20-11-2012, 07:58
(Este mensaje fue modificado por última vez en: 20-11-2012, 15:55 por Alano_Spanol.)
Opinión: Razones (o no) para creer en Fernando Alonso.
Fecha: 20/11/2012 05:17
Fuente: sportmotores·es y 6cero·com
Tengo delante de mi, y no sé cuantas veces van ya esta temporada la tabla de clasificación. Cuanto más la miro, más irreal me parece. Y no nos engañemos, es irreal.
Que Fernando Alonso siga vivo a estas alturas de la temporada desobedece cualquier tipo de lógica.
Y es precisamente por eso, por que la F1 y la lógica no siempre van de la mano, por lo que estamos viviendo, por quinta vez desde que Alonso ingresara en la F1 en 2001, su quinta lucha por el campeonato.
Siempre me habían gustado esto de los cochechitos, las motos, las carreras... pero por circunstancias de la vida, no fue hasta la llegada de Fernando Alonso cuando me enganché verdaderamente a la F1. ¿Recordáis la temporada 2003? Yo sí... Recuerdo Australia, y su calificación. Décimo, enlatado entre los brutos Williams con motor BMW, y entre Coulthard, el eterno candidato y su Mclaren. No está lejos de los puntos... quizás lo consiga, pensé. Y llegó la carrera, y efectivamente lo consiguió. Sufriendo con Ralf Schumacher. No lejos de la sexta posición del piloto de las paellas, Frentzen. Recuerdo, y por aquél entonces era bastante niño, que terminé con una sonrisa de oreja a oreja.
Llega Malasia, dos semanas después... ¡y qué es lo que vimos! Un español haciendo la pole! No sabíamos ni como tomárnoslo. ¿Era realmente bueno? ¿Era ganador? Y además, nos llegaba información de que estaba corriendo con fiebre... ¡Vaya con el chaval! Entonces era difícil de ver, pero ya Fernando, en aquél entonces, marcaba las directrices de lo que iba a ser prácticamente toda su vida deportiva. El Renault se comportó muy bien en Malasia, pero ni de lejos era el mejor coche. De hecho, todos estaremos de acuerdo en que tanto Ferrari, como Mclaren y Williams estaban un pasito por encima. Sin embargo, ahí estaba él, con el cuarto equipo de la parrilla, haciendo su primera pole, liderando sus primeras vueltas y logrando su primer podio, batiendo records de precocidad. Fernando Alonso... especialista en hacer podios con coches de mitad de parrilla.
![[Imagen: 26122.jpg]](http://iris.cpidt.pt/projectos/sportmotores_es/img/fotos/26122.jpg)
Pero no fue hasta Brasil, cuando decidí que jamás me iba a volver a perder una carrera de F1. Aquél día comprendí lo maravillosa que podía llegar a ser esta competición "sin adelantamientos". Creo que todos recordamos esa carrera. Lluvia, incertidumbre, safety car, salidas de pista... Recuerdo que pensé, este chico va a ser campeón. Acabó con accidente, pero lo que realmente me hizo emocionarme fue como le iba recortando tiempo a la cabeza de carrera. Faltaban unas 20 vueltas, y les recortaba tiempo... estaba a apenas 7 u 8 segundos. "Va a ganar... los pilla, los pilla," pensaba para mi mismo. Sucedió el accidente al encontrarse restos del coche de Webber, e ir quizás demasiado deprisa, ya que por aquél entonces no existían los delta-time. Afortunadamente para él, el director de carrera decidió dar por finalizada la misma, ya que de lo contrario, quedarían en pista 7 monoplazas de los 20 que tomaron la salida, y viendo que el motor de Fisichella se incendió camino del box... ¿Podríamos asistir a la primera carrera moderna en la que ningún coche logra cruzar la línea de meta? (Lo que pagaría HRT por una carrera así). Sea como sea, la bandera roja le daba su segundo podio, en tres carreras. Ya empezó a recibir las primeras críticas. El campeón Villeneuve le tachó de temerario, por no levantar con las banderas amarillas. ¿Empezaba a ser Alonso un verdadero rival? Creo que a muy pocos les quedaban dudas.
