04-10-2013, 22:36
Harri eta herri
Jose Tellaetxe Isusi [Orroe]
Tengo a mis pies un proyecto de apenas tres meses de existencia que duerme sabiendo que estoy a su lado. Llegó a mis manos como regalo de cumpleaños cuando tan sólo había cumplido uno y hoy, Eileen y yo sabemos que no nos debemos una, sino todo lo que venga por delante, que ella ha despositado en mí toda su confianza y su vida, y que yo pondré pie a tierra las veces que haga falta con el sable en la mano para defenderla y defendernos. Confía ciegamente en quien te está escribiendo, Fernando, y yo confío con los ojos cerrados en que cuando toque, ella ladrará al peligro y lo ahuyentará de mi horizonte cercano para que ambos nos sepamos seguros aunque los malos sean más en número y acaben pasándonos por encima.
No te lo dije en su momento pero te lo digo ahora. En una madrugada de hace dos meses y medio, mi compañera más leal, Marnie, decía basta. Su corazón de 13 años renunciaba a seguir latiendo, agotado. Al filo de la madrugada de aquel 17 de julio, la esperanza que habíamos depositado en su recuperación se hacía añicos. Todo parecía perdido. Todo saltaba por los aires y yo buscaba con su cuerpo todavía tibio un lugar quién sabe para qué... La enterré con mis propias manos al día siguiente, con la ayuda de mi hijo...
Pero ni es julio ni a ti no te voy a dar por perdido, Fernando. Eileen y yo madrugaremos mañana para recitarte los versos de Gabriel Aresti así termines quinto, en los que el poeta de mi tierra enunciaba el mayestático eta arimarekin defendituko dut nire aitaren etxea (y con el alma defenderé la casa de mi padre), porque Vitaly no se apartará como hicieran en Interlagos Jean-Éric, Daniel y Michael, porque ningún comisario ondeará una fantasmal bandera verde bajo la lluvia, y porque en este poema que comenzará a escribirse en unas horas, tú eres la piedra (harri), nosotros dos el pueblo (herri), y nuestro sueño común, nuestra casa (etxea), eso en lo que los tres y miles más creemos.
Vuela, Nano, si no es mañana que sea el domingo, pero vuela sobre la pista y devuélvenos la esperanza, siquiera de que si la victoria no es posible, de que alguién recordará por qué doblamos juntos la rodilla, por qué lo intentamos y por qué caímos hombro con hombro derrotados. Eileen ladrará a los malos, recuérdalo cuando cojas el volante, porque su magia es más genuina y poderosa que la que usa Adrian en sus coches. Y recuerda también, que juramos que jamás caminarías solo, ni en la victoria ni en la derrota.
Ni hilen naiz nire arima galduko da, nire askazia galduko da, baina nirre aitaren etxeak iraunen du zutik. (Moriré, se perderá mi alma, se perderá mi prole, pero la casa de mi padre seguirá en pie.)
http://elinfiernoverde.blogspot.com.es/2...l?spref=tw
Jose Tellaetxe Isusi [Orroe]
Tengo a mis pies un proyecto de apenas tres meses de existencia que duerme sabiendo que estoy a su lado. Llegó a mis manos como regalo de cumpleaños cuando tan sólo había cumplido uno y hoy, Eileen y yo sabemos que no nos debemos una, sino todo lo que venga por delante, que ella ha despositado en mí toda su confianza y su vida, y que yo pondré pie a tierra las veces que haga falta con el sable en la mano para defenderla y defendernos. Confía ciegamente en quien te está escribiendo, Fernando, y yo confío con los ojos cerrados en que cuando toque, ella ladrará al peligro y lo ahuyentará de mi horizonte cercano para que ambos nos sepamos seguros aunque los malos sean más en número y acaben pasándonos por encima.
No te lo dije en su momento pero te lo digo ahora. En una madrugada de hace dos meses y medio, mi compañera más leal, Marnie, decía basta. Su corazón de 13 años renunciaba a seguir latiendo, agotado. Al filo de la madrugada de aquel 17 de julio, la esperanza que habíamos depositado en su recuperación se hacía añicos. Todo parecía perdido. Todo saltaba por los aires y yo buscaba con su cuerpo todavía tibio un lugar quién sabe para qué... La enterré con mis propias manos al día siguiente, con la ayuda de mi hijo...
Pero ni es julio ni a ti no te voy a dar por perdido, Fernando. Eileen y yo madrugaremos mañana para recitarte los versos de Gabriel Aresti así termines quinto, en los que el poeta de mi tierra enunciaba el mayestático eta arimarekin defendituko dut nire aitaren etxea (y con el alma defenderé la casa de mi padre), porque Vitaly no se apartará como hicieran en Interlagos Jean-Éric, Daniel y Michael, porque ningún comisario ondeará una fantasmal bandera verde bajo la lluvia, y porque en este poema que comenzará a escribirse en unas horas, tú eres la piedra (harri), nosotros dos el pueblo (herri), y nuestro sueño común, nuestra casa (etxea), eso en lo que los tres y miles más creemos.
Vuela, Nano, si no es mañana que sea el domingo, pero vuela sobre la pista y devuélvenos la esperanza, siquiera de que si la victoria no es posible, de que alguién recordará por qué doblamos juntos la rodilla, por qué lo intentamos y por qué caímos hombro con hombro derrotados. Eileen ladrará a los malos, recuérdalo cuando cojas el volante, porque su magia es más genuina y poderosa que la que usa Adrian en sus coches. Y recuerda también, que juramos que jamás caminarías solo, ni en la victoria ni en la derrota.
Ni hilen naiz nire arima galduko da, nire askazia galduko da, baina nirre aitaren etxeak iraunen du zutik. (Moriré, se perderá mi alma, se perderá mi prole, pero la casa de mi padre seguirá en pie.)
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#LoMejorEstaPorLlegar