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La mejor entrevista a Alonso
#1
Rainbow 
Álex, un niño de ocho años, tuvo una charla en solitario con el piloto después de ganar un concurso

[Imagen: entrevista-alonso--644x362.jpg]
Fernando Alonso con Álex, el niño que lo entrevistó en solitario

El tropel de voces cantarinas había preparado la pregunta con minuciosa laboriosidad. Había observado al personaje y sopesado su posible respuesta. Hubo un concienzudo repaso del pasado reciente y de los elementos que configuraban el panorama: el dichoso Vettel, esos coches inalcanzables de nombre Red Bull y el piloto que siempre asoma los domingos en la tele. Y mientras el día anterior desentrañaban el conflicto entre las divisiones por tres cifras o los integrantes del sistema circulatorio, unos cuantos niños madrileños -elegidos, privilegiados- imaginaban su pregunta a Fernando Alonso. El campeón del mundo de Fórmula 1 se sometió en la sede del Santander a un divertido interrogatorio de un grupo de chavales con más inocencia, espontaneidad y crédito que muchos adultos dedicados al periodismo de bufanda. Álex, el niño de ocho años que ganó el concurso, sometió luego al asturiano a una entrevista en solitario.

Alonso había disertado unos minutos antes con la prensa «seria» y había evaluado su temporada, las banderas amarillas de Vettel, el próximo Ferrari y bla, bla, bla. Piloto automático en las réplicas para preguntas previsibles.

El verdadero meollo de la fría mañana en Boadilla para el asturiano reposaba unos metros más allá, coqueto auditorio, uniformidad cromática en rojo, perfectas butacas anatómicas. Una tribu de niños que arqueaba globos para componer espadas virtuales.

Alonso ingresó en la platea con su uniforme de hombre-anuncio y el primer envite le pilló desprevenido. «¿Bailas?», le preguntó una gentil damisela de seis años. El piloto rió divertido al anunciar la negativa: «Pues no sé bailar, pero imagino que tú sí. ¿Me enseñarás la próxima vez?». El tema se suavizó con cuestiones más procedimentales, en las que Alonso mostró tablas y saber estar con los chavales. «¿Cuál es tu comida favorita?», voló la pregunta. «La pizza», contestó. «¿Qué se siente en el coche?», quiso saber otra. «No es muy cómodo. El asiento no tiene espuma, se notan todos los baches y no se ve bien porque vas muy bajo. Pero claro, yo llevo toda la vida en un coche».

El énfasis técnico de este deporte quedó reflejado en una pregunta. «¿El coche es igual que esas pantallas gigantes en las que conducís (los simuladores)?». «Más o menos», dijo entre carcajadas el piloto.

Desde su anonimato frente a la estrella, cada niño arrastraba una historia detrás. La dicha de muchos por ecamotear una mañana al colegio contrastaba con la historia de superación de otros. Uno de los chavales está a punto de superar una leucemia. Alonso trató a todos con el mismo afecto y cercanía. «¿Cuántas victorias llevas?», inquirió un niño desde la sencillez. Y por ahí generó un dilema estadístico al campeón. «¿Cuántas llevo?», se cuestionó a su vez Alonso. «¿27, no? ¿O 29?». «30», le indicó el jefe de prensa de Ferrari, siempre atento a sus comparecencias. «Pues eso, 30».

El debate con las nuevas generaciones cobró peso con determinadas preguntas. «Cómo te ves al conducir un Ferrari?». «Me veo bien. Vistes de rojo, que es un color muy bonito, igual que el Santander. ¿Te gustan los Ferraris? A mí también, son los coches más bonitos». «¿Tendrás un coche nuevo que funcione?», preguntó uno. «Tu padre es periodista, ¿no? Es que me han preguntado lo mismo ahí fuera, ja, ja, ja. Yo creo que sí. ¿Tú me ayudas a montar una pieza, a pintar el coche o algo? Vale, por fin tengo un ayudante».

Los chavales abrían los ojos como platos para recibir un patinete fabricado por Ferrari, con las bendiciones del piloto, que no paró de reír frente al interrogatorio. Y más cuando un infante quiso poner el dedo en la llaga. «¿Si comes más, corres más con el coche?». Alonso salió pedagógico del trance. «Hay que comer dos horas antes de las carreras».

Llegó el inevitable Vettel -«Somos rivales y amigos»-, y la pregunta que el campeón del mundo no tuvo fuerzas para contestar, muerto de la risa. «¿Te dieron ganas de quitarle el premio a Vettel?». «Toma, toma el regalo. Cada uno su premio», dijo desternillándose ante la ocurrencia.

abc.es
No se construirá una nueva era con las armas,sino con las manos que las llevan
[Imagen: top.jpg]
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#2
Los niños son increibles, deberian unos cuantos periodistas que tengan hijos pedirles consejo para hacer algunas preguntas asi las respuestas no serían siempre las mismas y quien sabe a lo mejor hasta les sale alguna entrevista buena.

A la pregunta de cuantas victorias lleva, ni lo sabe, eso demuestra que los números y los records son para otros Wink
"Al final todo va a salir bien. Y sino ha salido bien es que todavia no es el final"

"Cuando un verdadero genio aparece en el mundo, lo reconoceréis por este signo: todos los necios se conjuran contra él" Jonathan Swift.
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