Alonso va un paso por delante
-Ningún dato explica cómoganó en Sepang, con la 7ª vuelta rápida y la 19ª velocidad punta.
-Ha ganado 7 puestos por carrera.
Fuente: Marca
Mucho se habla de que la Fórmula 1 es un espectáculo en el que ganan o pierden los ingenieros. Es cierto que la carga tecnológica de los actuales coches determina en gran medida las opciones de éxito, pero siguen estando pilotados por hombres. Es el único factor que reescribe el guión marcado por los programas de simulación y ahí es donde se convierte en verdadero deporte en el que compiten superatletas.
Hay tres clases de pilotos: los que cumplen las capacidades del monoplaza, los que las malgastan y, más reducido, los que se sobreponen a las prestaciones reales de forma sistemática. En éste último se podría incluir a los grandes como Schumacher, Alonso, Vettel, Hamilton, Button y Räikkönen, los seis campeones que compiten este año en el campeonato. Por eso ocupan los mejores volantes. No hay nada de caprichoso ni de azar en esa cuestión. Y los ingenieros muy poco tienen que ver en su talento y trabajo.
Pero, ahora mismo, Fernando Alonso parece un paso por delante de todos. En lo que va de temporada ha conseguido remontar siete puestos en cada carrera, respecto a la posición de la que partió en parrilla. Eso le ha supuesto a él y a su equipo 30 puntos que no se esperaban, de acuerdo a lo que pensaban sus ingenieros. Pat Fry, el director técnico de Ferrari, no lo veía en el podio -con las matemáticas en la mano- ni en Australia ni en Malasia. Pero como los buenos deportistas se superan y son tozudos, se ha cascado la primera victoria.
HAMILTON
"Alonso estuvo fantástico, arriesgar o no hacerlo, fue clave"
En el caso opuesto se sitúa Lewis Hamilton, que partió desde la pole en ambas ocasiones y perdió tres puestos y 20 puntos respecto a lo que marcaba su clasificación del sábado.
Lento, pero ganador
La vuelta rápida en carrera es, además de la calificación, un buen medidor de lo que da de sí el coche en cada gran premio. En Sepang, Fernando marcó el séptimo mejor tiempo (1:41.680) a nueve décimas de Kimi Räikkönen con el Lotus (1:40.722). Sergio Pérez, por ejemplo, logró el tercer tiempo del día con seis décimas de ventaja con Fernando, pero no le fue suficiente. La otra cara es la de Felipe Massa, que tenía la decimotercera, pero acabó decimoquinto.
En cuanto a velocidad punta en recta, en un trazado en el que condiciona mucho el tiempo final, como es el trazado malayo, Alonso tuvo la 19ª de los 24 coches. Su Ferrari (289,1) era 10km/h más lento que el Toro Rosso de Vergne (299,6), o el Force India de Nico Hülkenberg (299,3).
No hay dato que explique cómo ganó la carrera, pero lo hizo gracias a la adaptación a una pista cambiante y a la capacidad para arañar cada décima imposible en cada vuelta. La estrategia también le dio unos dos segundos extra que le fueron muy valiosos, pero una gota en un océano del cómputo global.
Como esos datos no cambien rápido, todo quedará en un recuerdo, en ese bonito apartado de las carreras épicas, pero sólo eso. El bicampeón del mundo partió el domingo por la noche de Kuala Lumpur y por la mañana ya estaba en Maranello para empezar a trabajar en las piezas nuevas que se le deben poner al F2012 en el próximo mes y medio.
Hay que realizar infinitas simulaciones con cada elemento y luego confiar en que se comporten igual en la pista en China, Bahréin y Barcelona. Esas pruebas marcarán el destino de Ferrari en esta temporada. Pero de momento, el piloto ha desdicho a las previsiones más optimistas.
-Ningún dato explica cómoganó en Sepang, con la 7ª vuelta rápida y la 19ª velocidad punta.
-Ha ganado 7 puestos por carrera.
Fuente: Marca
Mucho se habla de que la Fórmula 1 es un espectáculo en el que ganan o pierden los ingenieros. Es cierto que la carga tecnológica de los actuales coches determina en gran medida las opciones de éxito, pero siguen estando pilotados por hombres. Es el único factor que reescribe el guión marcado por los programas de simulación y ahí es donde se convierte en verdadero deporte en el que compiten superatletas.
Hay tres clases de pilotos: los que cumplen las capacidades del monoplaza, los que las malgastan y, más reducido, los que se sobreponen a las prestaciones reales de forma sistemática. En éste último se podría incluir a los grandes como Schumacher, Alonso, Vettel, Hamilton, Button y Räikkönen, los seis campeones que compiten este año en el campeonato. Por eso ocupan los mejores volantes. No hay nada de caprichoso ni de azar en esa cuestión. Y los ingenieros muy poco tienen que ver en su talento y trabajo.
Pero, ahora mismo, Fernando Alonso parece un paso por delante de todos. En lo que va de temporada ha conseguido remontar siete puestos en cada carrera, respecto a la posición de la que partió en parrilla. Eso le ha supuesto a él y a su equipo 30 puntos que no se esperaban, de acuerdo a lo que pensaban sus ingenieros. Pat Fry, el director técnico de Ferrari, no lo veía en el podio -con las matemáticas en la mano- ni en Australia ni en Malasia. Pero como los buenos deportistas se superan y son tozudos, se ha cascado la primera victoria.
HAMILTON
"Alonso estuvo fantástico, arriesgar o no hacerlo, fue clave"
En el caso opuesto se sitúa Lewis Hamilton, que partió desde la pole en ambas ocasiones y perdió tres puestos y 20 puntos respecto a lo que marcaba su clasificación del sábado.
Lento, pero ganador
La vuelta rápida en carrera es, además de la calificación, un buen medidor de lo que da de sí el coche en cada gran premio. En Sepang, Fernando marcó el séptimo mejor tiempo (1:41.680) a nueve décimas de Kimi Räikkönen con el Lotus (1:40.722). Sergio Pérez, por ejemplo, logró el tercer tiempo del día con seis décimas de ventaja con Fernando, pero no le fue suficiente. La otra cara es la de Felipe Massa, que tenía la decimotercera, pero acabó decimoquinto.
En cuanto a velocidad punta en recta, en un trazado en el que condiciona mucho el tiempo final, como es el trazado malayo, Alonso tuvo la 19ª de los 24 coches. Su Ferrari (289,1) era 10km/h más lento que el Toro Rosso de Vergne (299,6), o el Force India de Nico Hülkenberg (299,3).
No hay dato que explique cómo ganó la carrera, pero lo hizo gracias a la adaptación a una pista cambiante y a la capacidad para arañar cada décima imposible en cada vuelta. La estrategia también le dio unos dos segundos extra que le fueron muy valiosos, pero una gota en un océano del cómputo global.
Como esos datos no cambien rápido, todo quedará en un recuerdo, en ese bonito apartado de las carreras épicas, pero sólo eso. El bicampeón del mundo partió el domingo por la noche de Kuala Lumpur y por la mañana ya estaba en Maranello para empezar a trabajar en las piezas nuevas que se le deben poner al F2012 en el próximo mes y medio.
Hay que realizar infinitas simulaciones con cada elemento y luego confiar en que se comporten igual en la pista en China, Bahréin y Barcelona. Esas pruebas marcarán el destino de Ferrari en esta temporada. Pero de momento, el piloto ha desdicho a las previsiones más optimistas.