05-02-2015, 10:57
Jenson Button y Eric Boullier han subrayado estos días en Jerez un elemento nuevo dentro del trabajo diario dentro del equipo McLaren: entenderse bien con los ingenieros japoneses. Un asunto interno de cambio de metodología con la llegada de Honda al equipo.
"Antes, con Mercedes, los técnicos eran algunos alemanes y el resto ingleses, ahora son todos japoneses y eso requiere una adaptación”, relata el jefe del equipo francés. Así ha destinado a un grupo de mecánicos e ingenieros “a trabajar, porque tienen que trabajar en el coche y a otro a aprender cómo trabajar con los técnicos de Honda. Y luego cambiaremos para que todos aprendan”, comenta el francés.
"Yo tengo una mujer japonesa y sé como son culturalmente, pero es verdad que hay que hacer algo de rodaje porque cuando dicen "si" pues puede no ser lo mismo que tú entiendes por ese gesto", comentaba el Button, casado con Jesica Michibata.
Es un clásico del motor las dificultades, al menos inicialmente, del trabajo con profesionales del motor japoneses. "Yo daba unas vueltas con el coche, volvía, hablaba con ellos, les decía, 'cambia esto o baja este ala', me decían que sí, sí, sí, salía otra vez y el coche seguía igual", cuenta Pedro de la Rosa de su estancia en Japón en GT y Fórmula Nippon.
Leer más: Fórmula 1: McLaren también trabaja en "entenderse" con los japoneses - MARCA.com
"Antes, con Mercedes, los técnicos eran algunos alemanes y el resto ingleses, ahora son todos japoneses y eso requiere una adaptación”, relata el jefe del equipo francés. Así ha destinado a un grupo de mecánicos e ingenieros “a trabajar, porque tienen que trabajar en el coche y a otro a aprender cómo trabajar con los técnicos de Honda. Y luego cambiaremos para que todos aprendan”, comenta el francés.
"Yo tengo una mujer japonesa y sé como son culturalmente, pero es verdad que hay que hacer algo de rodaje porque cuando dicen "si" pues puede no ser lo mismo que tú entiendes por ese gesto", comentaba el Button, casado con Jesica Michibata.
Es un clásico del motor las dificultades, al menos inicialmente, del trabajo con profesionales del motor japoneses. "Yo daba unas vueltas con el coche, volvía, hablaba con ellos, les decía, 'cambia esto o baja este ala', me decían que sí, sí, sí, salía otra vez y el coche seguía igual", cuenta Pedro de la Rosa de su estancia en Japón en GT y Fórmula Nippon.
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Después de muchos años en la Fórmula Uno noto una nueva motivación y la adrenalina de competir al máximo nivel con el mejor equipo posible