19-05-2011, 08:16
Transcripción completa de la entrevista en El mundo (19-05-11):
>CON ALONSO, EN MARANELLO La entrevista
FERNANDO ALONSO Bicampeón del mundo y piloto de Ferrari
En la semana del Gran Premio de España, EL MUNDO cierra su visita a la fábrica de la mítica escudería con una charla en exclusiva con el asturiano, que, a punto de cumplir 30 años, reafirma su pasión por la marca italiana a pesar de los problemas en la pista
«Nunca me rindo, todos lo saben»
JAIME RODRÍGUEZ / Maranello (Italia)
Enviado especial
Mario, el fotógrafo, hace malabares para controlar los ángulos de sus imágenes. Estamos en territorio prohibido, en el taller de montaje de los Fórmula 1 en Maranello, donde las cámaras no pueden entrar. A estas horas de la tarde la actividad ha terminado, sólo quedan los cajones de las piezas cerrados con llave y las pulcras encimeras. Fernando Alonso (1981) se sienta en un taburete y apaga el móvil. Le cuesta ocultar el cansancio del día de trabajo en la fábrica de Ferrari y, sobre todo, su decepción por cómo están yendo las cosas en la pista. Llega este fin de semana a Montmeló tras haber subido al podio en Turquía, pero sabe que su coche sigue lejos del arrollador Red Bull. No ha encontrado todavía el feeling al monoplaza, pero mantiene la fe. La remontada del pasado año es su mejor impulso.
Pregunta.– A pesar de que no está siendo un periodo fácil, lleva 17 meses en Ferrari y parece cada día más enamorado de la marca. ¿Nos explica los motivos, por favor?
Respuesta.– Este equipo te engancha por lo que representa, por lo que ha hecho en la historia de este deporte y por el trato que recibes de la gente de aquí, cariñosísimos desde el primer día. El piloto es una parte muy importante de Ferrari, donde ha habido grandísimos nombres a lo largo de la historia, y te tratan de manera especial. Además, fuera del equipo lo que percibes te hace sentir distinto. Tienes aficionados en todo el mundo y notas la admiración. Siento un gran cambio respecto a cualquier otra escudería.
P.– ¿Para el piloto es más difícil intervenir aquí, al tratarse de una estructura tan grande, con tanta experiencia, con tanta historia?
R.– Al contrario, intervengo más. Y me gusta que se mantengan tradiciones de hace años, cuando los pilotos trabajaban más directamente con los ingenieros y mecánicos, cara a cara, con cercanía, no comunicando todo por e-mail. Aquí se habla, se discute, te preguntan y preguntas por el coche, por esta pieza, por tus sensaciones al volante. Todo es más directo, más vivo, más cercano...
P.– A punto de cumplir 30 años (en julio), ¿siente que volver a ganar el Mundial es una obligación, sobre todo estando en Ferrari?
R.– No. La diferencia de este equipo con otros es que aquí tarde o temprano te va a llegar la oportunidad de ganar. En otro sitio quizá no, pero aquí cualquier año malo se resuelve y las alegrías llegarán. Ganaré más tarde o más temprano. Con 30 años estoy en el lugar adecuado, en Ferrari, y quiero ganar. Es el sitio justo.
P.– Parece más calmado, más maduro, no protesta en público contra su equipo... ¿Ha cambiado?
R.– Me noto igual que siempre, sólo que con la experiencia sabes lo que es útil y lo que no, lo que sirve o no, lo que se puede decir o no, lo que se puede hacer o no.
P.– Se le ve encantado con el concepto familiar de Ferrari, siempre encima del piloto.
R.– Te sientes cómodo con ellos en los viajes, en el avión, cenando o fuera de las carreras. Conoces a sus familias, a sus hijos, y se establece cierta amistad entre todo el equipo. Es muy positivo.
P.– OK, nos ha detallado las virtudes, pero de las familias también se tienen quejas. Deme alguna.
R.– Nada en particular. Tampoco sé cómo trabajan otros equipos [piensa en Red Bull] ni cómo se organizannellos. Aquí intento aportar mi experiencia, lo que puedo sentir en el coche, lo que nos falta en la pista cuando ruedo tras un rival... Memorizo todo y cuando acaba la carrera explico qué curvas se nos atragantan, en qué sectores sentía que teníamos potencial o en qué zonas rodaba mejor Red Bull. Hay que comunicarlo con la mayor precisión posible. Es fundamental, información muy importante para el equipo.
P.– ¿Se llega a tener envidia de los coches rivales, por ejemplo, de los actuales Red Bull?
R.– No, para nada, no siento ninguna envidia de ellos.
P.– Ahora otra vez se ve obligado a remontar, como el pasado año.
