28-03-2011, 08:23
DENTRO DEL PADDOCK
¿Quo vadis Hispania?
@Javier Rubio.- 28/03/2011 (06:00h)
Carabante en una rueda de prensa.
“111 en pista: Un gran esfuerzo que ha obtenido recompensa”. Así se encabezaba el comunicado del equipo Hispania tras los entrenamientos libres del pasado viernes. En los últimos cinco minutos Vitantonio Liuzzi salió a la pista para un giro incompleto, ya que entró nuevamente en boxes cuando estaba a punto de expirar la sesión.
Cuando uno se pregunta por el producto de dicho esfuerzo obtiene la respuesta en las mismas líneas: “El coche no se ha podido probar al límite, pero ha sido suficiente para aportar información sobre el nuevo monoplaza y trasladarla a los ingenieros y mecánicos para que puedan seguir trabajando duro y conseguir que ambos coches completen mañana la tercera sesión de entrenamientos libres y la calificación”. “Maquillar” la realidad está en la naturaleza de la Fórmula 1 pero reconozcamos que, en esta ocasión, en Hispania fueron demasiado lejos.
Hispania sí llegó al límite
Pero el equipo español sí pasó el límite. Y en dos ocasiones. La primera, cuando sus monoplazas no lograron el tiempo mínimo que imponía la regla del 107%. La segunda, y más grave, cuando los comisarios decidieron no aceptar las “circunstancias excepcionales” alegadas por Hispania, toda una censura por parte de la FIA a su gestión como equipo de Fórmula 1. La exclusión fue totalmente justa, por mucho que en algunos foros españoles se aliente el victimismo. Ojalá el “rapapolvo” sirva como revulsivo si lo que se persigue es formar parte de la elitista parrilla de Fórmula 1. Especialmente, cuando también se pretende vincular a dicho equipo con la imagen de un país. En este caso, España.
Y fue justa porque, en primer y prioritario lugar, se ponía en peligro la integridad de Luizzi y Karthikeyan. Durante la pretemporada, todos los equipos y pilotos –con la excepción del español- se han dedicado a recoger una experiencia vital para rodar a bordo de un monoplaza de Fórmula 1 con seguridad. Hemos hablado hasta la saciedad de las dificultades para los pilotos bajo el nuevo reglamento, por lo que resultaba absurdo sacar a los de Hispania prácticamente vendidos a cincuenta y ocho vueltas de carrera. Recordemos las imágenes de sus deshilvanadas evoluciones en el Q1. En segundo lugar, porque un monoplaza ocho o diez segundos más lento supone una “chicane” rodante y un impredecible riesgo para el resto de los pilotos con un diferencial de velocidad tan elevado.
Lo barato sale caro
Pero otros equipos tienen el derecho a sentirse discriminados frente a Hispania. Lotus y Virgin, por ejemplo, con presupuestos también menguados, llevaron a cabo las necesarias y costosas inversiones que supone estar presentes en las sesiones de pretemporada. Hispania rodó en Valencia, sí, desapareció del mapa, y presentó un monoplaza nuevo en Barcelona que ni siquiera rodó un giro ¿Qué se pretendía? ¿Utilizar el Gran Premio de Australia como una sesión de pretemporada, cuando la vuelta más rápida antes de los clasificatorios fue diez segundos más lenta que el límite del 107%?
¿Es que Hispania ignoraba que participa en un campeonato con unas reglas? ¿Y que una de ellas, la del 107% exige un nivel mínimo de prestaciones para cribar a quien no merece estar en una parrilla? ¿No eran conscientes en Hispania de que, con su precariedad, era imposible cumplir con ese mínimo exigido? Todo esto se sabía, por supuesto. Pero en la Fórmula 1, con Ecclestone y con la FIA, no vale la picaresca hispana.
Es inevitable sentir un enorme respeto y reconocimiento ante el tremendo esfuerzo de los mecánicos y técnicos de Hispania. Pero también habría que preguntarse por qué son obligados a llegar a tales extremos ¿Qué hubiera pasado si la carrera de Bahrein se hubiera celebrado? La de Australia, habría sido la segunda descalificación consecutiva.
