16-07-2011, 09:59
Gran artículo de Javier Rubio (www.elconfidencial.com)
Por qué Ferrari volverá a ganar en 2011
“¡Mantened la cabeza alta, vamos a ganar el Mundial!”. Fernando Alonso arengaba a su equipo por la radio al terminar el Gran Premio de Gran Bretaña de 2010, a pesar de caer en la mayor desventaja de todo el año. Sabía entonces que disponía ya de un arma ganadora, como podría ocurrir también a partir del pasado domingo. Porque hay indicios para pensar que la primera victoria de 2011 no será flor de un día.
Que Vettel viera las orejas al lobo no fue casual. En el circuito británico descubrió un rival en otra dimensión: “Hay que aceptar el resultado, es una lección para aprender, y depende de nosotros volver con mejor rendimiento para las dos próximas pruebas. Este es un momento muy importante para el campeonato”. ¿Cuándo hemos escuchado palabras semejantes esta temporada de boca de un piloto con seis victorias, tres segundos puestos y el RB7 en sus manos?
La cruz roja de Silverstone
El rendimiento de un monoplaza está sometido a múltiples factores, muchos de los cuales no llegan a la opinión pública. Algunos solo son entendidos por los propios equipos a posteriori. Cada pista aporta, además, rasgos específicos que varían el rendimiento de un monoplaza. No obstante, parece que las sucesivas evoluciones técnicas -en especial la última de Silverstone- han transformado al 150 en un aspirante a la victoria.
“Era una carrera con una cruz roja, sabíamos que no iba a ser fácil para nosotros”, comentaba Alonso al final de la prueba. Silverstone es el yunque donde Red Bull tradicionalmente ha machacado a sus rivales. Circuito de curvas muy rápidas y alta carga aerodinámica, los monoplazas de Newey nadaban en su elemento. Hasta que el domingo pasado fueron derrotados por primera vez en tres años. Por un monoplaza al que le faltaba carga aerodinámica hasta hace pocas fechas. Solo este dato, de por sí, justificaba la alarma de Vettel.
¿Y por qué semejante resultado? En definitiva, es evidente que las evoluciones aerodinámicas creadas a partir de los nuevos datos del túnel de viento están corrigiendo la puntería errada a comienzos de temporada. Las sensaciones al volante y el lenguaje corporal de Alonso ya el sábado delataban que los cambios han cuajado en dos aspectos cruciales: las diferencia en el Q3, y las prestaciones con los neumáticos duros, el talón de aquiles del 150º.
Por primera vez, Vettel no pudo con Alonso
“Quedar a una décima (de Red Bull) es una buena señal”, sentenciaba el piloto español tras los entrenamientos del sábado, recordando el abismo de carreras anteriores. En 2010 Alonso también fue tercero, a ocho décimas. ¿Influyó sin embargo la limitación del “soplado aerodinámico” al 10% como factor debilitante de Red Bull? Podría ser, ciertamente, pero “lo he repetido centenares de veces, todos perdemos rendimiento con las nuevas reglas, todos perdemos más o menos lo mismo, no creo en que un equipo pierda segundo y medio y otro una décima, no es posible…”, volvía a recordar el propio Alonso el pasado fin de semana.
Pero, en carrera, Alonso machacó a Vettel con la pista seca. El error en los boxes de Red Bull y el tapón de Hamilton solo impidieron la necesidad de adelantar al alemán en pista. Cuando a partir de la vuelta 36 el alemán se lanzó a por el español, Alonso rodó medio segundo de media más rápido por giro hasta el final de carrera, entrando incluso en una secuencia de 1:35 a la que nunca pudo responder Vettel, siempre en 1:36. Cuando este atacaba, Alonso respondía como tantas veces el alemán en otras carreras ante sus perseguidores. ¿Cuándo hemos visto algo semejante esta temporada?
Ahora bien, es cierto que Alonso no utilizó en carrera las gomas duras que han lastrado a Ferrari hasta ahora. ¿Camufló este dato el rendimiento real del 150? Ante la duda, solo nos quedan sus palabras del sábado, tras el Q3. “Con las pocas vueltas que hemos dado, incluso hemos hecho funcionar el neumático duro”, declaraba Alonso esperanzado. “En los terceros libres y en la clasificatoria éramos muy, muy competitivos con el duro, así que enfocamos la carrera sin las dudas de Barcelona”, remataría también el domingo. ¿Cuándo hemos oído palabras así en esta temporada?
“Lo venía diciendo…”
Hubo más pruebas de que el 150º rodaba a otro nivel. ¿Mejor vuelta rápida en carrera? Alonso, 1:34.908 (en la 41). A continuación ¿Vettel? No, Felipe Massa, 1:35.474 (con un monoplaza, según el brasileño, tocado desde el sexto giro). El alemán fue tercero, 1:35:565, la única vez que bajó del 1:36. Fue en la vuelta 38, con las gomas nuevas del último relevo, y casi siete décimas más lento que Alonso. Webber fue cuarto. ¿Cuándo hemos visto un resultado similar en esta temporada?
Pero desde Mónaco, Ferrari venía ya enseñando la “patita”. El DRS, difusor y escapes nuevos, la suspensión modificada y los retoques en la carrocería introducidos en Silverstone podrían haber proporcionado el empujón final. “Es algo que sentíamos en las últimas cuatro carreras, y yo estaba diciendo….” , remataba el piloto español tras su victoria. Suena parecido a aquel famoso “mantened la cabeza alta” de 2010
¿También hoy sabe ya Fernando Alonso lo que tiene entre manos para el resto de la temporada? Sea cual sea su respuesta, Ferrari ha vuelto a honrar el espíritu de un equipo que, una vez más, ha demostrado que nunca se rinde.