Más tarde vino su primera victoria, una victoria sin mucha historia. Hungría es un trazado muy ratonero y la tracción era uno de los fuertes del Renault, Fernando se sacó una vuelta sensacional que le colocó en la Pole. El Domingo, Webber se alió con el asturiano, y le hizo un bonito tapón a los rivales verdaderamente temibles. Hubiera sido más bonita una victoria a la épica, pero realmente fue una victoria muy muy normalita, de las más sosas de su carrera.
Más tarde vinieron los títulos mundiales, el segundo con más angustia que el segundo, carreras épicas, como Hungría 2006..
En aquél 2006, Alonso parecía Jorge Lorenzo. Lo que no acababa primero, lo acababa segundo, con la excepción de aquellos dos quintos puestos.
![[Imagen: 26123.jpg]](http://iris.cpidt.pt/projectos/sportmotores_es/img/fotos/26123.jpg)
Llegamos a 2007. Equipo nuevo, Mclaren, ahí es nada. Siempre pensé que Mclaren era el equipo perfecto para Fernando Alonso, el equipo que “le pegaba”. Sinceramente, no me lo imaginaba de rojo. Supongo que el hecho de que yo siempre he sido mercedista y los Ferraris nunca me han dicho nada especial, tenía mucho que ver en ello. Lo que pudo ser y no fue. Verdaderamente, entiendo la postura de Mclaren, la entiendo desde el corazón, pero no la entiendo desde la razón, la razón que supuestamente tiene que reinar en un equipo de F1, la razón que tiene que llenar la cabeza de los que mandan, de los que dirigen, de los que toman decisiones. Estuvieron años deseando tener a ese piloto en sus filas, y cuando lo tienen... se dedican a hacerle la puñeta. ¿Qué debió sentir Fernando Alonso al leer las declaraciones de Ron Dennis diciendo que el rival no era Kimi Raikönen, que era Fernando Alonso? Casi mejor no recordarlo, aunque mentiría si no dijese que espero con ansia la biografía de Fernando donde nos cuente todo lo que vivió con pelos y señales. Última carrera del año y Ferrari se planta en Brasil con un cohete (Ferrari quién te a visto y quién te ve) Pero no importaba, a Hamilton le bastaba con ser sexto para ser campeón... pero no lo consiguió. Una carrera horrorosa con varios fallos del británico se lo impidió. Mientras, Fernando, a lo suyo, entrando tercero por meta, a 1 minuto del Ferrari. Sí... así es, en aquella carrera, el Ferrari fue casi un segundo por vuelta más rápido que el Mclaren. Fernando no ganó, pero jamás he visto un perdedor con tal cara de satisfacción consigo mismo. Solo se pueden hacer conjeturas, así que imagino que pensaría en lo que sentía Ron Dennis en esos momentos, en si pensaría que hubiera pasado si de verdad hubiera apoyado al piloto que tendría que haber apoyado, en lugar de dificultarle la tarea. Aún recuerdo aquél podio. El equipo Ferrari al completo, y un mecánico. Un único mecánico, aplaudiendo a Fernando Alonso.
Llegamos a 2008. Supimos más tarde que Alonso pudo haber fichado por Honda, el coche que ganó. O que incluso pudo haber fichado por Red Bull. Qué diferente sería ahora todo, ¿verdad? Regresar a Renault era una opción de lo más lógica, aunque el año 2007 de Renault no fue bueno, Renault ya había ganado, y quizás era el momento de apostar por equipos o dirigentes que tuviesen más hambre de victoria.
Aunque en términos de resultados, tanto 2008 y 2009 hayan sido los peores, 2001 a parte, es muy importante comentar estos años. ¿Por qué? Ese Renault, no iba. Pero Fernando seguía logrando audiencias de escándalo. Repito, ¿Por qué? Pues porque es Fernando, porque nunca sabes lo que puede pasar. Porque con un coche increíblemente lento, carrera tras carrera, escala posiciones, porque siempre va hacia arriba, nunca hacia abajo. Porque siempre le vemos peleando con coches de arriba, nunca le vemos defenderse de uno de abajo. Cuando se apaga el semáforo, hay un piloto que puede ganar la carrera, y a nadie le sorprendería jamás, sea la carrera que sea, e independientemente de su coche, y ese, es el asturiano.
