15-03-2012, 10:42
[/b]Efectivamente, la respuesta es negativa si nos atenemos, por ejemplo, a la encuesta realizado por la revista Autosport. Cada uno de los veinte periodistas de su 'staff' debían elegir sus cinco pilotos favoritos. Diecinueve señalaron a Sebastian Vettel como su candidato número 1. El único periodista discordante le colocó segundo, por detrás de Lewis Hamilton
Bernie Ecclestone, tan entregado últimamente a la causa del alemán, está en la misma línea. “Creo que Vettel puede hacerlo de nuevo”, declaraba esta semana, “¿qué está en su contra? Creo que cualquier otra cosa sería una sorpresa. La pretemporada habló claramente” remataba Ecclestone, “el Red Bull parece supercompetitivo de nuevo, y Sebastian solo tiene 24 años y un enorme potencial por delante”. Hace escasos días se le preguntaba al propio Vettel si se consideraba gran favorito. “Sí” fue su respuesta. Confianza extrema y por algo será. Porque a falta de contrastar la realidad con los pronósticos, más factores juegan a su favor que en contra.
Una inteligencia extraordinaria
Desde la perspectiva del piloto, sus grandes virtudes son ya conocidas. Pero de ellas destaca la herramienta multiusos de su extraordinaria inteligencia, que le permite adaptar su talento natural a la complejidad de la Fórmula 1 actual. Es, además, un espíritu brutalmente competitivo acolchado en un sentido del humor propio de quienes cuentan con una capacidad intelectual extra. Vettel es un piloto excepcional. Con o sin un monoplaza de Newey en las manos.
Pero si el que maneja lleva el sello del genio, tanto peor para sus rivales. Y si al equipo le sale todo con la pelota, resulta innegable reconocer que Vettel está subido en la ola buena. “Generalmente, quien gana el año anterior está entre los favoritos para la próxima temporada”, aseguraba el alemán estos días. La Fórmula 1 se mueve en ciclos de dominio y el actual pertenece a Red Bull. Lo que dure es una incógnita.
Equipo en modo "ajuste fino"
“Creo que el pasado año no tuvimos un coche tan sólido como el pasado, pero fuimos más fuertes como equipo” ha reconocido varias veces Vettel durante este invierno. Eficacia operativa, capacidad de riesgo en la estrategia, fiabilidad del monoplaza, eficacia en boxes... “Con el beneficio de la continuidad en todas las áreas, buscamos aprender de las lecciones del pasado año y aplicarlas este año” avisaba Horner estos días. Sobre unas bases estructurales y operativas ya sólidas, el equipo austríaco se ha dedicado este invierno al 'ajuste fino'. Con que en Red Bull solo igualen la cifra de goles del pasado año, apaga y vámonos.
Adrian Newey y su equipo técnico es otro valor clave en el ciclo dominador de Red Bull. Dada la trayectoria de sus 'criaturas' desde 2009, ¿cómo negar que el RB8 seguirá su estela ganadora? A estabilidad reglamentaria, un coche ganador no deja de serlo de una temporada a otra. Queda la duda, eso sí, de comprobar si los cambios -escapes y neumáticos- tienen la entidad suficiente como para pillar a Newey con el pie cambiado.
Por dónde romper el espinazo
¿Y cómo derrotar a este equipo sin fisuras? Para empezar -fácil de decir, difícil de lograr- habrá que neutralizar estrategia que Vettel y Red Bull utilizaron la pasada temporada con el Q3 como eje central. El RB7 no era tan “superior”, como decía Vettel, porque estaba optimizado para el tiempo global en vuelta a costa de comprometer su velocidad punta, por ejemplo. El ejemplo de Monza fue espectacular. Eso sí, en las curvas rápidas era intocable.
Con unos agresivos mapas de soplado del sábado, con un monoplaza intocable en las curvas -sobre todo rápidas- Vettel exprimía genialmente el punto dulce de los Pirelli en el Q3. Así cayeron quince poles. Luego, desde la arrancada, Vettel decía adiós con la manita para quedar fuera del alcance del DRS en las primeras vueltas. Desde aquí, controlaba la estrategia de sus rivales con los neumáticos. Muchas victorias se lograron con este esquema. Quien quiera romper el espinazo a Red Bull, deberá empezar por los entrenamientos. Y como Pirelli ya ha prometido una gran variabilidad de estrategias con sus nuevas gomas, de momento, las carreras son una incógnita.
¿Y qué dirá Mark Webber este año?
El rendimiento del australiano también lo es, pero no oculta que sus sensaciones parecen ser muy distintas para 2012: “Me siento mucho mejor que el pasado año, porque entonces estaba en la m… al comienzo, así que este será mejor”. Al margen de la habitual cháchara de pretemporada, puede que los factores técnicos que hundieron a Webber se atemperen en 2012. Y si otros equipos plantaran cara a Red Bull y el australiano "robara" puntos a su compañero, veremos el cariz que toma Red Bull en su seno. Porque Webber no acepta servidumbres fácilmente cuando se ve cerca de Vettel. Recordemos la temporada 2010.