R.– Lo que hice es irrepetible. Se le dará valor algún día, quizá cuando me retire. Teníamos dificultades y al final conseguimos encadenar una serie de puntos difíciles de repetir, con no muchas mejoras en el coche. Hablabais de duelo Red Bull-Ferrari, pero yo no veía ningún duelo. Ellos hacían primero y segundo en todas las cronos, nos metían a veces ocho décimas o un segundo, y luego en carrera se repartían las victorias, cosa que este año no está sucediendo, o se tocaban y no acababan, y nosotros hacíamos mucho más de lo que todo el mundo pensaba. Se convirtió en algo normal y la normalidad empezó a pasar desapercibida.
P.– Estamos en mayo y ya se ve a 52 puntos de Sebastian Vettel, sin margen para el error.
R.– Siempre se intenta empezar bien. En 2010 lo hicimos, pero luego nos quedamos atrás y remontamos por otros motivos, no por un avance de prestaciones. Este año hemos empezado con problemas diferentes, más difíciles de resolver, como los que hemos tenido aquí en la fábrica, en el túnel del viento, en infraestructuras que cuesta más ponerlas en su sitio. Será duro pero no imposible.
P.– ¿Cómo recuerda la mañana después de Abu Dhabi, tras perder el último campeonato?
R.– Tenía mal cuerpo, frustración y una profunda tristeza por la oportunidad perdida, ya que sabemos lo difícil que es ganar el Mundial.
P.– Conquistó muy joven dos títulos, pero también ha perdido dos en los últimos metros.
R.– Cuesta muchísimo ser campeón, cualquier detalle puede ser decisivo. Y no sólo en la F1. Mira el Real Madrid, que tiene todos los jugadores que quiere, o el Chelsea, que hizo fuertes inversiones y no logró ganar la Champions aún.
P.– ¿Se ve campeón con Ferrari?
R.– Nunca se sabe, pero es el único equipo donde puedes estar medianamente tranquilo. No hay una escudería como ésta para poder intentarlo cada temporada.
P.– ¿Tiene claro el número de años que le quedan en la F1?
R.– En estos momentos no lo sé, ni siquiera lo pienso.
P.– ¿Ha visto la película sobre Ayrton Senna?
R.– No.
P.– ¿Sobrecoge la posibilidad de tener un accidente, de morir?
R.– No, nunca. Si pensara en los riesgos o en la muerte al volante, no podría competir. Mejor no hacerlo.
P.– ¿Recuerda la última vez que se santiguó?
R.– No me acuerdo.
P.– ¿Habla mucho con su mujer de paternidad?
R.– No.
P.– Cuentan los pilotos jóvenes que en las reuniones manda usted. ¿Se siente respetado cada día más por los rivales?
R.– Llevo 10 años en la F1, así que es normal el respeto. Notas que cuando dices algo te escuchan a ti más que a los nuevos. Es verdad que en esas citas hay cierto tono cuartelario, de mili. No hacemos novatadas, pero sí hay galones. Se nota cuando hablo yo de algún circuito o de alguna curva a mejorar. Y, claro, tampoco es lo mismo, que lo diga Webber o Schumacher a que lo hagan los novatos, a los que no se les hace el mismo caso.
P.– ¿Qué piloto joven ve con opciones futuras de ser campeón?
R.– Nico Rosberg... Y Webber, que aunque no sea joven puede ganar el título todavía.
P.– El año pasado en una entrevista con EL MUNDO, usted hablaba de los antialonsistas. Con usted casi nadie es tibio. O le quieren o le odian. ¿Por qué cree?
R.– Los que me aprecian imagino que lo hacen porque nunca me rindo, lucho siempre, todos lo saben. Yo también admiro a este tipo de deportistas, les valoro su capacidad de competir y de luchar hasta el final,de no dar nada por perdido. Y a los que no les gusto será porque prefieren a otro. En el deporte es normal. Quizá les agrade otra manera de pilotar o una manera de reaccionar en las victorias o derrotas distinta a la mía. Será por eso, supongo.
P.– ¿No se pregunta por qué hay gente a la que no le gusta?
R.– Ya no, ahora me da igual.
P.– El próximo domingo, el día de las elecciones, tiene el Gran Premio de España. ¿Ha votado por correo?
R.– No lo he hecho.
P.– ¿Intenta explicar a Raquel o a su madre la compleja parte técnica de la F1 o las nuevas normas?
R– No lo hago, ni lo intento, mejor que vean y disfruten de las carreras.
P.– ¿Qué es lo que más le aburre de su oficio?
R.– ... Uhmm... No voy a decir las entrevistas [sonríe]... No, lo peor es cuando vengo aquí a Maranello y me tienen preparados para firmar 1.000 libros de Ferrari que irán a los concesionarios. Te sientas y estás tres o cuatro horas firmando. Eso no es muy divertido.