Alonso le sacó 42 puntos de ventaja a su compañero de piso, Nelson Piquet, más de 4 victorias de ventaja. “Es que Nelson es muy malo”. No sé si es muy malo o no, pero desde luego, lo parecía. Pero hay una realidad, es el mismo Nelson que fue el único capaz de plantarle cara y disputarle el campeonato de Gp2 a Hamilton. Después de Nelson, vino Grosjean, el mismo que este año lleva un Lotus, y el veredicto fue el mismo que con Nelso. “Es que es muy malo, no vale”. Fisichella, Trulli, Villeneuve, Piquet, Grosjean... Todos malos... o es que quizás era su compañero el que era muy bueno.
Año 2010, año del cambio, Alonso se viste de rojo, algo que los aficionados celebraron con fuerza. Primera carrera del año, y primera victoria. Este año sí, pensamos la mayoría. Había llegado a Ferrari, la que dominó del 2000 al 2004, la que consiguió plantarle cara en 2006, la que le arrebató el campeonato en extremis en 2007, la que no se lo llevó por un punto en 2008. La misma que en 2009 hizo un coche mediocre y no fue capaz de adaptarse a la nueva normativa...
Aún así, 2010 no fue un mal año. Sabe mal aquél fallo mecánico en Malasia, de la que Fernando dijo, “en unos años diré que mi mejor carrera fue Malasia 2010, y la gente no lo entenderá”. Pero si lo entendemos. Logró igualar e incluso atacar a Massa con una caja de cambios averiada. Más tarde, la carrera de la polémica, Silverstone. Alonso fue sancionado al salirse de la trazada cuando Kubika le iba a envestir intentando defenderse del adelantamiento. Se preguntó si debía devolver la posición, al mismo tiempo que Robert se retiraba, y al mismo momento que el coche de seguridad salía a pista para retirar fibra de carbono de la pista. El veredicto fue que sí, que debía ceder, pero Robert ya no estaba, así que Alonso debía hacer un Drive through que con el coche de seguridad en pista le mandaría a la última posición. Por segunda vez en la temporada, Alonso salía sin puntos. Y no sería la última. Faltaba Bélgica. Alonso salía en mitad del pelotón cuando fue embestido fuertemente. Aún no sé como pudo continuar, aunque continuó con fallos en su coche. Más tarde llegó la lluvia, y Fernando acabó fuera de la pista.
Aún así, en las últimas ocho carreras antes de Abu Dabhi, Alonso consiguió siete podios con cuatro victorias, un final de temporada de escándalo. Sin embargo, llegó la última carrera, y el que plantó un misil, al contrario que en 2007, fue el Red Bull. Había que salir a minimizar daños. El veredicto de todos es similar. Falló el ingeniero y principalmente, falló el estratega. Un gran varapalo. Un Alonso, al que apenas se le podían achacar fallos, se quedaba a las puertas de su tercer título, como en 2007.
De 2011 no hay mucho que contar. Vettel consiguó17 podios de 19 posibles, de los que 11 fueron victorias. Y aún así, Alonso realizó otra temporada sin apenas fallos, en las que con un coche inferior al Red Bull y al Mclaren, conseguía habitualmente rascar podios. 10, exactamente.
Comienza la temporada actual, año 2012, y el coche no es rápido. Parece que esta temporada tampoco va a ser, pensamos. Y cuando en Malasia el coche va aún peor que en Australia nos echamos las manos a la cabeza. Pero así es Fernando... llega el domingo, y gana la carrera. El clima se alió con él, algo muy posible, y ganó. Y puedo decir que eran muy pocos los que apostaban por él. Yo, sin embargo, me siento orgulloso de decir que vacié mi cuenta en una casa de apuestas a favor de Alonso, y que lo hice cuando se pagaba a 51 a 1. Supongo que si algo he aprendido de Fernando en todos estos años, es que es muy temerario perder la fe en él. Analizada la temporada 2012 completa, cada resultado es tan increíble como el anterior.