Promesas, globos y realidades ficticias
Ante la situación de Hispania, cabe preguntarse por la verdadera vocación en la Fórmula 1 de José Ramón Carabante con todas las consecuencias. Entre las que se incluye, fundamentalmente, contar con el suficiente músculo financiero para formar parte de este mundo. En su haber, cabe reconocer que, cuando entró en la Fórmula 1, se le prometió un modelo de negocio de “techo presupuestario” que finalmente no cuajó. Por tanto, la actuación de Hispania en 2010 fue comprensible y hasta meritoria, porque incluso superó a Virgin. Y no olvidemos que la situación económica no es fácil. Pero aunque los Virgin también fueron muy lentos en el Gran Premio de Australia, al menos cumplieron con la norma del 107%.
Quizás la familia Carabante deba reflexionar. Y evitar tantas promesas incumplidas, globos de aire, o crear realidades ficticias. ¿Dónde está ese circuito, esa sede en Murcia? ¿Ese flamante consejo de administración de ilustres? ¿En que quedó esa colaboración con Toyota en la que involucró a importantes figuras? ¿Y la aportación de Juan Villalonga? En definitiva, se trata de un estilo de gestión que ha llevado al equipo “español” a ser el primero en caer bajo la restablecida la regla del 107%. Si con un poco más de rodaje, se presumía en Hispania, se podría haber superado a Virgin ¿porqué no se hizo ese rodaje en su momento? Estas son preguntas que merecen respuestas.
Ojalá Hispania esté a la altura de la Fórmula 1 en las próximas carreras. Absolutamente nadie quiere en este país su fracaso. Pero tampoco nadie puede desear la repetición del espectáculo de Australia y la imagen adherida para España en el deporte más global del momento. Bernie Ecclestone ya está programando un próximo Acuerdo de la Concordia que deje fuera a equipos como Hispania, ese “verso suelto” que tampoco forma parte de la FOTA (la organización que reúne a los equipos). De la forma más constructiva, ahora más que nunca, la familia Carabante debe responderse a la pregunta ¿Quo Vadis, Hispania?
Dentro del paddock
¿Quo vadis Hispania?
@Javier Rubio.- 28/03/2011 (06:00h)
Carabante en una rueda de prensa.
“111 en pista: Un gran esfuerzo que ha obtenido recompensa”. Así se encabezaba el comunicado del equipo Hispania tras los entrenamientos libres del pasado viernes. En los últimos cinco minutos Vitantonio Liuzzi salió a la pista para un giro incompleto, ya que entró nuevamente en boxes cuando estaba a punto de expirar la sesión.
Cuando uno se pregunta por el producto de dicho esfuerzo obtiene la respuesta en las mismas líneas: “El coche no se ha podido probar al límite, pero ha sido suficiente para aportar información sobre el nuevo monoplaza y trasladarla a los ingenieros y mecánicos para que puedan seguir trabajando duro y conseguir que ambos coches completen mañana la tercera sesión de entrenamientos libres y la calificación”. “Maquillar” la realidad está en la naturaleza de la Fórmula 1 pero reconozcamos que, en esta ocasión, en Hispania fueron demasiado lejos.
Hispania sí llegó al límite
Pero el equipo español sí pasó el límite. Y en dos ocasiones. La primera, cuando sus monoplazas no lograron el tiempo mínimo que imponía la regla del 107%. La segunda, y más grave, cuando los comisarios decidieron no aceptar las “circunstancias excepcionales” alegadas por Hispania, toda una censura por parte de la FIA a su gestión como equipo de Fórmula 1. La exclusión fue totalmente justa, por mucho que en algunos foros españoles se aliente el victimismo. Ojalá el “rapapolvo” sirva como revulsivo si lo que se persigue es formar parte de la elitista parrilla de Fórmula 1. Especialmente, cuando también se pretende vincular a dicho equipo con la imagen de un país. En este caso, España.