EL MUNDO (edición impresa)
>CON ALONSO, EN MARANELLO La entrevista
FERNANDO ALONSO Bicampeón del mundo y piloto de Ferrari
En la semana del Gran Premio de España, EL MUNDO cierra su visita a la fábrica de la mítica escudería con una charla en exclusiva con el asturiano, que, a punto de cumplir 30 años, reafirma su pasión por la marca italiana a pesar de los problemas en la pista
«Nunca me rindo, todos lo saben»
JAIME RODRÍGUEZ / Maranello (Italia)
Enviado especial
Mario, el fotógrafo, hace malabares para controlar los ángulos de sus imágenes. Estamos en territorio prohibido, en el taller de montaje de los Fórmula 1 en Maranello, donde las cámaras no pueden entrar. A estas horas de la tarde la actividad ha terminado, sólo quedan los cajones de las piezas cerrados con llave y las pulcras encimeras. Fernando Alonso (1981) se sienta en un taburete y apaga el móvil. Le cuesta ocultar el cansancio del día de trabajo en la fábrica de Ferrari y, sobre todo, su decepción por cómo están yendo las cosas en la pista. Llega este fin de semana a Montmeló tras haber subido al podio en Turquía, pero sabe que su coche sigue lejos del arrollador Red Bull. No ha encontrado todavía el feeling al monoplaza, pero mantiene la fe. La remontada del pasado año es su mejor impulso.
Pregunta.– A pesar de que no está siendo un periodo fácil, lleva 17 meses en Ferrari y parece cada día más enamorado de la marca. ¿Nos explica los motivos, por favor?
Respuesta.– Este equipo te engancha por lo que representa, por lo que ha hecho en la historia de este deporte y por el trato que recibes de la gente de aquí, cariñosísimos desde el primer día. El piloto es una parte muy importante de Ferrari, donde ha habido grandísimos nombres a lo largo de la historia, y te tratan de manera especial. Además, fuera del equipo lo que percibes te hace sentir distinto. Tienes aficionados en todo el mundo y notas la admiración. Siento un gran cambio respecto a cualquier otra escudería.
P.– ¿Para el piloto es más difícil intervenir aquí, al tratarse de una estructura tan grande, con tanta experiencia, con tanta historia?
R.– Al contrario, intervengo más. Y me gusta que se mantengan tradiciones de hace años, cuando los pilotos trabajaban más directamente con los ingenieros y mecánicos, cara a cara, con cercanía, no comunicando todo por e-mail. Aquí se habla, se discute, te preguntan y preguntas por el coche, por esta pieza, por tus sensaciones al volante. Todo es más directo, más vivo, más cercano...
P.– A punto de cumplir 30 años (en julio), ¿siente que volver a ganar el Mundial es una obligación, sobre todo estando en Ferrari?
R.– No. La diferencia de este equipo con otros es que aquí tarde o temprano te va a llegar la oportunidad de ganar. En otro sitio quizá no, pero aquí cualquier año malo se resuelve y las alegrías llegarán. Ganaré más tarde o más temprano. Con 30 años estoy en el lugar adecuado, en Ferrari, y quiero ganar. Es el sitio justo.
P.– Parece más calmado, más maduro, no protesta en público contra su equipo... ¿Ha cambiado?
R.– Me noto igual que siempre, sólo que con la experiencia sabes lo que es útil y lo que no, lo que sirve o no, lo que se puede decir o no, lo que se puede hacer o no.
P.– Se le ve encantado con el concepto familiar de Ferrari, siempre encima del piloto.
R.– Te sientes cómodo con ellos en los viajes, en el avión, cenando o fuera de las carreras. Conoces a sus familias, a sus hijos, y se establece cierta amistad entre todo el equipo. Es muy positivo.
P.– OK, nos ha detallado las virtudes, pero de las familias también se tienen quejas. Deme alguna.
R.– Nada en particular. Tampoco sé cómo trabajan otros equipos [piensa en Red Bull] ni cómo se organizannellos. Aquí intento aportar mi experiencia, lo que puedo sentir en el coche, lo que nos falta en la pista cuando ruedo tras un rival... Memorizo todo y cuando acaba la carrera explico qué curvas se nos atragantan, en qué sectores sentía que teníamos potencial o en qué zonas rodaba mejor Red Bull. Hay que comunicarlo con la mayor precisión posible. Es fundamental, información muy importante para el equipo.
P.– ¿Se llega a tener envidia de los coches rivales, por ejemplo, de los actuales Red Bull?
R.– No, para nada, no siento ninguna envidia de ellos.
P.– Ahora otra vez se ve obligado a remontar, como el pasado año.