Ha conseguido 12 podios, 3 victorias, 8 puntos más que en 2010, con un coche del que personalmente creo que es peor que aquél. No nos engañemos, Alonso ha tenido “suerte”, si es que se puede llamar suerte a que sus rivales no hayan sido capaces de sacarle todo el potencial que tienen sus coches. Pero es que la temporada ha sido formidable. Quizás sin los dos abandonos forzados habríamos celebrado el título la semana pasada, es difícil de saber. Quizás nos toque lamentarnos de ese puñado de puntos perdidos.
Pero personalmente, creo que no. Creo que Alonso va a lograr llevarse el título. Y evidentemente lo digo con el corazón, y no con la razón. Con la razón por delante, está difícil. Muy difícil. Estadísticamente, de las 552 combinaciones que se pueden dar en la carrera del domingo, a Alonso solo le favorecen el 9,42%, exactamente 52 combinaciones, por las 500 de Vettel. ¿Pero de qué vale esta estadística? Realmente, de nada...
Desgraciadamente, a Alonso no vale otra cosa que no sea podio. Y aunque a priori, esta es la parte más difícil, ya que, como poco, va a tener seguro 4 coches más rápido delante, y siempre rezando para que algún Lotus o Williams no se sume a la fiesta, es la parte en la que más confío. Confío en los elementos que depende de Alonso. Y confío porque en las últimas 7 carreras, ha conseguido 6 podios, y en ninguna de ellas tenía algo más rápido que el quinto coche de la parrilla. Es cierto que no siempre se puede hacer magia, pero si hay un piloto en el que confío, es en él.
Pero como ya hemos dicho, Alonso no depende de si mismo, si no que Vettel tiene que fallar. Y esto es lo verdaderamente improbable. Improbable, porque tiene un coche para salir en primera línea, y hacer una carrera contrarreloj, de las que le gusta, controlando el pelotón y sin meterse en luchas, en definitiva, una carrera fácil. Vettel ya no es aquél piloto que con el STR2 sumó 7 abandonos en 12 carreras, es un piloto que lleva 7 temporadas subido al Formula uno, y que ha demostrado aguantar bien la presión, y dudo mucho que sabiendo que con una quinta posición, le basta, le vaya a poder la presión.
¿Fiabilidad mecánica? Está bien lo de cogerse a un clavo ardiendo, mantener la esperanza es positivo, pero no nos engañemos, el Red Bull no es un coche débil, y el monoplaza de Vettel solo ha sufrido dos problemas mecánicos en toda la temporada, y sobre el de Monza aún tengo mis dudas.
![[Imagen: 26956d3efd79a14f1c110cc63ad63e71_o.jpg]](http://mm.seiscero.com/mm/imagen/26956d3efd79a14f1c110cc63ad63e71_o.jpg)
Pero esto es Formula uno, y todo puede pasar. Todos vimos en 2006 como después de años, un motor Ferrari se volatilizaba cuando parecía que iban a ganar el campeonato. Todos vimos como en 2007 un joven Hamilton erraba primero en la salida, y luego con aquél misterioso fallo que se arregló solo. Todos vimos en 2008 a la familia Massa dar saltos de alegría durante apenas 20 segundos, cuando un adelantamiento totalmente inesperado le dio el título a Hamilton. Todos vimos en 2009 como la cara de felicidad de Jenson Button se iba transformando carrera a carrera mientras Sebastian Vettel le recortaba puntos carrera tras carrera para colocarse peligrosamente cerca. Todos vimos como un error absurdo de estrategia dio la vuelta a la clasificación en la última carrera de 2010.
