02-11-2011, 23:49
(Este mensaje fue modificado por última vez en: 02-11-2011, 23:55 por Melife1.)
TERAPIA
GrandPrix Actual - Jose Ramon Lorenzo
Dice el sabio probervio de unatribu india: "Dale un Ferrari a Felipe Massa y pilotará un día. Enséñale a pilotar un Ferrari a Felipe Massa ¡por favor!"
De acuerdo, me siento mal después de haber escrito eso. Al fin y al cabo Felipe es un buen chaval. Pero, compréndanme, muerto Steve Jobs alguien tenía que hacer pasar por "alta sabiduría que enseña lecciones de vida" lo que no deja de ser el refranero popular. O los titulares de la sección de psicología del Pronto.
El caso es que esta misma sensación de culpabilidad que acabo de tener al cachondearme de ese brasileño familiarmente más conocido como "Fernando Alonso is faster than you", está expandiéndose más rápido por el paddock de lo que las fotos del móvil de Scarlett Johansson lo han hecho por la web.
Y, aprovechando que resueltos los mundiales de pilotos y constructores, las carreras tienen menos interés que la simbología de la disposición del adoquinado en Copenhague, los equipos han decidido dedicar todos sus esfuerzos al noble arte de someter a sus pilotos a terapia. Vale, algún recurso de los equipos también ha ido al diseño de un coche, pero meo y escupo sobre todo aquél que prefiera ver a un ingeniero mordisqueando un lápiz en vez de las actuales terapias psicológicas a plena luz del día.
Recientemente, Ferrari decidió permitir a Massa tantio que defendiese su posición en pista frente a Alonso como que pudiese marcar la estrategia en boxes.
Desafortunadamente, el resultado fue uno de los peores para la Scudería este año, pero dudo que, aquél día, el podio fuese el objetivo de los chicos de Domenicalli. De lo que se trataba era de conseguir que, a golpe de autoconfianza, su segundo piloto fuese capaz de hacer algo mejor que quedar quinto.
Los de Maranello no son los únicos en usar este tipo de estrategias, por supuesto. Mientras escribo esto, antes del GP de India, en Red Bull ya han ido dando pistas sobre un posible regalo de Vettel a ese muchacho australiano al que parecía que el Dr. Marko nunca se cansaba de humillar. En McLaren, por su parte, parecen haber contratado los servivcios de un psiquiatra experimental. Ese médico ha decidido que lo mejor que puede hacer el inmnombrable (Hamilton) para superar la mala racha es lo mismo que hizo para ganar su primer título: copiar a Alonso.
En 2007 fue la telemetría, para el 2011 toca poner cara de culo. Y la verdad es que "ese" se está aplicando de verdad
Los equipos más pequeños, más cutres hasta en el departamento de psicología infantil, han decidido, de forma más modesta, el alargar su "silly season" todo lo humanamente posible. Tal vez con ello logren que algunos de sus pilotos se sientan "en la élite del automovilismo" algún mes más mientras no sepan si mantendrán o no su volante. Que ello suponga que ciertos corredores tengan que atiborrarse de 'Fortasec' para que sus intestinos aguanten el strés de tanta incertidumbre no parece suponer mayor problema para los jefes de Force India, HRT o, por supuesto, Toro Rosso. No me cuesta mucho esfuerzo el imaginarme a Franz Tost reuniendo a Buemi, Ricciardo y Alguersuari antes del GP de Australia 2012 y verlo pronunciar, solemnemente un "Pinto, pinto, gorgorito..."
Desde luego, estas terapias modernas están siendo más satisfactorias que nefastos experimentos pasados como el "Todavía puedo ganar" de un deprimido David Coulthard en el año 2001. Ron Dennis, en vez de intentar jugar su única baza para aspirar al título de pilotos decidió tirar el año de McLaren por la borda en un intento de recuperar para la F1 a su jeguetito roto finlandés. Por supuesto, fracasó. Hakkinen logró que , durante mucho tiempo, yo me decarase en contra de este tipo de terapias.
Ni que decir tiene, que pasé a militar en la escuela de Frank Williams y Patrick Head, consistente en tratar a los pilotos como ganado. Pensaba, viendo a Montoya gritar "You are all a bunch of shits!" mientras desde el box le respondían "No, Juan. You are the shit", que esa, y no otra, era la única forma lícita de conseguir un buen psicodrama. Sin embargo, todo lo que estoy contemplando hoy en día me demuestra que intentar tratar bien a la gente puede ser un espectáculo más cruel y divertido.
Salvo que haya por ahí algún fan de Hakkinen al que todo esto le escandalice. Ojo, que no me parece mal que la gente sea fan de Hakkinen. Aunque la mayoría estén en la cárcel. Pero esa ya es otra historia.