Por qué Ferrari volverá a ganar en 2011
“¡Mantened la cabeza alta, vamos a ganar el Mundial!”. Fernando Alonso arengaba a su equipo por la radio al terminar el Gran Premio de Gran Bretaña de 2010, a pesar de caer en la mayor desventaja de todo el año. Sabía entonces que disponía ya de un arma ganadora, como podría ocurrir también a partir del pasado domingo. Porque hay indicios para pensar que la primera victoria de 2011 no será flor de un día.
Que Vettel viera las orejas al lobo no fue casual. En el circuito británico descubrió un rival en otra dimensión: “Hay que aceptar el resultado, es una lección para aprender, y depende de nosotros volver con mejor rendimiento para las dos próximas pruebas. Este es un momento muy importante para el campeonato”. ¿Cuándo hemos escuchado palabras semejantes esta temporada de boca de un piloto con seis victorias, tres segundos puestos y el RB7 en sus manos?
La cruz roja de Silverstone
El rendimiento de un monoplaza está sometido a múltiples factores, muchos de los cuales no llegan a la opinión pública. Algunos solo son entendidos por los propios equipos a posteriori. Cada pista aporta, además, rasgos específicos que varían el rendimiento de un monoplaza. No obstante, parece que las sucesivas evoluciones técnicas -en especial la última de Silverstone- han transformado al 150 en un aspirante a la victoria.
“Era una carrera con una cruz roja, sabíamos que no iba a ser fácil para nosotros”, comentaba Alonso al final de la prueba. Silverstone es el yunque donde Red Bull tradicionalmente ha machacado a sus rivales. Circuito de curvas muy rápidas y alta carga aerodinámica, los monoplazas de Newey nadaban en su elemento. Hasta que el domingo pasado fueron derrotados por primera vez en tres años. Por un monoplaza al que le faltaba carga aerodinámica hasta hace pocas fechas. Solo este dato, de por sí, justificaba la alarma de Vettel.
¿Y por qué semejante resultado? En definitiva, es evidente que las evoluciones aerodinámicas creadas a partir de los nuevos datos del túnel de viento están corrigiendo la puntería errada a comienzos de temporada. Las sensaciones al volante y el lenguaje corporal de Alonso ya el sábado delataban que los cambios han cuajado en dos aspectos cruciales: las diferencia en el Q3, y las prestaciones con los neumáticos duros, el talón de aquiles del 150º.
Por primera vez, Vettel no pudo con Alonso
“Quedar a una décima (de Red Bull) es una buena señal”, sentenciaba el piloto español tras los entrenamientos del sábado, recordando el abismo de carreras anteriores. En 2010 Alonso también fue tercero, a ocho décimas. ¿Influyó sin embargo la limitación del “soplado aerodinámico” al 10% como factor debilitante de Red Bull? Podría ser, ciertamente, pero “lo he repetido centenares de veces, todos perdemos rendimiento con las nuevas reglas, todos perdemos más o menos lo mismo, no creo en que un equipo pierda segundo y medio y otro una décima, no es posible…”, volvía a recordar el propio Alonso el pasado fin de semana.
Pero, en carrera, Alonso machacó a Vettel con la pista seca. El error en los boxes de Red Bull y el tapón de Hamilton solo impidieron la necesidad de adelantar al alemán en pista. Cuando a partir de la vuelta 36 el alemán se lanzó a por el español, Alonso rodó medio segundo de media más rápido por giro hasta el final de carrera, entrando incluso en una secuencia de 1:35 a la que nunca pudo responder Vettel, siempre en 1:36. Cuando este atacaba, Alonso respondía como tantas veces el alemán en otras carreras ante sus perseguidores. ¿Cuándo hemos visto algo semejante esta temporada?
Ahora bien, es cierto que Alonso no utilizó en carrera las gomas duras que han lastrado a Ferrari hasta ahora. ¿Camufló este dato el rendimiento real del 150? Ante la duda, solo nos quedan sus palabras del sábado, tras el Q3. “Con las pocas vueltas que hemos dado, incluso hemos hecho funcionar el neumático duro”, declaraba Alonso esperanzado. “En los terceros libres y en la clasificatoria éramos muy, muy competitivos con el duro, así que enfocamos la carrera sin las dudas de Barcelona”, remataría también el domingo. ¿Cuándo hemos oído palabras así en esta temporada?
“Lo venía diciendo…”
Hubo más pruebas de que el 150º rodaba a otro nivel. ¿Mejor vuelta rápida en carrera? Alonso, 1:34.908 (en la 41). A continuación ¿Vettel? No, Felipe Massa, 1:35.474 (con un monoplaza, según el brasileño, tocado desde el sexto giro). El alemán fue tercero, 1:35:565, la única vez que bajó del 1:36. Fue en la vuelta 38, con las gomas nuevas del último relevo, y casi siete décimas más lento que Alonso. Webber fue cuarto. ¿Cuándo hemos visto un resultado similar en esta temporada?
Pero desde Mónaco, Ferrari venía ya enseñando la “patita”. El DRS, difusor y escapes nuevos, la suspensión modificada y los retoques en la carrocería introducidos en Silverstone podrían haber proporcionado el empujón final. “Es algo que sentíamos en las últimas cuatro carreras, y yo estaba diciendo….” , remataba el piloto español tras su victoria. Suena parecido a aquel famoso “mantened la cabeza alta” de 2010
¿También hoy sabe ya Fernando Alonso lo que tiene entre manos para el resto de la temporada? Sea cual sea su respuesta, Ferrari ha vuelto a honrar el espíritu de un equipo que, una vez más, ha demostrado que nunca se rinde.