25-09-2012, 21:12
(Este mensaje fue modificado por última vez en: 26-09-2012, 11:50 por Alano_Spanol.)
EL GRAN CIRCO | MIGUEL SANZ | BLOGS MARCA
http://www.marca.com/blogs/elgrancirco/2...-duro.html
Vettel se pone duro
Decía el otro día Fernando Alonso en un acto en Madrid que, desde enero, al que más ha temido siempre es a Lewis Hamilton porque es el único capaz de ganar carreras sin tener un coche ganador, al igual que el propio Fernando, como ha quedado evidenciado esta temporada. "Los demás ganan cuando el coche es bueno y cuando no, pues no ganan", remató. Mensaje indirecto pero transparente hacia los Vettel, Räikkönen o Button.
Pese a que pasó más o menos desapercibido, no es la primera vez que coloca un escalón por debajo a al actual bicampeón (Vettel). En las pasadas temporadas lo ha hecho al menos un par de veces, y Lewis Hamilton otras tantas. Además sin cortarse un pelo. Al final a los campeones les gusta marcar diferencias entre ellos, porque campeones puede haber muchos, pero que se recuerden, es verdad, pocos.
Sin embargo, en Singapur el bicampeón del mundo de Alemania ganó una carrera que no debía con un monoplaza que no estaba para ganar en Singapur. Sí, en efecto, le vino de cara con el abandono de Hamilton, pero Vettel no estaba a verlas venir, ganó con una excepcional maniobra a Pastor Maldonado en la salida y achuchó a Lewis, que nunca se escapó más allá de 1.5 segundos. Hamilton decía que estaba controlando la ventaja, que no iba a tope, pero ahí tenía a Vettel. Heredó la victoria, sí, pero estaba ahí cerca para recogerla.
Vettel, a veces se nos olvida, ganó en Monza con un Toro Rosso. Sí, ya se todo de esa carrera, porque estaba allí. demás, Alguersuari me ha detallado al milímetro que ese monoplaza era mejor que el Red Bull, y todo eso. Pero hizo la pole y ganó en agua de principio a fin. Para mí es un auténtico peligro para Fernando, está de vuelta, defendiendo su doble corona, y con el K.O. de Hamilton tiene pinta de ser, ahora sí, el jefe de la oposición al español. Este año no tiene el histórico monoplaza de 2011, el de las 11 victorias en su zurrón, y quizás tampoco el excelente RB7 de 2010, que le sirvió también para ganar el título, in extremis, pero ganado.
Y sin embargo, sin los escapes sopladores, en una temporada en la que tenía que demostrar si sabe sufrir, pensar y sacar petróleo de donde no lo hay, con algún que otro fallo como la rabieta de Monza con Alonso, ahí está. Sin un coche dominante, pero con dos victorias. Y a tiro de un fallo de Fernando/Ferrari, que es difícil, pero no imposible.
Porque a 20 carreras importa a veces más la fiabilidad que la velocidad. En Marina Bay se vio con Hamilton, y en Valencia y Monza lo mismo con el alternador del Red Bull, y en Italia con Button. Ferrari no abandona por una avería desde hace 50 grandes premios y ese, junto con el estado de gracia de Fernando, es uno de sus poderes. Pero aquí cada uno gana carreras como puede y Vettel está improvisando las suyas. Ojo con él, porque lo mismo valen los goles del Madrid que del Barcelona, juegue quien juege mejor, valga el churrigueresco símil.
La victoria de Vettel estuvo pendiente de un hilo durante más de dos horas, pero finalmente, los comisarios de la FIA decidieron no sancionarle por el posible frenazo delante de Button para estorbarle cuando se marchaba el segundo 'safety car'. Es probable que fuera irregular y también que nunca respeta la distancia mínima de 2,5 coches con el coche de seguridad que marca el reglamento, pero otra sanción cerraba el Mundial para Alonso y el espectáculo debe continuar.
Vettel lo sabía perfectamente y en el podio saludó hasta el utillero de la FIA, al personal, la gente, Sid Watkins...
en fin, que Charlie Whiting no tenía, sentimentalmente, por donde meterle mano. Y así, poco a poco está a 29 puntos de Alonso. Curiosidades de las matemáticas y las carreras, en 2010 a falta también de seis carreras, Vettel estaba a 31 puntos del líder.
Contaba mi compañero Marco Canseco en su crónica de Singapur que el propio Vettel recordó aquellos días de remontadas inesperadas para hacer aparecer viejos fantasmas por la mente del español. "No creo que Fernando se sienta muy feliz si vuelve a caer en la última carrera, pero esta es una temporada increíble para todos nosotros, restan muchas carreras para el final y el coche parece competitivo. Debemos mantener el buen momento, seguir presionando y ver que sucede", soltó. Utilizar el factor psicológico no es desdeñable para nadie y más si se siente ninguneado como bicampeón del mundo.
