01-03-2011, 09:05
DENTRO DEL PADDOCK
La ruleta rusa de Nick Heidfeld
@Javier Rubio.- 01/03/2011 (06:00h)
Nick Heidfeld, en 2009, cuando militaba en BMW
“Nunca estás satisfecho a menos que destruyas a tu compañero de equipo, básicamente”. Puede ser tímido e introvertido, y con una imagen aniñada a pesar de su barba, pero quien así se retrataba era Nick Heidfeld tras batir a su compañero Robert Kubica en 2009. Precisamente, quien le negó el triunfo en el Gran Premio de Canadá en 2008, y a quien ahora sustituye en Renault con la oportunidad de sacudirse el estigma, “the monkey on the back”, que le marca como el segundo piloto en la historia de la Fórmula 1 con mayor número de participaciones sin victorias.
“Cuando la gente señala que nunca he ganado, sólo puedo explicar otra vez que en todos los equipos en los que he estado sólo hubo una ocasión en la que el coche ganó”. Un cambió en la estrategia inicialmente prevista en boxes significó que el polaco terminara por delante del alemán en Montreal, la única victoria de BMW. Ironías del destino, quizás ahora el R31 de Kubica le permita sacarse esa espina de 174 carreras sin subir a lo más alto del cajón.
“World Champion Material”
Quien siguiera la carrera de Heidfeld hacia la Fórmula 1 le hubiera señalado como “world champion material”. Tras los karts, ya en monoplazas, ganó todos los títulos que se pusieron a tiro: Fórmula Ford, Fórmula 3 –cuando Mercedes comenzó a patrocinar su carrera-, Fórmula 3000... En esta última categoría formaba parte del 'McLaren Junior Team' y era probador del equipo. Todo apuntaba a que, más temprano que tarde, acabaría como titular. Hoy, sin embargo, se ha convertido en el supersub por excelencia, en el argot, el primero en la lista de suplentes. Con el fichaje por Renault vuelve a agarrar el tren que parecía abandonar definitivamente su estación. ¿Por qué ha llegado a esta situación un talento tan prometedor en su día?
2002 fue el año crucial de su carrera. Ni ganar a Kimi Raikkonen en Sauber el año anterior ni su condición de probador en McLaren le sirvieron para dar el salto al equipo de Ron Dennis. Influido por el lobbying de Mika Hakkinen y, sobre todo, poco impresionado por el bajo perfil mediático de Heidfeld, Dennis fichó a Raikkonen y dejó colgado al alemán. A partir de aquí, su trayectoria se convirtió en una ruleta rusa que ha estado a punto de terminar en varias ocasiones con su carrera en la Fórmula 1.
En la cuerda floja
En 2011 le ha vuelto a salvar el inesperado accidente de Kubica. En 2004 corrió casi gratis con un hierro de Jordan. Cuando viajó a la primera carrera de Australia, ni siquiera sabía si iba a correr o no. Al año siguiente, casi de favor, Williams le invitó a última hora frente al tester del equipo, Antonio Pizzonia. Se quedó con el puesto. Gracias a aquel año, Sauber BMW le fichó para el siguiente: “Estábamos muy impresionados con él, no solo en el coche, sino en su forma de comportarse. No se da aires ni busca un perfil alto”, explicaba a final de 2005 Patrick Head, uno de los dueños de Williams, “pero es un carácter duro, y siempre fue un gran profesional con los ingenieros y todos los miembros del equipo”. Quienes conozcan cómo se las gastaba Williams con sus pilotos, reconocerán el valor de palabras como estas.
Y cuando su carrera parecía lograr velocidad de crucero, la retirada de BMW le dejó en el aire. Todo un shock para Heidfeld, “por lo inesperado, de un día para otro”. Y si Mercedes valoraba su fichaje en 2009, el retorno de Schumacher se interpuso en su camino. Sauber le recuperó, pero solo para cuatro carreras a finales de 2010. Este año, sin perspectiva inicial alguna de competir, Heidfeld se ha encontrado con una nueva oportunidad a sus treinta y tres años aunque, eso sí, “durante el invierno había pateado los equipos más que muchos pilotos…” reconocía tras haber sido confirmado por Renault.
