31-07-2013, 16:48
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“Mr. Ferrari le pregunta qué piensa del coche”, Piero Ferrari le traducía a Niki Lauda. “Es una *****”, contestó el austríaco. “No puedo traducir esto”. “¿Por qué? preguntó el piloto austríaco. “Porque le va a despedir, un Ferrari nunca es una *****”. Así era la relación de Niki Lauda con Enzo Ferrari. Al final, el austríaco fue uno de los pocos pilotos en la historia de Maranello que abandonó por propia decisión el equipo para ir a competir con otro diferente.
Al margen de la vertiente deportiva, el hecho de formar parte de la Scuderia adquiere una dimensión especial. Es el único equipo que ha tomado parte en todos los campeonatos del mundo. Su carisma y leyenda le convierten en sinónimo de la Fórmula1, como bien sabe Bernie Ecclestone. “No esperaba nada, esperaba llegar a Ferrari, al mejor equipo del mundo”, explicaba Alonso tras el pasado Gran Premio de Alemania, “y esto es deporte, también pasaron muchos años sin ganar, más de veinte, y tanto para Berger, con el que hablé antes de venir a Ferrari, como para Alesi y mucha gente, es algo inolvidable. Cuando te paran por la calle eres un piloto de Ferrari, no eres un piloto campeón del mundo. A la gente le da igual lo que hayas hecho antes de estar en Ferrari o después, eres un piloto de Ferrari y eres parte de la historia”.
Dejemos a un lado si hay algo de realidad en los rumores de Alonso, Red Bull y una hipotética marcha del piloto español de Ferrari. Lo cierto es que competir para la Scuderia culmina el sueño de cualquier piloto. La mayoría, o se retiraban, o no se les renovaba y tenían que buscarse luego la vida.
Lauda tuvo una relación especial con Enzo
No todo el mundo dice adiós por propia voluntad a un estatus como el referido por Alonso, además, normalmente bien pagado. El caso de Niki Lauda fue especial –como la personalidad del piloto austríaco-, ya que dejó plantado al mismísimo Enzo Ferrari tras conseguir el título en 1977. La suya fue una relación especial y nunca fácil con el Commendatore, un constante tira y afloja entre dos fortísimas personalidades.
Lauda comenzó a cambiar su actitud ante la respuesta de Ferrari tras su dramático accidente de 1976. El italiano hizo pivotar el equipo en torno al argentino Carlos Reutemann y desplazó al austríaco. Lauda inició un pulso interno para recuperar su posición en la jerarquía del equipo en 1977, enfrentándose a las decisiones del propio Ferrari. A falta de dos carreras para terminar el campeonato había logrado su segundo título, pero se despidió del equipo y del Commendatore. “No entendía cómo podía hacerle esto”, recordaba Lauda. “Ok, ladrón ******, ¿Cuánto quieres?”, le preguntó Ferrari. “Nada, me voy, he firmado con Brabham”. Y Niki Lauda dijo adiós entre, literalmente, los gritos de furia de su creador.
Un año más tarde, Carlos Reutemann también se marchó para pilotar en otro equipo. Lotus había ganado el año anterior con el 79 'wing car', por lo que el argentino se unió a Mario Andretti y a Colin Chapma en el equipo. que marcaba la pauta técnica en aquel momento. Paradójicamente, Lotus fracasó aquel año, y Jody Scheckter ganó el título en 1979 para Ferrari. A mitad de la temporada siguiente el sudafricano decidió abandonar el equipo italiano para retirarse definitivamente de la Fórmula 1.
Prost, despedido por hablar mal de su Ferrari
Un año más tarde, en 1991, Alain Prost abandonó Ferrari, aunque despedido tras su famoso comentario sobre el comportamiento del 641 ("es como un camión"). Dada el asfixiante ambiente que se vivía en Maranello, la del francés fue prácticamente una autoinmolación y una salida provocada, tras la cual se tomó un año sabático en 1992, para volver con Williams al año siguiente y ganar su último título en 1993.