GrandPrix Actual - Jose Ramon Lorenzo
Dice el sabio probervio de unatribu india: "Dale un Ferrari a Felipe Massa y pilotará un día. Enséñale a pilotar un Ferrari a Felipe Massa ¡por favor!"
De acuerdo, me siento mal después de haber escrito eso. Al fin y al cabo Felipe es un buen chaval. Pero, compréndanme, muerto Steve Jobs alguien tenía que hacer pasar por "alta sabiduría que enseña lecciones de vida" lo que no deja de ser el refranero popular. O los titulares de la sección de psicología del Pronto.
El caso es que esta misma sensación de culpabilidad que acabo de tener al cachondearme de ese brasileño familiarmente más conocido como "Fernando Alonso is faster than you", está expandiéndose más rápido por el paddock de lo que las fotos del móvil de Scarlett Johansson lo han hecho por la web.
Y, aprovechando que resueltos los mundiales de pilotos y constructores, las carreras tienen menos interés que la simbología de la disposición del adoquinado en Copenhague, los equipos han decidido dedicar todos sus esfuerzos al noble arte de someter a sus pilotos a terapia. Vale, algún recurso de los equipos también ha ido al diseño de un coche, pero meo y escupo sobre todo aquél que prefiera ver a un ingeniero mordisqueando un lápiz en vez de las actuales terapias psicológicas a plena luz del día.
Recientemente, Ferrari decidió permitir a Massa tantio que defendiese su posición en pista frente a Alonso como que pudiese marcar la estrategia en boxes.
Desafortunadamente, el resultado fue uno de los peores para la Scudería este año, pero dudo que, aquél día, el podio fuese el objetivo de los chicos de Domenicalli. De lo que se trataba era de conseguir que, a golpe de autoconfianza, su segundo piloto fuese capaz de hacer algo mejor que quedar quinto.
Los de Maranello no son los únicos en usar este tipo de estrategias, por supuesto. Mientras escribo esto, antes del GP de India, en Red Bull ya han ido dando pistas sobre un posible regalo de Vettel a ese muchacho australiano al que parecía que el Dr. Marko nunca se cansaba de humillar. En McLaren, por su parte, parecen haber contratado los servivcios de un psiquiatra experimental. Ese médico ha decidido que lo mejor que puede hacer el inmnombrable (Hamilton) para superar la mala racha es lo mismo que hizo para ganar su primer título: copiar a Alonso.
En 2007 fue la telemetría, para el 2011 toca poner cara de culo. Y la verdad es que "ese" se está aplicando de verdad
Los equipos más pequeños, más cutres hasta en el departamento de psicología infantil, han decidido, de forma más modesta, el alargar su "silly season" todo lo humanamente posible. Tal vez con ello logren que algunos de sus pilotos se sientan "en la élite del automovilismo" algún mes más mientras no sepan si mantendrán o no su volante. Que ello suponga que ciertos corredores tengan que atiborrarse de 'Fortasec' para que sus intestinos aguanten el strés de tanta incertidumbre no parece suponer mayor problema para los jefes de Force India, HRT o, por supuesto, Toro Rosso. No me cuesta mucho esfuerzo el imaginarme a Franz Tost reuniendo a Buemi, Ricciardo y Alguersuari antes del GP de Australia 2012 y verlo pronunciar, solemnemente un "Pinto, pinto, gorgorito..."
Desde luego, estas terapias modernas están siendo más satisfactorias que nefastos experimentos pasados como el "Todavía puedo ganar" de un deprimido David Coulthard en el año 2001. Ron Dennis, en vez de intentar jugar su única baza para aspirar al título de pilotos decidió tirar el año de McLaren por la borda en un intento de recuperar para la F1 a su jeguetito roto finlandés. Por supuesto, fracasó. Hakkinen logró que , durante mucho tiempo, yo me decarase en contra de este tipo de terapias.
Ni que decir tiene, que pasé a militar en la escuela de Frank Williams y Patrick Head, consistente en tratar a los pilotos como ganado. Pensaba, viendo a Montoya gritar "You are all a bunch of shits!" mientras desde el box le respondían "No, Juan. You are the shit", que esa, y no otra, era la única forma lícita de conseguir un buen psicodrama. Sin embargo, todo lo que estoy contemplando hoy en día me demuestra que intentar tratar bien a la gente puede ser un espectáculo más cruel y divertido.
Salvo que haya por ahí algún fan de Hakkinen al que todo esto le escandalice. Ojo, que no me parece mal que la gente sea fan de Hakkinen. Aunque la mayoría estén en la cárcel. Pero esa ya es otra historia.
#LoMejorEstaPorLlegar