En definitiva, esto es F1, y los milagros no existen, pero todo puede pasar. Y yo creo en Fernando, creo en Fernando, porque él me ha hecho creer en él, me ha dado motivos para tener esta fe casi ciega. Estoy convencido de que es el mejor piloto de la Formula 1 moderna, el que, como dije atrás, jamás, y jamás es jamás, se puede descartar. Y creo, y quiero creer, que en 2013 Alonso llevará en su casco un tercer as que se le resiste desde 2007.
![[Imagen: 26124.jpg]](http://iris.cpidt.pt/projectos/sportmotores_es/img/fotos/26124.jpg)
Fecha: 20/11/2012 05:17
Fuente: sportmotores·es y 6cero·com
Tengo delante de mi, y no sé cuantas veces van ya esta temporada la tabla de clasificación. Cuanto más la miro, más irreal me parece. Y no nos engañemos, es irreal.
Que Fernando Alonso siga vivo a estas alturas de la temporada desobedece cualquier tipo de lógica.
Y es precisamente por eso, por que la F1 y la lógica no siempre van de la mano, por lo que estamos viviendo, por quinta vez desde que Alonso ingresara en la F1 en 2001, su quinta lucha por el campeonato.
Siempre me habían gustado esto de los cochechitos, las motos, las carreras... pero por circunstancias de la vida, no fue hasta la llegada de Fernando Alonso cuando me enganché verdaderamente a la F1. ¿Recordáis la temporada 2003? Yo sí... Recuerdo Australia, y su calificación. Décimo, enlatado entre los brutos Williams con motor BMW, y entre Coulthard, el eterno candidato y su Mclaren. No está lejos de los puntos... quizás lo consiga, pensé. Y llegó la carrera, y efectivamente lo consiguió. Sufriendo con Ralf Schumacher. No lejos de la sexta posición del piloto de las paellas, Frentzen. Recuerdo, y por aquél entonces era bastante niño, que terminé con una sonrisa de oreja a oreja.
Llega Malasia, dos semanas después... ¡y qué es lo que vimos! Un español haciendo la pole! No sabíamos ni como tomárnoslo. ¿Era realmente bueno? ¿Era ganador? Y además, nos llegaba información de que estaba corriendo con fiebre... ¡Vaya con el chaval! Entonces era difícil de ver, pero ya Fernando, en aquél entonces, marcaba las directrices de lo que iba a ser prácticamente toda su vida deportiva. El Renault se comportó muy bien en Malasia, pero ni de lejos era el mejor coche. De hecho, todos estaremos de acuerdo en que tanto Ferrari, como Mclaren y Williams estaban un pasito por encima. Sin embargo, ahí estaba él, con el cuarto equipo de la parrilla, haciendo su primera pole, liderando sus primeras vueltas y logrando su primer podio, batiendo records de precocidad. Fernando Alonso... especialista en hacer podios con coches de mitad de parrilla.
Pero no fue hasta Brasil, cuando decidí que jamás me iba a volver a perder una carrera de F1. Aquél día comprendí lo maravillosa que podía llegar a ser esta competición "sin adelantamientos". Creo que todos recordamos esa carrera. Lluvia, incertidumbre, safety car, salidas de pista... Recuerdo que pensé, este chico va a ser campeón. Acabó con accidente, pero lo que realmente me hizo emocionarme fue como le iba recortando tiempo a la cabeza de carrera. Faltaban unas 20 vueltas, y les recortaba tiempo... estaba a apenas 7 u 8 segundos. "Va a ganar... los pilla, los pilla," pensaba para mi mismo. Sucedió el accidente al encontrarse restos del coche de Webber, e ir quizás demasiado deprisa, ya que por aquél entonces no existían los delta-time. Afortunadamente para él, el director de carrera decidió dar por finalizada la misma, ya que de lo contrario, quedarían en pista 7 monoplazas de los 20 que tomaron la salida, y viendo que el motor de Fisichella se incendió camino del box... ¿Podríamos asistir a la primera carrera moderna en la que ningún coche logra cruzar la línea de meta? (Lo que pagaría HRT por una carrera así). Sea como sea, la bandera roja le daba su segundo podio, en tres carreras. Ya empezó a recibir las primeras críticas. El campeón Villeneuve le tachó de temerario, por no levantar con las banderas amarillas. ¿Empezaba a ser Alonso un verdadero rival? Creo que a muy pocos les quedaban dudas.