Y fue justa porque, en primer y prioritario lugar, se ponía en peligro la integridad de Luizzi y Karthikeyan. Durante la pretemporada, todos los equipos y pilotos –con la excepción del español- se han dedicado a recoger una experiencia vital para rodar a bordo de un monoplaza de Fórmula 1 con seguridad. Hemos hablado hasta la saciedad de las dificultades para los pilotos bajo el nuevo reglamento, por lo que resultaba absurdo sacar a los de Hispania prácticamente vendidos a cincuenta y ocho vueltas de carrera. Recordemos las imágenes de sus deshilvanadas evoluciones en el Q1. En segundo lugar, porque un monoplaza ocho o diez segundos más lento supone una “chicane” rodante y un impredecible riesgo para el resto de los pilotos con un diferencial de velocidad tan elevado.
Lo barato sale caro
Pero otros equipos tienen el derecho a sentirse discriminados frente a Hispania. Lotus y Virgin, por ejemplo, con presupuestos también menguados, llevaron a cabo las necesarias y costosas inversiones que supone estar presentes en las sesiones de pretemporada. Hispania rodó en Valencia, sí, desapareció del mapa, y presentó un monoplaza nuevo en Barcelona que ni siquiera rodó un giro ¿Qué se pretendía? ¿Utilizar el Gran Premio de Australia como una sesión de pretemporada, cuando la vuelta más rápida antes de los clasificatorios fue diez segundos más lenta que el límite del 107%?
¿Es que Hispania ignoraba que participa en un campeonato con unas reglas? ¿Y que una de ellas, la del 107% exige un nivel mínimo de prestaciones para cribar a quien no merece estar en una parrilla? ¿No eran conscientes en Hispania de que, con su precariedad, era imposible cumplir con ese mínimo exigido? Todo esto se sabía, por supuesto. Pero en la Fórmula 1, con Ecclestone y con la FIA, no vale la picaresca hispana.
Es inevitable sentir un enorme respeto y reconocimiento ante el tremendo esfuerzo de los mecánicos y técnicos de Hispania. Pero también habría que preguntarse por qué son obligados a llegar a tales extremos ¿Qué hubiera pasado si la carrera de Bahrein se hubiera celebrado? La de Australia, habría sido la segunda descalificación consecutiva.
Promesas, globos y realidades ficticias
Ante la situación de Hispania, cabe preguntarse por la verdadera vocación en la Fórmula 1 de José Ramón Carabante con todas las consecuencias. Entre las que se incluye, fundamentalmente, contar con el suficiente músculo financiero para formar parte de este mundo. En su haber, cabe reconocer que, cuando entró en la Fórmula 1, se le prometió un modelo de negocio de “techo presupuestario” que finalmente no cuajó. Por tanto, la actuación de Hispania en 2010 fue comprensible y hasta meritoria, porque incluso superó a Virgin. Y no olvidemos que la situación económica no es fácil. Pero aunque los Virgin también fueron muy lentos en el Gran Premio de Australia, al menos cumplieron con la norma del 107%.
Quizás la familia Carabante deba reflexionar. Y evitar tantas promesas incumplidas, globos de aire, o crear realidades ficticias. ¿Dónde está ese circuito, esa sede en Murcia? ¿Ese flamante consejo de administración de ilustres? ¿En que quedó esa colaboración con Toyota en la que involucró a importantes figuras? ¿Y la aportación de Juan Villalonga? En definitiva, se trata de un estilo de gestión que ha llevado al equipo “español” a ser el primero en caer bajo la restablecida la regla del 107%. Si con un poco más de rodaje, se presumía en Hispania, se podría haber superado a Virgin ¿porqué no se hizo ese rodaje en su momento? Estas son preguntas que merecen respuestas.
Ojalá Hispania esté a la altura de la Fórmula 1 en las próximas carreras. Absolutamente nadie quiere en este país su fracaso. Pero tampoco nadie puede desear la repetición del espectáculo de Australia y la imagen adherida para España en el deporte más global del momento. Bernie Ecclestone ya está programando un próximo Acuerdo de la Concordia que deje fuera a equipos como Hispania, ese “verso suelto” que tampoco forma parte de la FOTA (la organización que reúne a los equipos). De la forma más constructiva, ahora más que nunca, la familia Carabante debe responderse a la pregunta ¿Quo Vadis, Hispania?
Dentro del paddock
" creo que he pasado toda mi vida, los nueve últimos años de mi carrera en la Fórmula 1 preparándome para este momento, para estar listo. Al fin ha llegado." Fernando Alonso (30/09/09)