En toda la historia de la Fórmula 1, solo Juan Manuel Fangio y Michael Schumacher han sido capaces de ganar tres títulos seguidos. Agarrémonos a este tablón de naufrago como argumento para desmentir a sesudos paneles de expertos y al mismísimo Bernie Ecclestone. Porque si de batir récords se trata, miedo da, ya sabemos cómo se las está gastando Sebastian Vettel desde que aterrizó en el Gran Circo. ¿Alonso? Ah, sí, solo un periodista se atrevió a colocarle tercero en su lista...
fuente: elcnidencialcom
Bernie Ecclestone, tan entregado últimamente a la causa del alemán, está en la misma línea. “Creo que Vettel puede hacerlo de nuevo”, declaraba esta semana, “¿qué está en su contra? Creo que cualquier otra cosa sería una sorpresa. La pretemporada habló claramente” remataba Ecclestone, “el Red Bull parece supercompetitivo de nuevo, y Sebastian solo tiene 24 años y un enorme potencial por delante”. Hace escasos días se le preguntaba al propio Vettel si se consideraba gran favorito. “Sí” fue su respuesta. Confianza extrema y por algo será. Porque a falta de contrastar la realidad con los pronósticos, más factores juegan a su favor que en contra.
Una inteligencia extraordinaria
Desde la perspectiva del piloto, sus grandes virtudes son ya conocidas. Pero de ellas destaca la herramienta multiusos de su extraordinaria inteligencia, que le permite adaptar su talento natural a la complejidad de la Fórmula 1 actual. Es, además, un espíritu brutalmente competitivo acolchado en un sentido del humor propio de quienes cuentan con una capacidad intelectual extra. Vettel es un piloto excepcional. Con o sin un monoplaza de Newey en las manos.
Pero si el que maneja lleva el sello del genio, tanto peor para sus rivales. Y si al equipo le sale todo con la pelota, resulta innegable reconocer que Vettel está subido en la ola buena. “Generalmente, quien gana el año anterior está entre los favoritos para la próxima temporada”, aseguraba el alemán estos días. La Fórmula 1 se mueve en ciclos de dominio y el actual pertenece a Red Bull. Lo que dure es una incógnita.
Equipo en modo "ajuste fino"
“Creo que el pasado año no tuvimos un coche tan sólido como el pasado, pero fuimos más fuertes como equipo” ha reconocido varias veces Vettel durante este invierno. Eficacia operativa, capacidad de riesgo en la estrategia, fiabilidad del monoplaza, eficacia en boxes... “Con el beneficio de la continuidad en todas las áreas, buscamos aprender de las lecciones del pasado año y aplicarlas este año” avisaba Horner estos días. Sobre unas bases estructurales y operativas ya sólidas, el equipo austríaco se ha dedicado este invierno al 'ajuste fino'. Con que en Red Bull solo igualen la cifra de goles del pasado año, apaga y vámonos.
Adrian Newey y su equipo técnico es otro valor clave en el ciclo dominador de Red Bull. Dada la trayectoria de sus 'criaturas' desde 2009, ¿cómo negar que el RB8 seguirá su estela ganadora? A estabilidad reglamentaria, un coche ganador no deja de serlo de una temporada a otra. Queda la duda, eso sí, de comprobar si los cambios -escapes y neumáticos- tienen la entidad suficiente como para pillar a Newey con el pie cambiado.
Por dónde romper el espinazo
¿Y cómo derrotar a este equipo sin fisuras? Para empezar -fácil de decir, difícil de lograr- habrá que neutralizar estrategia que Vettel y Red Bull utilizaron la pasada temporada con el Q3 como eje central. El RB7 no era tan “superior”, como decía Vettel, porque estaba optimizado para el tiempo global en vuelta a costa de comprometer su velocidad punta, por ejemplo. El ejemplo de Monza fue espectacular. Eso sí, en las curvas rápidas era intocable.
Con unos agresivos mapas de soplado del sábado, con un monoplaza intocable en las curvas -sobre todo rápidas- Vettel exprimía genialmente el punto dulce de los Pirelli en el Q3. Así cayeron quince poles. Luego, desde la arrancada, Vettel decía adiós con la manita para quedar fuera del alcance del DRS en las primeras vueltas. Desde aquí, controlaba la estrategia de sus rivales con los neumáticos. Muchas victorias se lograron con este esquema. Quien quiera romper el espinazo a Red Bull, deberá empezar por los entrenamientos. Y como Pirelli ya ha prometido una gran variabilidad de estrategias con sus nuevas gomas, de momento, las carreras son una incógnita.
¿Y qué dirá Mark Webber este año?
El rendimiento del australiano también lo es, pero no oculta que sus sensaciones parecen ser muy distintas para 2012: “Me siento mucho mejor que el pasado año, porque entonces estaba en la m… al comienzo, así que este será mejor”. Al margen de la habitual cháchara de pretemporada, puede que los factores técnicos que hundieron a Webber se atemperen en 2012. Y si otros equipos plantaran cara a Red Bull y el australiano "robara" puntos a su compañero, veremos el cariz que toma Red Bull en su seno. Porque Webber no acepta servidumbres fácilmente cuando se ve cerca de Vettel. Recordemos la temporada 2010.
En toda la historia de la Fórmula 1, solo Juan Manuel Fangio y Michael Schumacher han sido capaces de ganar tres títulos seguidos. Agarrémonos a este tablón de naufrago como argumento para desmentir a sesudos paneles de expertos y al mismísimo Bernie Ecclestone. Porque si de batir récords se trata, miedo da, ya sabemos cómo se las está gastando Sebastian Vettel desde que aterrizó en el Gran Circo. ¿Alonso? Ah, sí, solo un periodista se atrevió a colocarle tercero en su lista...
fuente: elcnidencialcom
No se construirá una nueva era con las armas,sino con las manos que las llevan
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