29-05-2017, 19:41
Sentí una rabia infinita porque no podía creerlo. Y aún no se me ha pasado. Es más, tengo ahí un come come, del que no acabo de deshacerme.
Disfruté como hace tiempo. Tanto, que ya ni me acordaba de esa sensaciones que, tan bien, ha descrito Alonso 14.
Con cada bandera amarilla me levantaba y me asomaba a la ventana para respirar hondo. En la última me revolvi en el sofá y con mirada furibunda le grité a mi compañero: " !PERO CÓMO QUE NOVENO!"...me caguen las ***** banderas amarillas de ******.
Pero sabía que Fernando se pondría de nuevo en cabeza y ganaría. Y de pronto...se hizo un silencio de esos de película. Esa escena que transcurre a cámara lenta y que muestra una cara que va de la sorpresa a la estupefacción, sin ruido que contamine la intensidad de lo acontecido. Hasta que el sonido volvió y...y... y...empecé a acordarme, a voz en grito, de las madres (pobrecillas, que culpa tendrán) de todos los culpables del desastre.
!Un mazazo!
Eso es lo que debió sentir Fer en ese momento.
Las ilusiones, el esfuerzo de las semanas previas , el excelente pero duro trabajo de gestión de carrera... y a la porra todo. Pero no por errores propios o ajenos en pista, o por la lluviano o por una gaviota despistada, ... sino, porque una vez más, la pesadilla volvía para despertarnos del sueño.
Y cuando tienes medio asimilado el desastre, oyes a lo lejos algo de Sato ... y entre divertida y resignada preguntas: !Al final la ha liado el Sato, no!
Y.........escucho incrédula......! NO......,que ha ganado!
!Y no sabía si reír o llorar!
Aún hoy, sigo sin digerirlo pero...Felicidades al ganador!
Y estoy con Nacho en que sobran algunas vueltas y que las banderas amarillas son una lotería para el resultado final. No gana solo el mejor sino el que más suerte tiene. Y nosotros lo de la suerte lo tenemos muy cuesta arriba.
Fernando se marcó un carreron y se ganó el aplauso y la admiración de todos. Y eso no hay Sato que lo impida. Otra vez será!
Mi consuelo sois vosotr@s! Gracias compañer@s!
Disfruté como hace tiempo. Tanto, que ya ni me acordaba de esa sensaciones que, tan bien, ha descrito Alonso 14.
Con cada bandera amarilla me levantaba y me asomaba a la ventana para respirar hondo. En la última me revolvi en el sofá y con mirada furibunda le grité a mi compañero: " !PERO CÓMO QUE NOVENO!"...me caguen las ***** banderas amarillas de ******.
Pero sabía que Fernando se pondría de nuevo en cabeza y ganaría. Y de pronto...se hizo un silencio de esos de película. Esa escena que transcurre a cámara lenta y que muestra una cara que va de la sorpresa a la estupefacción, sin ruido que contamine la intensidad de lo acontecido. Hasta que el sonido volvió y...y... y...empecé a acordarme, a voz en grito, de las madres (pobrecillas, que culpa tendrán) de todos los culpables del desastre.
!Un mazazo!
Eso es lo que debió sentir Fer en ese momento.
Las ilusiones, el esfuerzo de las semanas previas , el excelente pero duro trabajo de gestión de carrera... y a la porra todo. Pero no por errores propios o ajenos en pista, o por la lluviano o por una gaviota despistada, ... sino, porque una vez más, la pesadilla volvía para despertarnos del sueño.
Y cuando tienes medio asimilado el desastre, oyes a lo lejos algo de Sato ... y entre divertida y resignada preguntas: !Al final la ha liado el Sato, no!
Y.........escucho incrédula......! NO......,que ha ganado!
!Y no sabía si reír o llorar!
Aún hoy, sigo sin digerirlo pero...Felicidades al ganador!
Y estoy con Nacho en que sobran algunas vueltas y que las banderas amarillas son una lotería para el resultado final. No gana solo el mejor sino el que más suerte tiene. Y nosotros lo de la suerte lo tenemos muy cuesta arriba.
Fernando se marcó un carreron y se ganó el aplauso y la admiración de todos. Y eso no hay Sato que lo impida. Otra vez será!
Mi consuelo sois vosotr@s! Gracias compañer@s!