raikkonen no nació para ser un pavilacio a pesar de que tener cara de reponedor del Lidl recién despedido tras pillarle con una chocolatina en el bolsillo de la camisa. El rostro inexpresivo del finés 'a lo Buster Keaton' fue la pesadilla de la gente del marketing cuando corría para McLaren; cuando los foteros de Tag-Heuer le decían, "Kimi, sonríe", ponía la misma jeta que cuando le tocó el Euromillón, le pasó un tanque por encima, metió el gol que le dio a su equipo la Copa de Europa de fúmbol, o llegaba al éxtasis en su noche de bodas con la señora Raikkonen, Miss Escandinavia, una perica propia de portada de Playboy (como es obvio).
Kimi Matthias, el mejor comercial de la comercial historia de los helados Frigo, podría haber sido estrella fumbolera, golfista o as del hockey sobre hielo, tres de los deportes más populares de su país, pero... en los tres hay que caminar, y eso no va con él. Dejó de ir al hockey porque a pesar de ser el deporte en el que menos se anda, los madrugones requeridos para ir a los entrenamientos, fueron demasiado para su organismo. Sus conocidas juergas bien regadas con Koskenkorva -que viene a ser como el Don Simón de los vodkas en Finlandia, según me cuenta mi amigo Tompa-, eran incompatibles con el despertador, y el chico dijo que nanay de la China Popular, y que él no estaba pa esas cosas, pero eso de los coches... hum.
La cosa fue que tras el Karting, llegaron los monoplazas de pequeñas categorías, después la F1, Sauber, McLaren, Ferrari, su corona accidental. Si accidental. Para ganarla tenía que estar allí, pero si Ron Dennis, uno de los mejores directores de equipo de la historia no se hubiera dejado comer por la prensa británica, no hubiera hecho una pésima gestión del mejor pack del año 2007, Alonso sería tricampeón, su equipo hubiera facturado una burrada en premios con un título más de constructores, Hamilton seguiría en ello y a Kimi pocos le echarían de menos. No es que su título fuera inmerecido, porque se lo ganó, pero nadie se lo esperaba, ni siquiera él; toda la temporada fue un toma y daca de Lewis y Fernando que lideraron la tabla prácticamente toda la temporada con un coche superior.
Raikkonen nunca se llevará la Medalla al Trabajo, los gimnasios de su barrio no harán caja gracias a él y su meta en la vida no es ver caer la bandera a cuadros, sino ver que el que no se cae es él en cualquier garito de Helsinki (busca el vídeo en el que se cae de un barco), pero es endiabladamente rápido, puede que uno de los más rápidos del planeta, o al menos lo era cuando dejó la F1. Marc Gené le contó una vez a Virutas que Kimi era el tío "que mejor sentía el coche de todos los pilotos con los que he trabajado". Cuando Marcos dice eso de 'sentir el coche', se refiere a ese sexto sentido, que sólo tienen media docena de mendas sobre la faz de la tierra y que pueden determinar las mejoras a ejecutarle a un coche para que pase de ser un coche bueno a un coche ganador.
Atendiendo al catalán, en eso Kimi es el mejor, pero sacaba poca tajada de su don y al menos, mientras estuvo en McLaren, cuando un ingeniero cualquier sábado por la noche y le preguntaba, "Kimi, ¿cómo quieres el coche para mañana?", el finés ponía la misma cara que si le estuvieran apuntando un talibán con un AK-47 o hubiera ganado el 'Pasapalabra', y decía con voz melífula y plana: "lo que diga Pedro", mientras apuntaba a De la Rosa con su índice derecho.
Otra cosa era una vez subido en su coche... Con un coche medianamente digno era un depredador, inalcanzable, le daba igual perder una rueda... tampoco cambiaría su cara al intentar llegar hasta el final de la prueba con un triciclo.
Ahora se habla de que Kimi podría correr en Williams en 2012, pero los de Grove tienen una doble crisis encima, dineraria y deportiva. Si Kimi volviera o volviese a la pista de la mano de Sir Frank, probablemente sus acciones en bolsa se recuperarían en su deficitario año fiscal en su estreno en Frankfurt, pero los Williams con motor Cosworth están de promedio a entre 3 y 4 segundos por detrás de los de cabeza esta año. Si los técnicos de Red Bull, McLaren y Ferrari se fueran un par de años de vacaciones, puede que en 2015, los Williams los atrapasen, especialmente con el motor Renault que llevarán a partir del año que viene, pero Kimi no va a volver para estar condenado a palmar ese tiempo; no al menos que le garanticen un equipo más potente, un coche mejor y una estructura de ingenieros mejorada, y Williams no está pa esos trotes.
Otra cosa es 'lo del dinero'. Kimi es pesetero y pide pasta, mucha; ya no la de antes, pero su bolsillo es amplio y querrá llenarlo. Y precisamente Sir Frank es uno de los jefes de equipo más rácanos del paddock con sus pilotos; no es que sea un roñica, pero generoso... tampoco.
Kimi no ganará carreras en Williams, no facturará como antes, apenas ayudará a desarrollar un coche cuyo crecimiento quedará en manos de Pastor Maldonado -rookie esta temporada-. Por otra parte Williams anda más tieso que una estaca como para mejorar de manera visible su formación, y sin embargo le vendría de perilla publicidad de calibre planetario para hacer subir sus acciones en bolsa. Saca tus conclusiones mientras se posa el efluvio de las vacas, de los agricultores, de la contaminación, del vodka o de los que sea... pero esto me da que no sale, las piezas al menos, no encajan en el Tetris de la velocidad.
Virutas