25-02-2015, 16:07
(Este mensaje fue modificado por última vez en: 25-02-2015, 16:15 por Alano_Spanol.)
"Lo normal es que Fernando Alonso se vaya a casa tranquilo" cuando reciba el alta
(25/02/2015)
Fuentes médicas consultadas por este periódico hablan de que, de tratarse de una persona con una actividad corriente,
la recomendación es la de no pilotar una máquina a 300km/h.
Uno de los aspectos que más impresiona a un debutante en un coche de Fórmula 1 es la frenada.
Hace un par de años, Marc Gené describía dicho instante en El Confidencial:
“Imagínate ir por una autopista a 300 km/h. Ves las cabinas del peaje pero sigues acelerando y,
de repente, cuando estas a menos de cien metros de la barrera, le pegas un pisotón al freno y te quedas clavado delante de ella”.
Una desaceleración aproximada de 5,4G.
¿Y si esos 100 metros se reducen al mínimo espacio, a una velocidad aproximada de 150 km/h? 30G,
esta es la desaceleración que se llevó la cabeza de Fernando Alonso, motivo por el cual permanece todavía en el hospital General de Cataluña.
Si se tratase de un paciente corriente y "después de tres, cuatro o cinco noches en un hospital, lo normal es que se vaya a casa tranquilo”
tras recibir el alta, según fuentes médicas consultadas por este medio.
Pero... “Las desaceleraciones son muy lesivas a nivel articular y suele aparecer una amnesia asociada al proceso del traumatismo
(como así ocurrió) por un golpe a una alta velocidad”.
Fuentes médicas aportan normalidad al hecho de que el piloto asturiano permanezca aún ingresado en el hospital,
a pesar de que en McLaren afirmasen que estaría “24 o 48 horas” solamente.
Esta noche se cumplieron 72 y, según ha podido saber este diario, podría permanecer otra más.
“Debe permanecer en observación el tiempo necesario hasta tener el traumatismo absolutamente controlado a nivel clínico.
Tras un golpe como este puede aparecer un trombo no detectado o alguna complicación asociada al cabo de un tiempo
y es normal que sólo salga del hospital cuando se haya descartado todo”.
La Fórmula 1 es secundaria, clínicamente
A partir de aquí, desde el punto de vista médico, la Fórmula 1 es secundario,
correr es secundario, subirse a una bicicleta es secundario… lo importante es que “salga sano".
Y después de tres, cuatro o cinco noches ingresado en un hospital,
lo normal sería que se vaya a casa tranquilo y no pilotase una máquina a 300km/h...”.
La recomendación de esta fuente médica habla de un ciudadano corriente,
no de un deportista de élite, cuya vida profesional es corta
y en la mayoría de ocasiones toman riesgos para estar presente en la competición.
“No sé el tiempo que vamos a estar aquí. No tenemos ninguna prisa.
Fernando recibirá el alta médica cuando pueda hacer vida normal”, explicaba este lunes su representante, Luis García Abad.
Es común escuchar que un deportista ha sido infiltrado para no sentir dolor en la disputa de un partido, carrera, etc.
En motociclismo se ha visto la imagen de Jorge Lorenzo pilotando sin poder andar, con los dos tobillos rotos,
o compitiendo un día después de ser operado de la clavícula...
Pero, en este caso ¿merece la pena arriesgar para un entrenamiento?
¿Es tan fundamental lo que puede aportar el MP4-30 a Alonso –y viceversa- como para alterar la recomendación médica?
Un triángulo formado por médico, piloto y equipo –teniendo la última palabra el piloto-
es el que debe decidir cuándo reaparecerá, estando presente la hipótesis de que sea ya en el GP de F1-Australia.
Fuente: http://www.elconfidencial.com/deportes/formula-1
(25/02/2015)
Fuentes médicas consultadas por este periódico hablan de que, de tratarse de una persona con una actividad corriente,
la recomendación es la de no pilotar una máquina a 300km/h.
Uno de los aspectos que más impresiona a un debutante en un coche de Fórmula 1 es la frenada.
Hace un par de años, Marc Gené describía dicho instante en El Confidencial:
“Imagínate ir por una autopista a 300 km/h. Ves las cabinas del peaje pero sigues acelerando y,
de repente, cuando estas a menos de cien metros de la barrera, le pegas un pisotón al freno y te quedas clavado delante de ella”.
Una desaceleración aproximada de 5,4G.
¿Y si esos 100 metros se reducen al mínimo espacio, a una velocidad aproximada de 150 km/h? 30G,
esta es la desaceleración que se llevó la cabeza de Fernando Alonso, motivo por el cual permanece todavía en el hospital General de Cataluña.
Si se tratase de un paciente corriente y "después de tres, cuatro o cinco noches en un hospital, lo normal es que se vaya a casa tranquilo”
tras recibir el alta, según fuentes médicas consultadas por este medio.
Pero... “Las desaceleraciones son muy lesivas a nivel articular y suele aparecer una amnesia asociada al proceso del traumatismo
(como así ocurrió) por un golpe a una alta velocidad”.
Fuentes médicas aportan normalidad al hecho de que el piloto asturiano permanezca aún ingresado en el hospital,
a pesar de que en McLaren afirmasen que estaría “24 o 48 horas” solamente.
Esta noche se cumplieron 72 y, según ha podido saber este diario, podría permanecer otra más.
“Debe permanecer en observación el tiempo necesario hasta tener el traumatismo absolutamente controlado a nivel clínico.
Tras un golpe como este puede aparecer un trombo no detectado o alguna complicación asociada al cabo de un tiempo
y es normal que sólo salga del hospital cuando se haya descartado todo”.
La Fórmula 1 es secundaria, clínicamente
A partir de aquí, desde el punto de vista médico, la Fórmula 1 es secundario,
correr es secundario, subirse a una bicicleta es secundario… lo importante es que “salga sano".
Y después de tres, cuatro o cinco noches ingresado en un hospital,
lo normal sería que se vaya a casa tranquilo y no pilotase una máquina a 300km/h...”.
La recomendación de esta fuente médica habla de un ciudadano corriente,
no de un deportista de élite, cuya vida profesional es corta
y en la mayoría de ocasiones toman riesgos para estar presente en la competición.
“No sé el tiempo que vamos a estar aquí. No tenemos ninguna prisa.
Fernando recibirá el alta médica cuando pueda hacer vida normal”, explicaba este lunes su representante, Luis García Abad.
Es común escuchar que un deportista ha sido infiltrado para no sentir dolor en la disputa de un partido, carrera, etc.
En motociclismo se ha visto la imagen de Jorge Lorenzo pilotando sin poder andar, con los dos tobillos rotos,
o compitiendo un día después de ser operado de la clavícula...
Pero, en este caso ¿merece la pena arriesgar para un entrenamiento?
¿Es tan fundamental lo que puede aportar el MP4-30 a Alonso –y viceversa- como para alterar la recomendación médica?
Un triángulo formado por médico, piloto y equipo –teniendo la última palabra el piloto-
es el que debe decidir cuándo reaparecerá, estando presente la hipótesis de que sea ya en el GP de F1-Australia.
Fuente: http://www.elconfidencial.com/deportes/formula-1