Por qué es muy miserable mezclar a Fernando Alonso con Emilio Botín en un titular.

[peterpan]

Redes sociales, WhatsApp, titulares tendenciosos al hilo de una lista y multitud de fotos de Alonso con el más rico del cementerio. Efectivamente Alonso no ha defraudado nada, cuando vivía en Suiza ha hecho lo que legalmente más le convenía. Y si es cierto que ahora paga todo religiosamente aquí y se deja chulear por el Estado oligárquico que alimenta a las 17 taifas regidas por cocainómanos de deuda, mal hecho. El resto explicado ha quedado explicado en el ladrillo. Y sí, llevaba el flag [CALZADOR MODE: ON]

En España vamos a tener un sistema para organizarnos que nos permita ser la nación próspera que por potencial debemos ser. Y lo vamos a hacer entre todos, dejando de pelearnos unos contra otros y yendo a la raíz del problema. Hablando de separación de poderes y representación. Entre todos. Y a cada tocagüevos antialonsista que aparezca con la murga, pues le largáis un copia y pega mi primer mensaje y le decís si os lo puede explicar, que no lo entendísteis. ¡Toma tortura! Y con suerte, entiende algo.

Un abrazo, aquí un patriota.

Jamás seremos una nación próspera. Para eso hay que tener ambición, decisión y valor. Somos un país cobarde, quejica, hipócrita y muy mezquino.

  Para eso hay que tener cultura, y conocer la historia propia.
Eso llevaría al respeto por lo que hemos sido desde hace mas de miquinientos años como nación...
Y hoy en día casi nadie sabe nada de la singladura a través de los siglos de este país nuestro.
Uno puede borrar de la historia del mundo, (y no es por menospreciar a ningún país), a yo que sé... Lituania, Laos, Fidji, Tanzania o Croacia, por poner un ejemplo.
Borrad de la historia a Italia, Francia, España, Reino Unido o Alemania, o Rusia.
Haced la prueba y quitad de los libros de historia a cualquiera de estos países. La consecuencia esta clara:
La historia universal se queda coja, faltarían capítulos enteros del libro común de la humanidad tal como es hoy.
Hasta que no recuperemos el orgullo por lo propio, sin ínfulas por su puesto, pero sin ruborizarnos, faltaría más...
No pasaremos de esta fase de aldeanismo paleto y miópe que tan políticamente correcto y pobre nos inunda en todo nuestro talante y proceder cómo pueblo y cómo colectivo de compatriotas que somos todos.
Y perdón por el ladrillo.