10-02-2013, 12:32
(Este mensaje fue modificado por última vez en: 10-02-2013, 12:47 por Melife1.)
5-Visitas ilustres
Posted on 04/02/2013 by Carlos Castellá
Cuando Valerio supo que Clay volvía al equipo, frunció el ceño. Era un buen piloto, quizás no un campeón del mundo, pero sí un tipo leal y consecuente.
Por ello no le extrañó que el propio Clay insistiera para que ficharan a Niki Lauda, ya que el austriaco había destacado el año anterior en BRM, el mismo equipo donde había estado el suizo en su año de “exilio”, a pesar de que ello significaba auto imponerse el número 2 dentro del equipo.
Pero si frunció el ceño no fue por una cuestión deportiva, eso era más cosa de Enzo, el recién llegado Luca, Mauro y compañía, sino porque sabía que con Clay siempre se producían situaciones confusas, en ocasiones verdaderos quebraderos de cabeza aunque luego al jefe le resultaran muy divertidos.
Tenía aún muy fresco lo que pasó aquel fin de semana en Bélgica, con ocasión de los 1000 km. de Spa. El equipo se alojaba siempre en el mismo alberge cercano al circuito, regentado por una viuda que con mano férrea había mantenido en pie el negocio al tiempo que educado a sus cuatro hijas. El equipo siempre se alojaba allí y se sentía como en familia, todo era cercano y muy agradable.
Hasta el día en que Clay formó parte de la expedición y pese a las ordenes de moderación, no paró de tirarle los tejos a la más pequeña de las cuatro hermanas, una rubita preciosa de dieciséis años quien acabó cediendo su inocencia a las lisonjas del Imparable. Cuando la madre se dio cuenta de lo que había pasado llamó a la policía y Clay acabó en el calabozo. Ello significó que el Team Manager tuvo que presentarse para resolver el asunto y tras unos minutos de desconcierto haciéndose una idea de lo que había pasado le aseguró al juez que había visto a Clay marcharse con el saco de palos de golf al terminar los entrenamientos en Spa y que no había vuelto al hotel como aseguraba la madre.
El juez no tuvo suficiente con eso y pidió una prueba de que el detenido había estado jugando a golf so pena de llevarle a juicio y hacerle pasar una temporadita con los gastos pagados por el Estado belga, lo que obligó a buscar desesperadamente un testigo que certificara que Clay estuvo en el campo, testigo que por supuesto no aparecía por ningún lado.
El Team Manager estaba aterrorizado ante la situación: un Ferrari declarando “fortait” porque uno de sus pilotos había sido detenido por violación de una menor. ¡No quería ni pensar en lo que iba a decir la prensa ni en la que le iba a caer a él al regresar a Maranello! Buscó y preguntó a todos cuantos podía encontrar hasta que finalmente Arturo Merzario, otro de los pilotos del equipo, aceptó hablar con el juez.
Y Arturo estuvo a la altura de las circunstancias hablando en una mezcla ininteligible de italiano y francés para declarar de una manera bien confusa que el suizo había estado jugando a meter el palo en el agujero dejando las bolas fuera o al revés y que él había sido testigo porque por más que se lo explicaba no entendía que el juego era a la inversa, había que meter las bolas en el agujero con el palo… habló de una forma lo más enmarañada posible para confundir al juez y para no cometer perjurio. Cansado por aquella perorata interminable el magistrado acabó soltando al suizo justo para que éste llegara a tiempo a la carrera.
Si… historias muy divertidas de contar, pero aquellos malos ratos no iban con su sueldo, como el día que Paul Newman fue de visita a Maranello. Los actores y las actrices de cine eran otra de las debilidades del Ingeniere, un mundo irreal al que siempre había tenido devoción y la presencia del actor fue una de las visitas más esperadas por aquel hombre impenetrable. Pero fue un fracaso: Newman era un verdadero apasionado de las carreras y no hacía más que preguntar sobre los coches y las competiciones, mientras Enzo no hacía más que preguntar por las actrices de Hollywood. Fue un diálogo para besugos que él, como traductor, tuvo que moderar de forma trabajosa e incómoda porque no hubo manera de hilvanar una mínima conversación. Exasperado y decepcionado, el actor puso fin a la visita antes de lo previsto.
Sí, las bellezas, las actrices, el glamour… Un día por sorpresa llegó a la fábrica Yvette la Fortune, Miss Francia, que estaba de paso hacia Florencia. El paseo de una belleza del género despertó la lógica expectación en los diversos departamentos que visitó, pero el guía no se atrevió a molestar a Enzo ya que estaba reunido con sus principales ingenieros. Cuando éste se enteró de que Miss Francia había estado allí y no había sido avisado se sintió ofendido y valoró aquello como una desconsideración hacia su persona. A consecuencia de ello prohibió tajantemente todas las visitas.
¡A partir de entonces sólo se podría visitar la fábrica obteniendo un permiso firmado por él!
Por ello no se le escapó la visita de Adlai Stevenson, candidato a la Presidencia de los Estados Unidos. Fue el propio Ingeniere en persona quien acompañado por el traductor le explicó orgulloso los pormenores de la fábrica en un completo “tour”. Al acabar, el candidato a Presidente del país más poderoso del mundo le dio las más efusivas gracias por su cortesía ¡y le rogó encarecidamente que felicitara de su parte al “Signore Ferrari”!
http://carloscastella.wordpress.com/2013...-ilustres/
Posted on 04/02/2013 by Carlos Castellá
Cuando Valerio supo que Clay volvía al equipo, frunció el ceño. Era un buen piloto, quizás no un campeón del mundo, pero sí un tipo leal y consecuente.