Un líder en el primer kilómetro
Heidfeld adelanta a quien le escuche su tarjeta de presentación: “Nunca he sido un número dos en ningún equipo, sería mucho mejor que la gente se fijara con detenimiento en esto” declaraba al ser fichado por Sauber el pasado año. Efectivamente, debutó en 2000 con la escuadra de Prost, cedido por McLaren. Además de a Raikkonen, batió al veterano Jean Alesi, a quien ridiculizó en su primera sesión de entrenamientos privados. Massa en 2002, Pantano, Glock (Jordan, 2004), Mark Webber (Williams, 2005) Villeneuve y Kubica en 2006, de nuevo al polaco en 2007 y 2009… En Sauber, Jordan, Williams o BMW Sauber, Heidfeld “destruía” a sus compañeros, como a él le gusta…
Tan pronto se subió al R31, en Renault descubrieron el cuajo forjado durante tantos años. “Cuando rodaba en Jerez, le escuchaba por la radio, la manera de hablar a los ingenieros, cómo encajaba... Prácticamente, ya estaba medio convencido aquella misma mañana” explicaba Eric Bouiller, el responsable del equipo. Pedro Martínez de la Rosa intentó conseguir una oportunidad antes de que Renault tomara la decisión definitiva. No hubo manera. “Me quedé sorprendido de que fuera capaz de posicionarse tan pronto y tan fácilmente como un líder de equipo”, explicaba Bouiller. Y ello, reconoció Heidfeld, a pesar de que le hizo falta “medio día para sentirme cómodo de nuevo”, tras un invierno sin las sensaciones de un monoplaza. No fue obstáculo para lograr el mejor tiempo de la jornada en Jerez.
De gran base técnica, más rápido en carrera que en entrenamientos, hábil para adelantar, con un estilo pulido al que le pueden favorecer los nuevos Pirelli…Con una personalidad nada atractiva mediaticamente, Nick Heidfeld lleva un témpano de hielo por cerebro y sabe transmutar su introversión en una férrea determinación. Esta temporada, si por fin le acompaña un coche ganador, el alemán puede lograr que la ruleta rusa de la Fórmula 1 ya no tenga bala alguna en la récamara para él.
Dentro del paddock
La ruleta rusa de Nick Heidfeld
@Javier Rubio.- 01/03/2011 (06:00h)
Nick Heidfeld, en 2009, cuando militaba en BMW
“Nunca estás satisfecho a menos que destruyas a tu compañero de equipo, básicamente”. Puede ser tímido e introvertido, y con una imagen aniñada a pesar de su barba, pero quien así se retrataba era Nick Heidfeld tras batir a su compañero Robert Kubica en 2009. Precisamente, quien le negó el triunfo en el Gran Premio de Canadá en 2008, y a quien ahora sustituye en Renault con la oportunidad de sacudirse el estigma, “the monkey on the back”, que le marca como el segundo piloto en la historia de la Fórmula 1 con mayor número de participaciones sin victorias.
“Cuando la gente señala que nunca he ganado, sólo puedo explicar otra vez que en todos los equipos en los que he estado sólo hubo una ocasión en la que el coche ganó”. Un cambió en la estrategia inicialmente prevista en boxes significó que el polaco terminara por delante del alemán en Montreal, la única victoria de BMW. Ironías del destino, quizás ahora el R31 de Kubica le permita sacarse esa espina de 174 carreras sin subir a lo más alto del cajón.
“World Champion Material”
Quien siguiera la carrera de Heidfeld hacia la Fórmula 1 le hubiera señalado como “world champion material”. Tras los karts, ya en monoplazas, ganó todos los títulos que se pusieron a tiro: Fórmula Ford, Fórmula 3 –cuando Mercedes comenzó a patrocinar su carrera-, Fórmula 3000... En esta última categoría formaba parte del 'McLaren Junior Team' y era probador del equipo. Todo apuntaba a que, más temprano que tarde, acabaría como titular. Hoy, sin embargo, se ha convertido en el supersub por excelencia, en el argot, el primero en la lista de suplentes. Con el fichaje por Renault vuelve a agarrar el tren que parecía abandonar definitivamente su estación. ¿Por qué ha llegado a esta situación un talento tan prometedor en su día?