R.– Lo que hice es irrepetible. Se le dará valor algún día, quizá cuando me retire. Teníamos dificultades y al final conseguimos encadenar una serie de puntos difíciles de repetir, con no muchas mejoras en el coche. Hablabais de duelo Red Bull-Ferrari, pero yo no veía ningún duelo. Ellos hacían primero y segundo en todas las cronos, nos metían a veces ocho décimas o un segundo, y luego en carrera se repartían las victorias, cosa que este año no está sucediendo, o se tocaban y no acababan, y nosotros hacíamos mucho más de lo que todo el mundo pensaba. Se convirtió en algo normal y la normalidad empezó a pasar desapercibida.
P.– Estamos en mayo y ya se ve a 52 puntos de Sebastian Vettel, sin margen para el error.
R.– Siempre se intenta empezar bien. En 2010 lo hicimos, pero luego nos quedamos atrás y remontamos por otros motivos, no por un avance de prestaciones. Este año hemos empezado con problemas diferentes, más difíciles de resolver, como los que hemos tenido aquí en la fábrica, en el túnel del viento, en infraestructuras que cuesta más ponerlas en su sitio. Será duro pero no imposible.
P.– ¿Cómo recuerda la mañana después de Abu Dhabi, tras perder el último campeonato?
R.– Tenía mal cuerpo, frustración y una profunda tristeza por la oportunidad perdida, ya que sabemos lo difícil que es ganar el Mundial.
P.– Conquistó muy joven dos títulos, pero también ha perdido dos en los últimos metros.
R.– Cuesta muchísimo ser campeón, cualquier detalle puede ser decisivo. Y no sólo en la F1. Mira el Real Madrid, que tiene todos los jugadores que quiere, o el Chelsea, que hizo fuertes inversiones y no logró ganar la Champions aún.
P.– ¿Se ve campeón con Ferrari?
R.– Nunca se sabe, pero es el único equipo donde puedes estar medianamente tranquilo. No hay una escudería como ésta para poder intentarlo cada temporada.
P.– ¿Tiene claro el número de años que le quedan en la F1?
R.– En estos momentos no lo sé, ni siquiera lo pienso.
P.– ¿Ha visto la película sobre Ayrton Senna?
R.– No.
P.– ¿Sobrecoge la posibilidad de tener un accidente, de morir?
R.– No, nunca. Si pensara en los riesgos o en la muerte al volante, no podría competir. Mejor no hacerlo.
P.– ¿Recuerda la última vez que se santiguó?
R.– No me acuerdo.
P.– ¿Habla mucho con su mujer de paternidad?
R.– No.
P.– Cuentan los pilotos jóvenes que en las reuniones manda usted. ¿Se siente respetado cada día más por los rivales?
R.– Llevo 10 años en la F1, así que es normal el respeto. Notas que cuando dices algo te escuchan a ti más que a los nuevos. Es verdad que en esas citas hay cierto tono cuartelario, de mili. No hacemos novatadas, pero sí hay galones. Se nota cuando hablo yo de algún circuito o de alguna curva a mejorar. Y, claro, tampoco es lo mismo, que lo diga Webber o Schumacher a que lo hagan los novatos, a los que no se les hace el mismo caso.
P.– ¿Qué piloto joven ve con opciones futuras de ser campeón?
R.– Nico Rosberg... Y Webber, que aunque no sea joven puede ganar el título todavía.
P.– El año pasado en una entrevista con EL MUNDO, usted hablaba de los antialonsistas. Con usted casi nadie es tibio. O le quieren o le odian. ¿Por qué cree?
R.– Los que me aprecian imagino que lo hacen porque nunca me rindo, lucho siempre, todos lo saben. Yo también admiro a este tipo de deportistas, les valoro su capacidad de competir y de luchar hasta el final,de no dar nada por perdido. Y a los que no les gusto será porque prefieren a otro. En el deporte es normal. Quizá les agrade otra manera de pilotar o una manera de reaccionar en las victorias o derrotas distinta a la mía. Será por eso, supongo.
P.– ¿No se pregunta por qué hay gente a la que no le gusta?
R.– Ya no, ahora me da igual.
P.– El próximo domingo, el día de las elecciones, tiene el Gran Premio de España. ¿Ha votado por correo?
R.– No lo he hecho.
P.– ¿Intenta explicar a Raquel o a su madre la compleja parte técnica de la F1 o las nuevas normas?
R– No lo hago, ni lo intento, mejor que vean y disfruten de las carreras.
P.– ¿Qué es lo que más le aburre de su oficio?
R.– ... Uhmm... No voy a decir las entrevistas [sonríe]... No, lo peor es cuando vengo aquí a Maranello y me tienen preparados para firmar 1.000 libros de Ferrari que irán a los concesionarios. Te sientas y estás tres o cuatro horas firmando. Eso no es muy divertido.
EL MUNDO (edición impresa)
" creo que he pasado toda mi vida, los nueve últimos años de mi carrera en la Fórmula 1 preparándome para este momento, para estar listo. Al fin ha llegado." Fernando Alonso (30/09/09)