09-03-2012, 08:10
Alonso conduce su monoplaza en los entrenamientos libres de Montmeló (Efe).
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| Deja tu comentario | 0 Comentarios Javier Rubio - Sígueme en Twitter 09/03/2012 (06:00h)
¿Tiene Fernando Alonso con el F2012 el arma para ganar el próximo campeonato? “Espero que Fernando se equivoque y no sea verdad que nos tocará sufrir en los primeras carreras” declaraba en Ginebra Luca Montezemolo, presidente de Ferrari. “Alonso siempre dice cosas objetivas, pero me gustaría entender por qué y cómo vamos a hacer los cambios necesarios”. Cuando Niki Lauda calificaba tales palabras de “dramáticas”, hacia algo más que resaltar la presión que asfixia al equipo italiano.Delataban el desconcierto en Maranello.
“Cuando la evolución ya no funciona, se acude a la revolución, sobre todo con las urgencias históricas que acucian tradicionalmente a Ferrari” escribíamos en esta misma columna el pasado octubre en referencia a la revolución que anticipaba la escuadra italiana, “la mayor pesadilla de un equipo es errar con una arriesgada concepción técnica cuyo resultado deje toda una temporada en el aire”. Este y no otro es el temor latente para muchos con el radical F2012. Pero es demasiado pronto para pensar en semejante eventualidad.
El F2012 no es el “bisnieto” de nadie
Como reconocía recientemente Newey, en el caso de Red Bull, el RB8 "es la cuarta evolución, supongo que es el bisnieto del RB5". El F2012 es en cambio el primogénito de la estirpe. En Fórmula 1, acertar con la primera flecha en la diana es una rara excepción. En Ferrari, una obligación.
Quienes piensen que la Scuderia esconde sus bazas no deberían engañarse. Un presidente perplejo, unos pilotos que no pueden hablar a la prensa, comunicados oficiales que reconocen las dificultades... Algunas voces cualificadas del paddock sitúan al F2012 en la cuarta o quinta posición de una hipotética parrilla. ¿Qué ocurre con el nuevo y radical monoplaza italiano?
¿Un paso atrás, para dar dos adelante?
“El esquema que hemos elegido para los tubos de escape es, sobre el papel, el que nos da una ventaja mayor de prestaciones”, declaraba en Jerez el responsable de aerodinámica, Nikolas Tombazis, “pero respecto a los otros que he visto, más simples por decirlo así, el nuestro es más difícil de poner a punto”. Pero las dos primeras semanas, en Ferrari se vieron obligados a corregir el tiro con un sistema más convencional, que obligó en Montmelo a “reoptimizar” (Pat Fry dixit) toda el proceso de desarrollo previsto con los escapes originales. Por no hablar sobre el desconocido impacto de las nuevas suspensiones "pullrod", el único equipo en incorporarlas en ambos ejes en 2012
“No hay duda que la solución original es la mejor, la que nos permite recuperar, al menos, el 25% de la carga perdida el año pasado, aunque nos cueste en consumo y en estabilidad de entrada en curva”, explicaba Pat Fry. Cabe deducir que Ferrari seguirá desarrollando en Maranello esta baza para retomarla quizás a partir de los entrenamientos de Mugello en mayo. Mientras tanto, las cuatro primeras carreras se convertirán una suerte de primera etapa montañosa en el Tour, donde lo crucial no es tanto coronar primero como no quedarse descolgado.
El músculo técnico de 2010
Pero que Ferrari comience con el pie cambiado no significa que el campeonato esté ya perdido. En la Fórmula 1, la competitividad en pista refleja el músculo técnico que un equipo es capaz de desarrollar en el arco de toda una temporada. Este axioma incuestionable será la prueba de fuego para Ferrari. La experiencia de 2010 podría ser paradigmática al respecto. Pero si entonces la Scuderia fue a rebufo por su conservadurismo técnico, en 2012 se antoja otro tanto, pero por la razón opuesta.
En 2010 Ferrari llevó a cabo una verdadera proeza técnica. Sin blown diffuser y F-duct, “perdimos dos meses desarrollándolos e intentando que funcionaran.” recordaba Alonso al terminar aquella temporada. Pero “en Valencia, el coche era muy diferente al del inicio, estuvo a un gran nivel de competitividad”. En Silverstone llegó un alerón de tres piezas, en Spa, un difusor más eficaz, en Singapur el sistema de retardo de encendido para los escapes… El español llegó vivo a Abu Dabi porque su equipo fue implacable para transformar el F10 en carrera a carrera.
Repetir aquel retraso inicial se antoja posible en 2012. Sin embargo, en la actual incertidumbre solo queda agarrarse al clavo ardiendo -aunque la procesión vaya por dentro- que ofrecía el propio Alonso a Montezemolo, “me ha dicho que hay cosas muy positivas en el coche, pero llevará tiempo sacarlas a la luz. Es un coche que necesita ser descubierto y mejorado, solo en Melbourne sabremos dónde estamos”.
El “factor Alonso”
"Acabo de tener una charla con Fernando Alonso. Parece tranquilo, pragmático y optimista. No están claramente donde querían estar, pero ya lo sabíamos…", recordaba en un tuit Martin Brundle, ex piloto y comentarista de Sky. Porque, junto al músculo técnico de 2010, Ferrari necesitará de nuevo el “factor Alonso”, ese incuestionable liderazgo y su feroz determinación, tan crucial para la particular idiosincrasia de la Scuderia, y que esta semana también han recordado sus rivales.
"Puede que un coche difícil sea un coche rápido, así que sería absurdo descartar a Fernando en Melbourne ", declaraba ayer mismo Christian Horner. “Mientras Alonso tenga un volante en las manos, siempre está ahí, nunca puedes dejar de contar con él”, reconocía en la misma línea Mark Webber, la semana pasada. Al margen del valor de un equipo como Ferrari, los rivales no olvidan la especial aportación individual de Fernando Alonso como factor competitivo por su brutal motivación ganadora.
“Lo que cuenta no es ser primero en la primera carrera, sino en noviembre, al final del campeonato” volvía a recordar estos días el asturiano. No es un tópico. Que le pregunten a Raikkonen en 2007, Hamilton en 2008, y Vettel al año siguiente. Como en el Tour de Francia, cuenta hasta la última etapa. Porque además de gran piloto, Fernando Alonso también es un gran ciclista. Creánlo sin ceder ante derrotismos precipitados: esta será una temporada apasionante.
El Confidencial.