Más tarde vino su primera victoria, una victoria sin mucha historia. Hungría es un trazado muy ratonero y la tracción era uno de los fuertes del Renault, Fernando se sacó una vuelta sensacional que le colocó en la Pole. El Domingo, Webber se alió con el asturiano, y le hizo un bonito tapón a los rivales verdaderamente temibles. Hubiera sido más bonita una victoria a la épica, pero realmente fue una victoria muy muy normalita, de las más sosas de su carrera.
Más tarde vinieron los títulos mundiales, el segundo con más angustia que el segundo, carreras épicas, como Hungría 2006..
En aquél 2006, Alonso parecía Jorge Lorenzo. Lo que no acababa primero, lo acababa segundo, con la excepción de aquellos dos quintos puestos.
Llegamos a 2007. Equipo nuevo, Mclaren, ahí es nada. Siempre pensé que Mclaren era el equipo perfecto para Fernando Alonso, el equipo que “le pegaba”. Sinceramente, no me lo imaginaba de rojo. Supongo que el hecho de que yo siempre he sido mercedista y los Ferraris nunca me han dicho nada especial, tenía mucho que ver en ello. Lo que pudo ser y no fue. Verdaderamente, entiendo la postura de Mclaren, la entiendo desde el corazón, pero no la entiendo desde la razón, la razón que supuestamente tiene que reinar en un equipo de F1, la razón que tiene que llenar la cabeza de los que mandan, de los que dirigen, de los que toman decisiones. Estuvieron años deseando tener a ese piloto en sus filas, y cuando lo tienen... se dedican a hacerle la puñeta. ¿Qué debió sentir Fernando Alonso al leer las declaraciones de Ron Dennis diciendo que el rival no era Kimi Raikönen, que era Fernando Alonso? Casi mejor no recordarlo, aunque mentiría si no dijese que espero con ansia la biografía de Fernando donde nos cuente todo lo que vivió con pelos y señales. Última carrera del año y Ferrari se planta en Brasil con un cohete (Ferrari quién te a visto y quién te ve) Pero no importaba, a Hamilton le bastaba con ser sexto para ser campeón... pero no lo consiguió. Una carrera horrorosa con varios fallos del británico se lo impidió. Mientras, Fernando, a lo suyo, entrando tercero por meta, a 1 minuto del Ferrari. Sí... así es, en aquella carrera, el Ferrari fue casi un segundo por vuelta más rápido que el Mclaren. Fernando no ganó, pero jamás he visto un perdedor con tal cara de satisfacción consigo mismo. Solo se pueden hacer conjeturas, así que imagino que pensaría en lo que sentía Ron Dennis en esos momentos, en si pensaría que hubiera pasado si de verdad hubiera apoyado al piloto que tendría que haber apoyado, en lugar de dificultarle la tarea. Aún recuerdo aquél podio. El equipo Ferrari al completo, y un mecánico. Un único mecánico, aplaudiendo a Fernando Alonso.
Llegamos a 2008. Supimos más tarde que Alonso pudo haber fichado por Honda, el coche que ganó. O que incluso pudo haber fichado por Red Bull. Qué diferente sería ahora todo, ¿verdad? Regresar a Renault era una opción de lo más lógica, aunque el año 2007 de Renault no fue bueno, Renault ya había ganado, y quizás era el momento de apostar por equipos o dirigentes que tuviesen más hambre de victoria.
Aunque en términos de resultados, tanto 2008 y 2009 hayan sido los peores, 2001 a parte, es muy importante comentar estos años. ¿Por qué? Ese Renault, no iba. Pero Fernando seguía logrando audiencias de escándalo. Repito, ¿Por qué? Pues porque es Fernando, porque nunca sabes lo que puede pasar. Porque con un coche increíblemente lento, carrera tras carrera, escala posiciones, porque siempre va hacia arriba, nunca hacia abajo. Porque siempre le vemos peleando con coches de arriba, nunca le vemos defenderse de uno de abajo. Cuando se apaga el semáforo, hay un piloto que puede ganar la carrera, y a nadie le sorprendería jamás, sea la carrera que sea, e independientemente de su coche, y ese, es el asturiano.
