07-06-2016, 22:13
(Este mensaje fue modificado por última vez en: 07-06-2016, 22:25 por luymox.)
Os voy a contar una historia de abuelo cebolleta. (Perdón por el offtopic).
Yo soy encofrador. Os hablo de un caso ocurrido hace unos 25 años. Estábamos hormigonando un puente de una autovía. Habíamos empezado tarde a hormigonar.
Había una fecha de entrega y trabajábamos "todas" las horas. La dirección de obra no quería "defraudar" al señor ministro. Supongo que de hacerlo tendrían una penalización monetaria.
A las doce de la noche, más o menos, a Paquito le mandaron reparar la manguera de un vibrador que había reventado en la boca del compresor. Eran dos puentes paralelos, casi pegados el uno al otro, el que estábamos hormigonando y el paralelo que estaba a medio encofrar. El compresor estaba en el puente a medio hacer. Paquito sólo tenía que dar una zancada para pasar de uno a otro. Era de noche y la iluminación era más bien escasa, dirigida al puente que estábamos hormigonando. Pisó un tablón que estaba a medio clavar y se precipitó al vacío, unos 8 metros más abajo.
Nadie se enteró hasta que alguien juró en hebreo porque estaba tardando mucho en reparar la manguera, ya sabéis, las obras. Nos acercamos y vimos parte del encofrado desmantelado. Estaba claro, bajamos corriendo. Allí estaba, inconsciente, sangrando por la boca y la nariz. Entre piedras de escoria que era el relleno que se utilizaba allí.
Se te acongojan las tripas. Un nudo en la garganta no te deja pensar. Alguien fue a buscar al encargado, todavía no había móviles. Estaba en el bar, con el jefe de obra y nuestro jefe. Y como estaban. De lo malo malo acertaron a llamar a la ambulancia.
Cuando llegaron seguíamos custodiando a Paquito. No podíamos hacer otra cosa por mucho que lo sentíamos.
_ ¿ Qué hacéis aquí?. Subir a hormigonar el puente.
No recuerdo nada que más odio me haya hecho sentir que aquella frase que pronunció el jefe de obra.
Subimos a hormigonar. Acabamos a las tres de la mañana. Sin una palabra.
Al día siguiente tuvimos que entrar a las siete, para vallar y señalizar toda la obra antes de que llegara la inspección de trabajo.
Paquito vive. Estuvo tres meses en coma y no se cuanto tiempo de baja. Volvió con nosotros por poco tiempo.
Se metió a camionero. Si quieres reírte no hay nadie como él.
La vida es así. Siempre ha sido así. Sólo nos queda esperar que no empeore.
No creo en la evolución de las especies, al menos la nuestra no lo demuestra. Me conformo con no caer en la involución.
PD: Si os cruzáis con un camionero triscando una manzana, pitarle. Seguro que es Paquito.
Yo soy encofrador. Os hablo de un caso ocurrido hace unos 25 años. Estábamos hormigonando un puente de una autovía. Habíamos empezado tarde a hormigonar.
Había una fecha de entrega y trabajábamos "todas" las horas. La dirección de obra no quería "defraudar" al señor ministro. Supongo que de hacerlo tendrían una penalización monetaria.
A las doce de la noche, más o menos, a Paquito le mandaron reparar la manguera de un vibrador que había reventado en la boca del compresor. Eran dos puentes paralelos, casi pegados el uno al otro, el que estábamos hormigonando y el paralelo que estaba a medio encofrar. El compresor estaba en el puente a medio hacer. Paquito sólo tenía que dar una zancada para pasar de uno a otro. Era de noche y la iluminación era más bien escasa, dirigida al puente que estábamos hormigonando. Pisó un tablón que estaba a medio clavar y se precipitó al vacío, unos 8 metros más abajo.
Nadie se enteró hasta que alguien juró en hebreo porque estaba tardando mucho en reparar la manguera, ya sabéis, las obras. Nos acercamos y vimos parte del encofrado desmantelado. Estaba claro, bajamos corriendo. Allí estaba, inconsciente, sangrando por la boca y la nariz. Entre piedras de escoria que era el relleno que se utilizaba allí.
Se te acongojan las tripas. Un nudo en la garganta no te deja pensar. Alguien fue a buscar al encargado, todavía no había móviles. Estaba en el bar, con el jefe de obra y nuestro jefe. Y como estaban. De lo malo malo acertaron a llamar a la ambulancia.
Cuando llegaron seguíamos custodiando a Paquito. No podíamos hacer otra cosa por mucho que lo sentíamos.
_ ¿ Qué hacéis aquí?. Subir a hormigonar el puente.
No recuerdo nada que más odio me haya hecho sentir que aquella frase que pronunció el jefe de obra.
Subimos a hormigonar. Acabamos a las tres de la mañana. Sin una palabra.
Al día siguiente tuvimos que entrar a las siete, para vallar y señalizar toda la obra antes de que llegara la inspección de trabajo.
Paquito vive. Estuvo tres meses en coma y no se cuanto tiempo de baja. Volvió con nosotros por poco tiempo.
Se metió a camionero. Si quieres reírte no hay nadie como él.
La vida es así. Siempre ha sido así. Sólo nos queda esperar que no empeore.
No creo en la evolución de las especies, al menos la nuestra no lo demuestra. Me conformo con no caer en la involución.
PD: Si os cruzáis con un camionero triscando una manzana, pitarle. Seguro que es Paquito.
Puede que la vida te conceda sueños si te ve dispuesto a perderla por conseguirlos (Jos Verstappen 2006)