16-12-2016, 13:23
(Este mensaje fue modificado por última vez en: 16-12-2016, 13:23 por German Sanchez.)
Teniendo a la FIA de tu lado todo es más fácil, no? Que le ganó dice, jajaja
http://motor.as.com/motor/2007/09/15/mas...=resrelart
La sentencia completa de la FIA ha servido también para conocer la actitud real de Lewis Hamilton en el caso de espionaje. Tal y como les contamos hace una semana en Monza, el inglés no pensaba colaborar, a cambio de ser el hombre bueno de la escudería y recibir el apoyo incondicional del equipo. La sentencia revela que el inglés "respondió diciendo que no tenía ninguna información sensible relacionada con el caso".
Sin embargo, temeroso de perder la superlicencia, Hamilton se fue a París dispuesto a hablar ante el Consejo Mundial como testigo. Nadie le preguntó nada en la vista del caso y se fue de rositas. Pero la sentencia completa demuestra que la vida fue menos rosa de lo que parece para el actual líder del Mundial. Así lo cuenta en un escondido apartado de las conclusiones de la FIA sobre el caso. Concretamente, el 8.14 señala lo siguiente: "Después de saber que McLaren iba a ser penalizada, algunos miembros solicitaron la sanción para Hamilton, como parte del propio equipo. El máximo organismo ha adoptado su decisión después de tomar nota de estas peticiones".
Es decir, se valoró la posibilidad de sancionarle gravemente por no haber colaborado. Una pena que le hubiera significado estar varias carreras sin su licencia para competir. Como es lógico, no se atrevieron a atacar a la estrella anglosajona. Parece tener bula para todo, aunque la sombra de la sospecha ya se cierne sobre el británico de ahora en adelante. A los ojos del resto de equipos del paddock resulta difícil entender que el joven inglés no supiera nada. Ni siquiera su escasa participación en el desarrollo del coche es excusa suficiente en un hombre que trabaja mucho con sus ingenieros.
http://motor.as.com/motor/2007/09/15/mas...=resrelart
La sentencia completa de la FIA ha servido también para conocer la actitud real de Lewis Hamilton en el caso de espionaje. Tal y como les contamos hace una semana en Monza, el inglés no pensaba colaborar, a cambio de ser el hombre bueno de la escudería y recibir el apoyo incondicional del equipo. La sentencia revela que el inglés "respondió diciendo que no tenía ninguna información sensible relacionada con el caso".
Sin embargo, temeroso de perder la superlicencia, Hamilton se fue a París dispuesto a hablar ante el Consejo Mundial como testigo. Nadie le preguntó nada en la vista del caso y se fue de rositas. Pero la sentencia completa demuestra que la vida fue menos rosa de lo que parece para el actual líder del Mundial. Así lo cuenta en un escondido apartado de las conclusiones de la FIA sobre el caso. Concretamente, el 8.14 señala lo siguiente: "Después de saber que McLaren iba a ser penalizada, algunos miembros solicitaron la sanción para Hamilton, como parte del propio equipo. El máximo organismo ha adoptado su decisión después de tomar nota de estas peticiones".
Es decir, se valoró la posibilidad de sancionarle gravemente por no haber colaborado. Una pena que le hubiera significado estar varias carreras sin su licencia para competir. Como es lógico, no se atrevieron a atacar a la estrella anglosajona. Parece tener bula para todo, aunque la sombra de la sospecha ya se cierne sobre el británico de ahora en adelante. A los ojos del resto de equipos del paddock resulta difícil entender que el joven inglés no supiera nada. Ni siquiera su escasa participación en el desarrollo del coche es excusa suficiente en un hombre que trabaja mucho con sus ingenieros.
Siempre con Fernando, año tras año.
Un imbécil que lee mucho no reduce un ápice su imbecilidad. Si acaso, se convierte en un imbécil leído.