29-06-2017, 13:25
(Este mensaje fue modificado por última vez en: 29-06-2017, 13:25 por DE-ZETA-TE.)
(29-06-2017, 13:09)Pablo escribió: Meter en el mismo saco la salvajada de Vettel con la "jugada" de Hamilton es, lo mismo que ponerles en el mismo nivel de pilotaje.
#Animadversión
Y luego capi creo que el ejercicio de suponer que haría Fernando se me hace raruno, aunque seguro no comete semejante barbaridad. Recuerdo una garita con ferari en que a las pocas vueltas rompió alerón al darse con Ham (creo) y a bajarse del bólido colorado lo que hizo fue pedir disculpas al equipo. Ya lo dijo no se que blogero ingles - James Allen? - hace años: "Fernando Alonso parece un hombre en una clase de niños..." (o algo así).
No Pablo, no me has leído entonces bien, o yo no me he explicado.
Resumen (último):
Vettel se merece una bandera negra.
Hamilton una sanción por maniobras peligrosas, fuera de lugar.
La FIA tiene que cambiar ese reglamento, dejar de prevaricar y actuar con justicia y ecuanimidad; sin mirar ni quién ni la clasificación
Y el ejercicio TEÓRICO de Fernando lo hago para medir cuanto de sinceros y ecuánimes seríamos si en vez de Vettel fuera Fernando el que hubiera reaccionado así, o parecido, ante la jugarreta de Hamilton.
Y nadie me ha contestado con claridad.
En cuanto a si Fernando sería capaz de hacer algo así... pues yo lo veo improbable. Pero no imposible. De hecho yo percibo en Fernando un cambio, a más depredador, que viniendo de lo que venimos, y tratando con quien tratamos, no sólo me gusta sino que lo veo hasta necesario. Y no es la primera vez que lo he dicho; que le falta mala leche.
Y de clase de niños nada. O son los Niños del Maíz; yo no he visto mayor densidad de hijos de putha por metro cuadrado en la F1 que éstos 17 últimos años. De hecho Fernando no ha ganado más por no serlo él mismo (lo que me complace). Es un piloto de otra época... al que le ha tocado vivir ésta, siendo español, íntegro y nada comep*llas.
Osea un desastre.
Y yo estoy ya hasta el nardo de tragar.
Con esto concluyo. Ya no digo más.
Salvo que te quiero un montón