Alonso le sacó 42 puntos de ventaja a su compañero de piso, Nelson Piquet, más de 4 victorias de ventaja. “Es que Nelson es muy malo”. No sé si es muy malo o no, pero desde luego, lo parecía. Pero hay una realidad, es el mismo Nelson que fue el único capaz de plantarle cara y disputarle el campeonato de Gp2 a Hamilton. Después de Nelson, vino Grosjean, el mismo que este año lleva un Lotus, y el veredicto fue el mismo que con Nelso. “Es que es muy malo, no vale”. Fisichella, Trulli, Villeneuve, Piquet, Grosjean... Todos malos... o es que quizás era su compañero el que era muy bueno.
Año 2010, año del cambio, Alonso se viste de rojo, algo que los aficionados celebraron con fuerza. Primera carrera del año, y primera victoria. Este año sí, pensamos la mayoría. Había llegado a Ferrari, la que dominó del 2000 al 2004, la que consiguió plantarle cara en 2006, la que le arrebató el campeonato en extremis en 2007, la que no se lo llevó por un punto en 2008. La misma que en 2009 hizo un coche mediocre y no fue capaz de adaptarse a la nueva normativa...
Aún así, 2010 no fue un mal año. Sabe mal aquél fallo mecánico en Malasia, de la que Fernando dijo, “en unos años diré que mi mejor carrera fue Malasia 2010, y la gente no lo entenderá”. Pero si lo entendemos. Logró igualar e incluso atacar a Massa con una caja de cambios averiada. Más tarde, la carrera de la polémica, Silverstone. Alonso fue sancionado al salirse de la trazada cuando Kubika le iba a envestir intentando defenderse del adelantamiento. Se preguntó si debía devolver la posición, al mismo tiempo que Robert se retiraba, y al mismo momento que el coche de seguridad salía a pista para retirar fibra de carbono de la pista. El veredicto fue que sí, que debía ceder, pero Robert ya no estaba, así que Alonso debía hacer un Drive through que con el coche de seguridad en pista le mandaría a la última posición. Por segunda vez en la temporada, Alonso salía sin puntos. Y no sería la última. Faltaba Bélgica. Alonso salía en mitad del pelotón cuando fue embestido fuertemente. Aún no sé como pudo continuar, aunque continuó con fallos en su coche. Más tarde llegó la lluvia, y Fernando acabó fuera de la pista.
Aún así, en las últimas ocho carreras antes de Abu Dabhi, Alonso consiguió siete podios con cuatro victorias, un final de temporada de escándalo. Sin embargo, llegó la última carrera, y el que plantó un misil, al contrario que en 2007, fue el Red Bull. Había que salir a minimizar daños. El veredicto de todos es similar. Falló el ingeniero y principalmente, falló el estratega. Un gran varapalo. Un Alonso, al que apenas se le podían achacar fallos, se quedaba a las puertas de su tercer título, como en 2007.
De 2011 no hay mucho que contar. Vettel consiguó17 podios de 19 posibles, de los que 11 fueron victorias. Y aún así, Alonso realizó otra temporada sin apenas fallos, en las que con un coche inferior al Red Bull y al Mclaren, conseguía habitualmente rascar podios. 10, exactamente.
Comienza la temporada actual, año 2012, y el coche no es rápido. Parece que esta temporada tampoco va a ser, pensamos. Y cuando en Malasia el coche va aún peor que en Australia nos echamos las manos a la cabeza. Pero así es Fernando... llega el domingo, y gana la carrera. El clima se alió con él, algo muy posible, y ganó. Y puedo decir que eran muy pocos los que apostaban por él. Yo, sin embargo, me siento orgulloso de decir que vacié mi cuenta en una casa de apuestas a favor de Alonso, y que lo hice cuando se pagaba a 51 a 1. Supongo que si algo he aprendido de Fernando en todos estos años, es que es muy temerario perder la fe en él. Analizada la temporada 2012 completa, cada resultado es tan increíble como el anterior.