2002 fue el año crucial de su carrera. Ni ganar a Kimi Raikkonen en Sauber el año anterior ni su condición de probador en McLaren le sirvieron para dar el salto al equipo de Ron Dennis. Influido por el lobbying de Mika Hakkinen y, sobre todo, poco impresionado por el bajo perfil mediático de Heidfeld, Dennis fichó a Raikkonen y dejó colgado al alemán. A partir de aquí, su trayectoria se convirtió en una ruleta rusa que ha estado a punto de terminar en varias ocasiones con su carrera en la Fórmula 1.
En la cuerda floja
En 2011 le ha vuelto a salvar el inesperado accidente de Kubica. En 2004 corrió casi gratis con un hierro de Jordan. Cuando viajó a la primera carrera de Australia, ni siquiera sabía si iba a correr o no. Al año siguiente, casi de favor, Williams le invitó a última hora frente al tester del equipo, Antonio Pizzonia. Se quedó con el puesto. Gracias a aquel año, Sauber BMW le fichó para el siguiente: “Estábamos muy impresionados con él, no solo en el coche, sino en su forma de comportarse. No se da aires ni busca un perfil alto”, explicaba a final de 2005 Patrick Head, uno de los dueños de Williams, “pero es un carácter duro, y siempre fue un gran profesional con los ingenieros y todos los miembros del equipo”. Quienes conozcan cómo se las gastaba Williams con sus pilotos, reconocerán el valor de palabras como estas.
Y cuando su carrera parecía lograr velocidad de crucero, la retirada de BMW le dejó en el aire. Todo un shock para Heidfeld, “por lo inesperado, de un día para otro”. Y si Mercedes valoraba su fichaje en 2009, el retorno de Schumacher se interpuso en su camino. Sauber le recuperó, pero solo para cuatro carreras a finales de 2010. Este año, sin perspectiva inicial alguna de competir, Heidfeld se ha encontrado con una nueva oportunidad a sus treinta y tres años aunque, eso sí, “durante el invierno había pateado los equipos más que muchos pilotos…” reconocía tras haber sido confirmado por Renault.
Un líder en el primer kilómetro
Heidfeld adelanta a quien le escuche su tarjeta de presentación: “Nunca he sido un número dos en ningún equipo, sería mucho mejor que la gente se fijara con detenimiento en esto” declaraba al ser fichado por Sauber el pasado año. Efectivamente, debutó en 2000 con la escuadra de Prost, cedido por McLaren. Además de a Raikkonen, batió al veterano Jean Alesi, a quien ridiculizó en su primera sesión de entrenamientos privados. Massa en 2002, Pantano, Glock (Jordan, 2004), Mark Webber (Williams, 2005) Villeneuve y Kubica en 2006, de nuevo al polaco en 2007 y 2009… En Sauber, Jordan, Williams o BMW Sauber, Heidfeld “destruía” a sus compañeros, como a él le gusta…
Tan pronto se subió al R31, en Renault descubrieron el cuajo forjado durante tantos años. “Cuando rodaba en Jerez, le escuchaba por la radio, la manera de hablar a los ingenieros, cómo encajaba... Prácticamente, ya estaba medio convencido aquella misma mañana” explicaba Eric Bouiller, el responsable del equipo. Pedro Martínez de la Rosa intentó conseguir una oportunidad antes de que Renault tomara la decisión definitiva. No hubo manera. “Me quedé sorprendido de que fuera capaz de posicionarse tan pronto y tan fácilmente como un líder de equipo”, explicaba Bouiller. Y ello, reconoció Heidfeld, a pesar de que le hizo falta “medio día para sentirme cómodo de nuevo”, tras un invierno sin las sensaciones de un monoplaza. No fue obstáculo para lograr el mejor tiempo de la jornada en Jerez.
De gran base técnica, más rápido en carrera que en entrenamientos, hábil para adelantar, con un estilo pulido al que le pueden favorecer los nuevos Pirelli…Con una personalidad nada atractiva mediaticamente, Nick Heidfeld lleva un témpano de hielo por cerebro y sabe transmutar su introversión en una férrea determinación. Esta temporada, si por fin le acompaña un coche ganador, el alemán puede lograr que la ruleta rusa de la Fórmula 1 ya no tenga bala alguna en la récamara para él.
Dentro del paddock
" creo que he pasado toda mi vida, los nueve últimos años de mi carrera en la Fórmula 1 preparándome para este momento, para estar listo. Al fin ha llegado." Fernando Alonso (30/09/09)