A los pilotos en Sepang les espera un infierno de 60º de temperatura
8 Abril 2011 - 17:05 - Autor: Jacobo Vega
Viniendo hacia Malasia, en un largo vuelo de 12 horas entre Amsterdam y Kuala Lumpur, tuve la ocasión de ver “Camino de la libertad” una película que narraba la huída de un grupo de prisioneros de un gulag soviético en Siberia. Estos fugitivos atravesaron, primero, toda la estepa a temperaturas extremas bajo cero y luego el inmenso desierto del Gobi, pasando sed y un calor terrorífico.
Viendo la película, me di cuenta de lo tremendamente complicado que es mostrar lo mal que se pasa cuando tu cuerpo se enfrenta a temperaturas tan extremas. Los protagonistas de la aventura sufrían como perros, pero el director no fue capaz de hacernos a nosotros sentir la misma angustia, de padecer lo mismo que ellos.
Algo similar me ocurre a mi ahora que tengo que intentar explicar el sofocante calor y humedad que hace en el circuito de Sepang. Malasia es un país que se encuentra muy próximo a la línea ecuatorial y, por tanto, tiene un clima tropical, muy caluroso y con una gran humedad que puede llegar hasta el 80%.
Los equipos preparan a conciencia esta prueba ya que es una de las más exigentes de todo el campeonato tanto en el aspecto mecánico de los coches como en el físico de los pilotos. Todos hacen una preparación especial e, incluso, el equipo Renault ha cambiado sus habituales monos negros por unos dorados con el fin de hacer más llevaderas las altas temperaturas que en el cockpit de un F1 pueden llegar a superar los 60º.
Pero si tantas veces hemos hablado de lo duro que es para los pilotos, me gustaría detenerme en otros habitantes del paddock: los mecánicos de los equipos. Por normativa, tienen que vestir ropa ignífuga – la misma que los pilotos, compuesta de mono y ropa interior, verdugo incluido – durante la calificación del sábado y la carrera. Por si no fuese poco, también es obligatorio que lleven un casco protector.
Evidentemente, los mecánicos no son deportistas de élite, como los pilotos, pero para esta carrera han de cuidarse un poco más de lo habitual. Los médicos de los equipos les obligan a beber entre 2 y 3 litros de bebida isotónica para no deshidratarse y ponerse toallas con hielo entre pit stop y pit stop. Más de uno ha sufrido desvanecimientos en la parrilla y casi todos comentan lo mismo: “por mucho que bebas, no vas nunca al baño, todo el líquido que tomas, lo sudas”.
Todos estos datos supongo que seguirán sin decirles nada y, realmente, lo único que se me ocurriría es que se metiese en una sauna con pantalones y jersey de lana, pero como no quiero ser el causante de la muerte de nadie y menos en mi estreno como blogger en lainformacion.com no les queda otro remedio que fiarse de lo que les decimos.
Pase de paddock F1
8 Abril 2011 - 17:05 - Autor: Jacobo Vega
Viniendo hacia Malasia, en un largo vuelo de 12 horas entre Amsterdam y Kuala Lumpur, tuve la ocasión de ver “Camino de la libertad” una película que narraba la huída de un grupo de prisioneros de un gulag soviético en Siberia. Estos fugitivos atravesaron, primero, toda la estepa a temperaturas extremas bajo cero y luego el inmenso desierto del Gobi, pasando sed y un calor terrorífico.
Viendo la película, me di cuenta de lo tremendamente complicado que es mostrar lo mal que se pasa cuando tu cuerpo se enfrenta a temperaturas tan extremas. Los protagonistas de la aventura sufrían como perros, pero el director no fue capaz de hacernos a nosotros sentir la misma angustia, de padecer lo mismo que ellos.
Algo similar me ocurre a mi ahora que tengo que intentar explicar el sofocante calor y humedad que hace en el circuito de Sepang. Malasia es un país que se encuentra muy próximo a la línea ecuatorial y, por tanto, tiene un clima tropical, muy caluroso y con una gran humedad que puede llegar hasta el 80%.
Los equipos preparan a conciencia esta prueba ya que es una de las más exigentes de todo el campeonato tanto en el aspecto mecánico de los coches como en el físico de los pilotos. Todos hacen una preparación especial e, incluso, el equipo Renault ha cambiado sus habituales monos negros por unos dorados con el fin de hacer más llevaderas las altas temperaturas que en el cockpit de un F1 pueden llegar a superar los 60º.
Pero si tantas veces hemos hablado de lo duro que es para los pilotos, me gustaría detenerme en otros habitantes del paddock: los mecánicos de los equipos. Por normativa, tienen que vestir ropa ignífuga – la misma que los pilotos, compuesta de mono y ropa interior, verdugo incluido – durante la calificación del sábado y la carrera. Por si no fuese poco, también es obligatorio que lleven un casco protector.
Evidentemente, los mecánicos no son deportistas de élite, como los pilotos, pero para esta carrera han de cuidarse un poco más de lo habitual. Los médicos de los equipos les obligan a beber entre 2 y 3 litros de bebida isotónica para no deshidratarse y ponerse toallas con hielo entre pit stop y pit stop. Más de uno ha sufrido desvanecimientos en la parrilla y casi todos comentan lo mismo: “por mucho que bebas, no vas nunca al baño, todo el líquido que tomas, lo sudas”.
Todos estos datos supongo que seguirán sin decirles nada y, realmente, lo único que se me ocurriría es que se metiese en una sauna con pantalones y jersey de lana, pero como no quiero ser el causante de la muerte de nadie y menos en mi estreno como blogger en lainformacion.com no les queda otro remedio que fiarse de lo que les decimos.
Pase de paddock F1
" creo que he pasado toda mi vida, los nueve últimos años de mi carrera en la Fórmula 1 preparándome para este momento, para estar listo. Al fin ha llegado." Fernando Alonso (30/09/09)