Por ello no le extrañó que el propio Clay insistiera para que ficharan a Niki Lauda, ya que el austriaco había destacado el año anterior en BRM, el mismo equipo donde había estado el suizo en su año de “exilio”, a pesar de que ello significaba auto imponerse el número 2 dentro del equipo.
Pero si frunció el ceño no fue por una cuestión deportiva, eso era más cosa de Enzo, el recién llegado Luca, Mauro y compañía, sino porque sabía que con Clay siempre se producían situaciones confusas, en ocasiones verdaderos quebraderos de cabeza aunque luego al jefe le resultaran muy divertidos.
Tenía aún muy fresco lo que pasó aquel fin de semana en Bélgica, con ocasión de los 1000 km. de Spa. El equipo se alojaba siempre en el mismo alberge cercano al circuito, regentado por una viuda que con mano férrea había mantenido en pie el negocio al tiempo que educado a sus cuatro hijas. El equipo siempre se alojaba allí y se sentía como en familia, todo era cercano y muy agradable.
Hasta el día en que Clay formó parte de la expedición y pese a las ordenes de moderación, no paró de tirarle los tejos a la más pequeña de las cuatro hermanas, una rubita preciosa de dieciséis años quien acabó cediendo su inocencia a las lisonjas del Imparable. Cuando la madre se dio cuenta de lo que había pasado llamó a la policía y Clay acabó en el calabozo. Ello significó que el Team Manager tuvo que presentarse para resolver el asunto y tras unos minutos de desconcierto haciéndose una idea de lo que había pasado le aseguró al juez que había visto a Clay marcharse con el saco de palos de golf al terminar los entrenamientos en Spa y que no había vuelto al hotel como aseguraba la madre.
El juez no tuvo suficiente con eso y pidió una prueba de que el detenido había estado jugando a golf so pena de llevarle a juicio y hacerle pasar una temporadita con los gastos pagados por el Estado belga, lo que obligó a buscar desesperadamente un testigo que certificara que Clay estuvo en el campo, testigo que por supuesto no aparecía por ningún lado.
El Team Manager estaba aterrorizado ante la situación: un Ferrari declarando “fortait” porque uno de sus pilotos había sido detenido por violación de una menor. ¡No quería ni pensar en lo que iba a decir la prensa ni en la que le iba a caer a él al regresar a Maranello! Buscó y preguntó a todos cuantos podía encontrar hasta que finalmente Arturo Merzario, otro de los pilotos del equipo, aceptó hablar con el juez.
Y Arturo estuvo a la altura de las circunstancias hablando en una mezcla ininteligible de italiano y francés para declarar de una manera bien confusa que el suizo había estado jugando a meter el palo en el agujero dejando las bolas fuera o al revés y que él había sido testigo porque por más que se lo explicaba no entendía que el juego era a la inversa, había que meter las bolas en el agujero con el palo… habló de una forma lo más enmarañada posible para confundir al juez y para no cometer perjurio. Cansado por aquella perorata interminable el magistrado acabó soltando al suizo justo para que éste llegara a tiempo a la carrera.
Si… historias muy divertidas de contar, pero aquellos malos ratos no iban con su sueldo, como el día que Paul Newman fue de visita a Maranello. Los actores y las actrices de cine eran otra de las debilidades del Ingeniere, un mundo irreal al que siempre había tenido devoción y la presencia del actor fue una de las visitas más esperadas por aquel hombre impenetrable. Pero fue un fracaso: Newman era un verdadero apasionado de las carreras y no hacía más que preguntar sobre los coches y las competiciones, mientras Enzo no hacía más que preguntar por las actrices de Hollywood. Fue un diálogo para besugos que él, como traductor, tuvo que moderar de forma trabajosa e incómoda porque no hubo manera de hilvanar una mínima conversación. Exasperado y decepcionado, el actor puso fin a la visita antes de lo previsto.
Sí, las bellezas, las actrices, el glamour… Un día por sorpresa llegó a la fábrica Yvette la Fortune, Miss Francia, que estaba de paso hacia Florencia. El paseo de una belleza del género despertó la lógica expectación en los diversos departamentos que visitó, pero el guía no se atrevió a molestar a Enzo ya que estaba reunido con sus principales ingenieros. Cuando éste se enteró de que Miss Francia había estado allí y no había sido avisado se sintió ofendido y valoró aquello como una desconsideración hacia su persona. A consecuencia de ello prohibió tajantemente todas las visitas.
¡A partir de entonces sólo se podría visitar la fábrica obteniendo un permiso firmado por él!
Por ello no se le escapó la visita de Adlai Stevenson, candidato a la Presidencia de los Estados Unidos. Fue el propio Ingeniere en persona quien acompañado por el traductor le explicó orgulloso los pormenores de la fábrica en un completo “tour”. Al acabar, el candidato a Presidente del país más poderoso del mundo le dio las más efusivas gracias por su cortesía ¡y le rogó encarecidamente que felicitara de su parte al “Signore Ferrari”!
http://carloscastella.wordpress.com/2013...-ilustres/
#LoMejorEstaPorLlegar