14-11-2012, 19:06
Cuando todo parecía imposible, cuando la cara de estupefacción por perder una holgada ventaja se tornaba en costumbre,
cuando algunas sonrisas pecaban de soberbia, cuando los profanos se mofaban, cuando las fuerzas flaqueaban, volvió.
Cuando más le necesitábamos, volvió.
Un relámpago rojo. Sólo un destello. Un reflejo fugaz en la parte externa del retrovisor.
Después, una mancha se atenúa en el horizonte. Es Alonso.
Fernando Alonso. En su Ferrari.
La bandera a cuadros se agita.
El Ferrari nº 5 cruza la línea de meta el primero.
Se tambalean las vallas. Gritos en el box, dentro del casco.
Las soberbias sonrisas se apagan.
Las mofas se esfuman.
Ha vuelto.
cuando algunas sonrisas pecaban de soberbia, cuando los profanos se mofaban, cuando las fuerzas flaqueaban, volvió.
Cuando más le necesitábamos, volvió.
Un relámpago rojo. Sólo un destello. Un reflejo fugaz en la parte externa del retrovisor.
Después, una mancha se atenúa en el horizonte. Es Alonso.
Fernando Alonso. En su Ferrari.
La bandera a cuadros se agita.
El Ferrari nº 5 cruza la línea de meta el primero.
Se tambalean las vallas. Gritos en el box, dentro del casco.
Las soberbias sonrisas se apagan.
Las mofas se esfuman.
Ha vuelto.