23-10-2013, 13:34
Recuerdo un post de Payoloco en el que me explicaba cómo viven Ferrari los italianos y entendí algunas cosas, que no todas.
Leyendo las preguntas del más venenoso me pregunto si de verdad hay gente en Italia que sepa reconocer lo que ha hecho Fernando Alonso por Ferrari y si " lumbreras" como el susodicho son mayoría.
No sé qué nivel de flema tendrá el Nano, pero la que suscribe lo tiene alto y sin embargo está con los ojos inyectados en sangre porque no entiende.
O sea, que seguimos con el sambenito de quejica después de haberles sacado del pozo donde estaban y de haberles devuelto la reputación y la dignidad que tenían perdidas.
"...Me gustaría ver cómo recibe un tirón de orejas por ello..." dice el majadero. ¡Para llorar!
Y este tipo de gentuza tiene la oportunidad de trasmitir a gran cantidad de gente su veneno impunemente, amparados en la libertad de expresión claro, mientras que el que recibe toda la porquería encima día sí, día no, es el que más trabaja por mantenerlos en el menor de los ridículos posibles que es donde verdaderamente merecen estar.
Lo siento por los italianos de bien, pero...¡qué asquito me dan!
Leyendo las preguntas del más venenoso me pregunto si de verdad hay gente en Italia que sepa reconocer lo que ha hecho Fernando Alonso por Ferrari y si " lumbreras" como el susodicho son mayoría.
No sé qué nivel de flema tendrá el Nano, pero la que suscribe lo tiene alto y sin embargo está con los ojos inyectados en sangre porque no entiende.
O sea, que seguimos con el sambenito de quejica después de haberles sacado del pozo donde estaban y de haberles devuelto la reputación y la dignidad que tenían perdidas.
"...Me gustaría ver cómo recibe un tirón de orejas por ello..." dice el majadero. ¡Para llorar!
Y este tipo de gentuza tiene la oportunidad de trasmitir a gran cantidad de gente su veneno impunemente, amparados en la libertad de expresión claro, mientras que el que recibe toda la porquería encima día sí, día no, es el que más trabaja por mantenerlos en el menor de los ridículos posibles que es donde verdaderamente merecen estar.
Lo siento por los italianos de bien, pero...¡qué asquito me dan!