Ha conseguido 12 podios, 3 victorias, 8 puntos más que en 2010, con un coche del que personalmente creo que es peor que aquél. No nos engañemos, Alonso ha tenido “suerte”, si es que se puede llamar suerte a que sus rivales no hayan sido capaces de sacarle todo el potencial que tienen sus coches. Pero es que la temporada ha sido formidable. Quizás sin los dos abandonos forzados habríamos celebrado el título la semana pasada, es difícil de saber. Quizás nos toque lamentarnos de ese puñado de puntos perdidos.
Pero personalmente, creo que no. Creo que Alonso va a lograr llevarse el título. Y evidentemente lo digo con el corazón, y no con la razón. Con la razón por delante, está difícil. Muy difícil. Estadísticamente, de las 552 combinaciones que se pueden dar en la carrera del domingo, a Alonso solo le favorecen el 9,42%, exactamente 52 combinaciones, por las 500 de Vettel. ¿Pero de qué vale esta estadística? Realmente, de nada...
Desgraciadamente, a Alonso no vale otra cosa que no sea podio. Y aunque a priori, esta es la parte más difícil, ya que, como poco, va a tener seguro 4 coches más rápido delante, y siempre rezando para que algún Lotus o Williams no se sume a la fiesta, es la parte en la que más confío. Confío en los elementos que depende de Alonso. Y confío porque en las últimas 7 carreras, ha conseguido 6 podios, y en ninguna de ellas tenía algo más rápido que el quinto coche de la parrilla. Es cierto que no siempre se puede hacer magia, pero si hay un piloto en el que confío, es en él.
Pero como ya hemos dicho, Alonso no depende de si mismo, si no que Vettel tiene que fallar. Y esto es lo verdaderamente improbable. Improbable, porque tiene un coche para salir en primera línea, y hacer una carrera contrarreloj, de las que le gusta, controlando el pelotón y sin meterse en luchas, en definitiva, una carrera fácil. Vettel ya no es aquél piloto que con el STR2 sumó 7 abandonos en 12 carreras, es un piloto que lleva 7 temporadas subido al Formula uno, y que ha demostrado aguantar bien la presión, y dudo mucho que sabiendo que con una quinta posición, le basta, le vaya a poder la presión.
¿Fiabilidad mecánica? Está bien lo de cogerse a un clavo ardiendo, mantener la esperanza es positivo, pero no nos engañemos, el Red Bull no es un coche débil, y el monoplaza de Vettel solo ha sufrido dos problemas mecánicos en toda la temporada, y sobre el de Monza aún tengo mis dudas.
Pero esto es Formula uno, y todo puede pasar. Todos vimos en 2006 como después de años, un motor Ferrari se volatilizaba cuando parecía que iban a ganar el campeonato. Todos vimos como en 2007 un joven Hamilton erraba primero en la salida, y luego con aquél misterioso fallo que se arregló solo. Todos vimos en 2008 a la familia Massa dar saltos de alegría durante apenas 20 segundos, cuando un adelantamiento totalmente inesperado le dio el título a Hamilton. Todos vimos en 2009 como la cara de felicidad de Jenson Button se iba transformando carrera a carrera mientras Sebastian Vettel le recortaba puntos carrera tras carrera para colocarse peligrosamente cerca. Todos vimos como un error absurdo de estrategia dio la vuelta a la clasificación en la última carrera de 2010.
En definitiva, esto es F1, y los milagros no existen, pero todo puede pasar. Y yo creo en Fernando, creo en Fernando, porque él me ha hecho creer en él, me ha dado motivos para tener esta fe casi ciega. Estoy convencido de que es el mejor piloto de la Formula 1 moderna, el que, como dije atrás, jamás, y jamás es jamás, se puede descartar. Y creo, y quiero creer, que en 2013 Alonso llevará en su casco un tercer as que se le resiste desde 2007.
Sergio Martínez