Precisamente su compañero de 1990, Nigel Mansell, también decidió retirarse tras el Gran Premio de Gran Bretaña, en una dramática e histriónica actuación ante su público. La llegada de Prost había desplazado al británico en el liderazgo del equipo, en una temporada plagada además de averías mecánicas en su montura. El colmo para el británico fue, según su versión, que en aquella carrera el equipo había cambiado su monoplaza, más competitivo, para pasárselo al piloto francés. Tras otro abandono por avería mecánica, Mansell anunció su retirada según se bajaba del coche. Pero durante el invierno Frank Williams le disuadió a base de cumplir sus astronómicas peticiones y reconsideró su decisión. En 1992 logró su único título.
Barrichello y los contratos de Schumacher
“Si está escrito en mi contrato que no podré competir por mí mismo y ganar, no estoy interesado, quiero ser libre para correr”, le planteó Rubens Barrichello a Jean Todt cuando negociaba su incorporación a Ferrari con Schumacher como líder del equipo. Todt le contestó que era eso lo que precisamente querían de él, como el brasileño recordaba recientemente en la revista F1 Racing. “Poco a poco empecé a ser más rápido, y a estar más cerca de él, y empezaron a hablar de cosas que no estaban escritas en el contrato, en el mío, pero sí en el suyo…”.
Barrichello reconocía que pilotar para Ferrari fue una “sensación especial, fabulosa”, quizás en la línea de lo referido por Alonso. “Pero todo empezó a ir mal porque nunca me permitieron ser… suficientemente bueno y, al final del día, no querían que cambiara. Entonces me dije a mí mismo: “Tengo el mejor coche disponible, pero ¿Soy féliz?” No lo era, y dejé el equipo un año antes de que terminara mi contrato”. Un caso especial, también, el de Rubens Barrichello.
¿Será Fernando Alonso el siguiente? "Creo que realmente Ferrari será mi último equipo y, como dije, dejar Ferrari para cambiar es un paso atrás", declaraba en 2010, "Ferrari es más que un equipo, y quiero acabar mi carrera aquí". Declaraciones similares se le han escuchado después. Si ha cambiado de opinión o no, es algo que únicamente el propio Alonso sabe.
“Mr. Ferrari le pregunta qué piensa del coche”, Piero Ferrari le traducía a Niki Lauda. “Es una *****”, contestó el austríaco. “No puedo traducir esto”. “¿Por qué? preguntó el piloto austríaco. “Porque le va a despedir, un Ferrari nunca es una *****”. Así era la relación de Niki Lauda con Enzo Ferrari. Al final, el austríaco fue uno de los pocos pilotos en la historia de Maranello que abandonó por propia decisión el equipo para ir a competir con otro diferente.
Al margen de la vertiente deportiva, el hecho de formar parte de la Scuderia adquiere una dimensión especial. Es el único equipo que ha tomado parte en todos los campeonatos del mundo. Su carisma y leyenda le convierten en sinónimo de la Fórmula1, como bien sabe Bernie Ecclestone. “No esperaba nada, esperaba llegar a Ferrari, al mejor equipo del mundo”, explicaba Alonso tras el pasado Gran Premio de Alemania, “y esto es deporte, también pasaron muchos años sin ganar, más de veinte, y tanto para Berger, con el que hablé antes de venir a Ferrari, como para Alesi y mucha gente, es algo inolvidable. Cuando te paran por la calle eres un piloto de Ferrari, no eres un piloto campeón del mundo. A la gente le da igual lo que hayas hecho antes de estar en Ferrari o después, eres un piloto de Ferrari y eres parte de la historia”.
Dejemos a un lado si hay algo de realidad en los rumores de Alonso, Red Bull y una hipotética marcha del piloto español de Ferrari. Lo cierto es que competir para la Scuderia culmina el sueño de cualquier piloto. La mayoría, o se retiraban, o no se les renovaba y tenían que buscarse luego la vida.
Lauda tuvo una relación especial con Enzo
No todo el mundo dice adiós por propia voluntad a un estatus como el referido por Alonso, además, normalmente bien pagado. El caso de Niki Lauda fue especial –como la personalidad del piloto austríaco-, ya que dejó plantado al mismísimo Enzo Ferrari tras conseguir el título en 1977. La suya fue una relación especial y nunca fácil con el Commendatore, un constante tira y afloja entre dos fortísimas personalidades.
