30-03-2011, 09:53
Transcribo el articulo q comentaba más arriba:
El olvidado Robert
Hubo silencio por las víctimas en Japón, pero casi nadie se acordó de Kubica
J. R. / Melbourne
Enviado especial
Había que fijarse muy bien. No era suficiente un vistazo rápido. Sólo en el casco de Fernando Alonso una alusión. Curioso. En el casco de su amigo, su propio casco. Un dibujo. Un guiño. Acaso Robert Kubica, desde su habitación del Hospital Santa Corona de Pietra Ligure, cerca de Génova, no cayó en el detalle. Si no lo hizo, pensaría que todo el mundo en la Fórmula 1, un mundo al que él pertenece, o almenos perteneció y ojalá vuelva a pertenecer, se había olvidado de que en ese hospital italiano permanece desde el 6 de febrero uno de los suyos.
Llamó mucho la atención ese olvido general. Es verdad que durante las jornadas de entrenamientos oficiales posteriores al accidente del piloto polaco en un rally de medio pelo sí hubo gestos, tanto de las escuderías como de los propios pilotos, dando ánimos a alguien que estuvo a punto de perder la mano derecha y que tardará muchos meses en poder volver a conducir un Fórmula 1. Era curioso comprobar cómo en el motorhome de Renault ayer no se podía ver ninguna foto de Kubica.
A gente cercana al polaco le llamó mucho la atención. Arqueaban las cejas y se preguntaban los motivos. No hubo respuestas. Acaso esas respuestas están en esa parte fría, casi inhumana, en la que se desenvuelve la F1. El compañerismo entre los pilotos, escaso. Las amistades, más escasas todavía. Cuentan, además, quienes han estado cerca de él últimamente que Kubica no atraviesa un buen momento. Es, dicen, como si se estuviera dando cuenta ahora, un mes y medio después, de la verdadera gravedad, que es mucha, de sus lesiones. Apenas recibe visitas y pasa las horas en interminables sesiones de rehabilitación donde los cambios son muy lentos.
Sí hubo recuerdo, en forma de minuto de silencio, para las víctimas del terremoto de Japón. Fue un silencio de aquella manera, con los motores rugiendo y los mecánicos yendo y viniendo. Pero fue significativo, pues es el segundo minuto de silencio en la historia de la Fórmula 1 después del que se pudo sentir tras la muerte de Ayrton Senna. Al tío Bernie no le gustan demasiado, no se sabe porqué, y de hecho pasaron el 11-S, y el 11-M, sin que hubiera un recuerdo para las víctimas. Los periodistas japoneses, por cierto, se fueron con sus huchas recaudatorias llenas.
EL MUNDO
El olvidado Robert
Hubo silencio por las víctimas en Japón, pero casi nadie se acordó de Kubica
J. R. / Melbourne
Enviado especial
Había que fijarse muy bien. No era suficiente un vistazo rápido. Sólo en el casco de Fernando Alonso una alusión. Curioso. En el casco de su amigo, su propio casco. Un dibujo. Un guiño. Acaso Robert Kubica, desde su habitación del Hospital Santa Corona de Pietra Ligure, cerca de Génova, no cayó en el detalle. Si no lo hizo, pensaría que todo el mundo en la Fórmula 1, un mundo al que él pertenece, o almenos perteneció y ojalá vuelva a pertenecer, se había olvidado de que en ese hospital italiano permanece desde el 6 de febrero uno de los suyos.
Llamó mucho la atención ese olvido general. Es verdad que durante las jornadas de entrenamientos oficiales posteriores al accidente del piloto polaco en un rally de medio pelo sí hubo gestos, tanto de las escuderías como de los propios pilotos, dando ánimos a alguien que estuvo a punto de perder la mano derecha y que tardará muchos meses en poder volver a conducir un Fórmula 1. Era curioso comprobar cómo en el motorhome de Renault ayer no se podía ver ninguna foto de Kubica.
A gente cercana al polaco le llamó mucho la atención. Arqueaban las cejas y se preguntaban los motivos. No hubo respuestas. Acaso esas respuestas están en esa parte fría, casi inhumana, en la que se desenvuelve la F1. El compañerismo entre los pilotos, escaso. Las amistades, más escasas todavía. Cuentan, además, quienes han estado cerca de él últimamente que Kubica no atraviesa un buen momento. Es, dicen, como si se estuviera dando cuenta ahora, un mes y medio después, de la verdadera gravedad, que es mucha, de sus lesiones. Apenas recibe visitas y pasa las horas en interminables sesiones de rehabilitación donde los cambios son muy lentos.
Sí hubo recuerdo, en forma de minuto de silencio, para las víctimas del terremoto de Japón. Fue un silencio de aquella manera, con los motores rugiendo y los mecánicos yendo y viniendo. Pero fue significativo, pues es el segundo minuto de silencio en la historia de la Fórmula 1 después del que se pudo sentir tras la muerte de Ayrton Senna. Al tío Bernie no le gustan demasiado, no se sabe porqué, y de hecho pasaron el 11-S, y el 11-M, sin que hubiera un recuerdo para las víctimas. Los periodistas japoneses, por cierto, se fueron con sus huchas recaudatorias llenas.
EL MUNDO
" creo que he pasado toda mi vida, los nueve últimos años de mi carrera en la Fórmula 1 preparándome para este momento, para estar listo. Al fin ha llegado." Fernando Alonso (30/09/09)