03-01-2018, 14:36
(Este mensaje fue modificado por última vez en: 03-01-2018, 14:36 por German Sanchez.)
(03-01-2018, 13:45)skynyrd escribió: Yo también quería desearos a todos feliz año y que el 2018 traiga a cada uno lo que se merece. Véase:
1- A Hamilton: Que le caigan los plafones sobre su mercedes, le sancionen por lo que habitualmente no lo hacen y las nuevas pirelli no resistan su lamentable forma de pilotar.
2- A Vettel: Que siga llorando, será un buen síntoma. Lo de las sanciones que no le ponen también le irá bien, así soltará más lagrimillas. Y que los tiffossi terminen abroncándolo de tal modo que en Ferrari no tengan otra opción que pasarlo a piloto oficial de coches de calle.
3- A Verstappen: Que lo sancionen por su falta de educación, rompa tantos motores y tenga tantas averías como el pasado año y no lo acepten en clinica de cirugía plástica alguna para arreglarle su cara fea.
4- A Kimi: Me han dicho que los Reyes le traen varias cajas de vodka de primera, así que el asunto está ya arreglado.
5- A Bottas: La verdad, no sé qué se merece Bottas. Pues eso, que no le ocurra nada.
6- A Ricciardo: Que le gane a Verstappen y después le enseñe el dedo corazón a toda la plana mayor de Red Bull.
7- A Sainz: Que su bólido le permita brillar como estrella rutilante que es, pero sin pasarse, porque ....
8- A Fernando: Todos sabemos lo que merece nuestro campeón, así que roguemos para que los astros se alineen, el motor Renault empuje un huevo y no se rompa, el chasis de McLaren sea la rehost... y a Charly Whiting se le aparezca el espíritu de Gilles Villeneuve y le diga que como le toque los huevos al Nano, él personalmente se encargará de acelerar su presencia junto al Altísimo.
Así sea.
Postaco para empezar el año.
Pero a mi lo que me gustaría de verdad es ver una competición con jueces justos e igualdad de coches y oportunidades. Se les verían a muchos las vergüenzas.
Mientras tanto, que Fernando pueda seguir disfrutando de su pasión y nos permita a nosotros seguir con la nuestra. Y por supuesto que tenga muchas suerte y que los accidentes le respeten, que ya hemos tenido unos cuantos sustos.
Siempre con Fernando, año tras año.
Un imbécil que lee mucho no reduce un ápice su imbecilidad. Si acaso, se convierte en un imbécil leído.