Lauda comenzó a cambiar su actitud ante la respuesta de Ferrari tras su dramático accidente de 1976. El italiano hizo pivotar el equipo en torno al argentino Carlos Reutemann y desplazó al austríaco. Lauda inició un pulso interno para recuperar su posición en la jerarquía del equipo en 1977, enfrentándose a las decisiones del propio Ferrari. A falta de dos carreras para terminar el campeonato había logrado su segundo título, pero se despidió del equipo y del Commendatore. “No entendía cómo podía hacerle esto”, recordaba Lauda. “Ok, ladrón ******, ¿Cuánto quieres?”, le preguntó Ferrari. “Nada, me voy, he firmado con Brabham”. Y Niki Lauda dijo adiós entre, literalmente, los gritos de furia de su creador.
Un año más tarde, Carlos Reutemann también se marchó para pilotar en otro equipo. Lotus había ganado el año anterior con el 79 'wing car', por lo que el argentino se unió a Mario Andretti y a Colin Chapma en el equipo. que marcaba la pauta técnica en aquel momento. Paradójicamente, Lotus fracasó aquel año, y Jody Scheckter ganó el título en 1979 para Ferrari. A mitad de la temporada siguiente el sudafricano decidió abandonar el equipo italiano para retirarse definitivamente de la Fórmula 1.
Prost, despedido por hablar mal de su Ferrari
Un año más tarde, en 1991, Alain Prost abandonó Ferrari, aunque despedido tras su famoso comentario sobre el comportamiento del 641 ("es como un camión"). Dada el asfixiante ambiente que se vivía en Maranello, la del francés fue prácticamente una autoinmolación y una salida provocada, tras la cual se tomó un año sabático en 1992, para volver con Williams al año siguiente y ganar su último título en 1993.
Precisamente su compañero de 1990, Nigel Mansell, también decidió retirarse tras el Gran Premio de Gran Bretaña, en una dramática e histriónica actuación ante su público. La llegada de Prost había desplazado al británico en el liderazgo del equipo, en una temporada plagada además de averías mecánicas en su montura. El colmo para el británico fue, según su versión, que en aquella carrera el equipo había cambiado su monoplaza, más competitivo, para pasárselo al piloto francés. Tras otro abandono por avería mecánica, Mansell anunció su retirada según se bajaba del coche. Pero durante el invierno Frank Williams le disuadió a base de cumplir sus astronómicas peticiones y reconsideró su decisión. En 1992 logró su único título.
Barrichello y los contratos de Schumacher
“Si está escrito en mi contrato que no podré competir por mí mismo y ganar, no estoy interesado, quiero ser libre para correr”, le planteó Rubens Barrichello a Jean Todt cuando negociaba su incorporación a Ferrari con Schumacher como líder del equipo. Todt le contestó que era eso lo que precisamente querían de él, como el brasileño recordaba recientemente en la revista F1 Racing. “Poco a poco empecé a ser más rápido, y a estar más cerca de él, y empezaron a hablar de cosas que no estaban escritas en el contrato, en el mío, pero sí en el suyo…”.
Barrichello reconocía que pilotar para Ferrari fue una “sensación especial, fabulosa”, quizás en la línea de lo referido por Alonso. “Pero todo empezó a ir mal porque nunca me permitieron ser… suficientemente bueno y, al final del día, no querían que cambiara. Entonces me dije a mí mismo: “Tengo el mejor coche disponible, pero ¿Soy féliz?” No lo era, y dejé el equipo un año antes de que terminara mi contrato”. Un caso especial, también, el de Rubens Barrichello.
¿Será Fernando Alonso el siguiente? "Creo que realmente Ferrari será mi último equipo y, como dije, dejar Ferrari para cambiar es un paso atrás", declaraba en 2010, "Ferrari es más que un equipo, y quiero acabar mi carrera aquí". Declaraciones similares se le han escuchado después. Si ha cambiado de opinión o no, es algo que únicamente el propio Alonso sabe.