18-04-2012, 15:03
Date por jodido
Discúlpenme ustedes que vuelva a tocar a Red Bull, pero mientras esperamos a ver en qué queda lo de Bahrein, la santa casa que enarbolara la igualdad entre sus pilotos como trompeta para derribar las murallas de Jericó, sigue ofreciendo alpiste gratis, y como comprenderán ustedes no es cuestión de desperdiciarlo.
Ayer mismo, sin ir más lejos, la plana mayor de Milton Keynes salía al paso de las dudas que está sembrando el RB8, y lejos de resolverlas, como de costumbre, más bien las avivaban por aquello de intentar resolver la cuadratura del círculo.
Como no es cuestión de aburrir a nadie y puesto que la información está ahí fuera, como la verdad en Expediente X, el asunto se reduce a que en China había dos RB8 porque la austriaca quería tener datos concretos sobre el rendimiento real de ambas alternativas, antes de definir con cuál arrear de aquí a final de temporada. Bien, Horner anunciaba con pompa y alharaca que se ha elegido continuar con el planteamiento usado desde Australia, el que utiliza la solución Sauber, para que nos entendamos, puesto que el estrenado en pretemporada no ha funcionado como se esperaba en Shanghai, con Vettel al volante.
Hasta aquí todo parece normal, y afirmaría de forma tajante que lo es salvo por la cantidad de oscuros matices que salpimentan el tema.
Vamos a ver. Al parecer Sebastian no se encontraba cómodo con el coche que Newey había decidido como idóneo para defender el pabellón de la escudería durante 2012. Como argumento no está nada mal, aunque nos sitúa en que el piloto alemán, como sospechábamos muchos, es muy dependiente de la calidad del vehículo que conduce, de manera que si éste va de cine, pongamos por caso el RB7, el bicampeón del mundo funciona a las mil maravillas y bate todos los récords, pero si resulta un poco asperote, como el RB8, su rendimiento como piloto decae.
Leyendo estas cosas, a cualquiera que tenga dos dedos de frente le asalta la pregunta de si en Red Bull sólo cuenta el pequeñín del dedo en alto, como sospechábamos los mismos del párrafo anterior, toda vez que las necesidades de su compañero australiano no parecen contar demasiado, y si no sería esta la razón de que el año pasado Webber se diluyera de manera tan anómala con respecto a 2010, por mucho que la coral mediática nos vendiera la moto de que el aussie era peor conductor que Baby Schumi, ya que el monoplaza que usaban ambos era el mismo...
Sí, obviamente era el mismo, pero si atendemos a las sabias palabras de Horner, sólo sobre el papel, porque en realidad Sebastian iba cómodo en él y se sentía confiado, y Mark... bueno, lo que pensara Mark sencillamente importaba un carajo.
Para colmo viene Marko y la lía todavía un poco más al afirmar sin rubor que Webber sólo necesita cuatro ruedas, cosa que no sirve a Vettel porque es más sensible, de manera que podemos entresacar que la dependencia que muestra Sebastian con sus monoplazas no forma parte del acervo conspiranoico de los queríamos verlo en condiciones menos cómodas de las que le aportaba el RB7, sino que se acepta como una verdad como un piano de grande incluso en la sede del equipo de la bebida energética.
Pienso en Mark. Sobre el RB8 el que está cómodo es él, pero al parecer Red Bull está trabajando y va a trabajar para que deje de estarlo.
El Infierno Verde
Os leo.
Discúlpenme ustedes que vuelva a tocar a Red Bull, pero mientras esperamos a ver en qué queda lo de Bahrein, la santa casa que enarbolara la igualdad entre sus pilotos como trompeta para derribar las murallas de Jericó, sigue ofreciendo alpiste gratis, y como comprenderán ustedes no es cuestión de desperdiciarlo.
Ayer mismo, sin ir más lejos, la plana mayor de Milton Keynes salía al paso de las dudas que está sembrando el RB8, y lejos de resolverlas, como de costumbre, más bien las avivaban por aquello de intentar resolver la cuadratura del círculo.
Como no es cuestión de aburrir a nadie y puesto que la información está ahí fuera, como la verdad en Expediente X, el asunto se reduce a que en China había dos RB8 porque la austriaca quería tener datos concretos sobre el rendimiento real de ambas alternativas, antes de definir con cuál arrear de aquí a final de temporada. Bien, Horner anunciaba con pompa y alharaca que se ha elegido continuar con el planteamiento usado desde Australia, el que utiliza la solución Sauber, para que nos entendamos, puesto que el estrenado en pretemporada no ha funcionado como se esperaba en Shanghai, con Vettel al volante.
Hasta aquí todo parece normal, y afirmaría de forma tajante que lo es salvo por la cantidad de oscuros matices que salpimentan el tema.
Vamos a ver. Al parecer Sebastian no se encontraba cómodo con el coche que Newey había decidido como idóneo para defender el pabellón de la escudería durante 2012. Como argumento no está nada mal, aunque nos sitúa en que el piloto alemán, como sospechábamos muchos, es muy dependiente de la calidad del vehículo que conduce, de manera que si éste va de cine, pongamos por caso el RB7, el bicampeón del mundo funciona a las mil maravillas y bate todos los récords, pero si resulta un poco asperote, como el RB8, su rendimiento como piloto decae.
Leyendo estas cosas, a cualquiera que tenga dos dedos de frente le asalta la pregunta de si en Red Bull sólo cuenta el pequeñín del dedo en alto, como sospechábamos los mismos del párrafo anterior, toda vez que las necesidades de su compañero australiano no parecen contar demasiado, y si no sería esta la razón de que el año pasado Webber se diluyera de manera tan anómala con respecto a 2010, por mucho que la coral mediática nos vendiera la moto de que el aussie era peor conductor que Baby Schumi, ya que el monoplaza que usaban ambos era el mismo...
Sí, obviamente era el mismo, pero si atendemos a las sabias palabras de Horner, sólo sobre el papel, porque en realidad Sebastian iba cómodo en él y se sentía confiado, y Mark... bueno, lo que pensara Mark sencillamente importaba un carajo.
Para colmo viene Marko y la lía todavía un poco más al afirmar sin rubor que Webber sólo necesita cuatro ruedas, cosa que no sirve a Vettel porque es más sensible, de manera que podemos entresacar que la dependencia que muestra Sebastian con sus monoplazas no forma parte del acervo conspiranoico de los queríamos verlo en condiciones menos cómodas de las que le aportaba el RB7, sino que se acepta como una verdad como un piano de grande incluso en la sede del equipo de la bebida energética.
Pienso en Mark. Sobre el RB8 el que está cómodo es él, pero al parecer Red Bull está trabajando y va a trabajar para que deje de estarlo.
El Infierno Verde
Os leo.