Las diferencias son evidentes respecto a aquel año. Red Bull ya no es un segundo más rápido en cada trazado. Sufre en ciertas condiciones que le van al F2012 y tienen serios problemas de fiabilidad que no descartan un abandono en alguna de las citas que restan para el final. En todo caso, es un duelo con morbo, con historia y con alicientes para mantener la tensión un buen puñado de semanas.
¿Está Hamilton K.O.? Yo creo que todos pensamos lo mismo, que sí, honestamente sí.
Necesita dos ceros de Fernando... o ganar seis carreras y seis terceros puestos del español... todo esto sin meter a Vettel en la ecuación.
Ganar y ganar, pero lo mismo le pasa que en el caso de Red Bull, que ni es fiable, ni se le espera por ahí, siendo de largo, el coche más veloz en este tramo de campeonato.
¿Y como esta Ferrari? Como siempre, navegando entre dos aguas. Cuando el circuito se les da, tienen un coche magnífico.
Se vio en Monza y se verá en las rectas de Corea. Pero a veces arriesga con piezas y la mitad sigue sin valer. En Singapur pasó con el alerón, el suelo nuevo aún está esperando, y en Italia también. Así que en algunos momentos mejor no arriesgan, salen con lo que saben que llegan a meta, y confían en que Fernando les suba otros dos puestos obedientemente. "No vamos a hacer un orgásmico desarrollo a partir de ahora", dijo Domenicali en Singapur. "Pero necesitamos ganar un par de carreras, no nos vale con los podios".
Fernando aprovecha todo lo que queda en el plato, pero puede no bastar.
En Singapur las simulaciones de Ferrari para la Q3 daban un mejor tiempo posible para Alonso. Y Fernando lo bajó cuatro décimas. Debería haber salido octavo, pero salió quinto... y subió al podio. A veces me pongo en la piel de sus rivales y debe ser descorazonador ver a un tipo aguantar siete carreras seguidas, el liderato del Mundial con el mejor coche en alguna, el segundo en otra y el tercero en varias. Con el séptimo mejor coche al empezar el Mundial también.
Testarudo es Fernando, y testarudo, mucho, muy pesado, es también Vettel. Se vio en Monza. No le da la gana que le adelanten, que le quiten el título, aunque sea arrugando una página del reglamento. Un hueso duro para lo que resta, aunque no tenga un coche ganador.
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http://www.marca.com/blogs/elgrancirco/2...-duro.html
Vettel se pone duro
Decía el otro día Fernando Alonso en un acto en Madrid que, desde enero, al que más ha temido siempre es a Lewis Hamilton porque es el único capaz de ganar carreras sin tener un coche ganador, al igual que el propio Fernando, como ha quedado evidenciado esta temporada. "Los demás ganan cuando el coche es bueno y cuando no, pues no ganan", remató. Mensaje indirecto pero transparente hacia los Vettel, Räikkönen o Button.
Pese a que pasó más o menos desapercibido, no es la primera vez que coloca un escalón por debajo a al actual bicampeón (Vettel). En las pasadas temporadas lo ha hecho al menos un par de veces, y Lewis Hamilton otras tantas. Además sin cortarse un pelo. Al final a los campeones les gusta marcar diferencias entre ellos, porque campeones puede haber muchos, pero que se recuerden, es verdad, pocos.
Sin embargo, en Singapur el bicampeón del mundo de Alemania ganó una carrera que no debía con un monoplaza que no estaba para ganar en Singapur. Sí, en efecto, le vino de cara con el abandono de Hamilton, pero Vettel no estaba a verlas venir, ganó con una excepcional maniobra a Pastor Maldonado en la salida y achuchó a Lewis, que nunca se escapó más allá de 1.5 segundos. Hamilton decía que estaba controlando la ventaja, que no iba a tope, pero ahí tenía a Vettel. Heredó la victoria, sí, pero estaba ahí cerca para recogerla.
Vettel, a veces se nos olvida, ganó en Monza con un Toro Rosso. Sí, ya se todo de esa carrera, porque estaba allí. demás, Alguersuari me ha detallado al milímetro que ese monoplaza era mejor que el Red Bull, y todo eso. Pero hizo la pole y ganó en agua de principio a fin. Para mí es un auténtico peligro para Fernando, está de vuelta, defendiendo su doble corona, y con el K.O. de Hamilton tiene pinta de ser, ahora sí, el jefe de la oposición al español. Este año no tiene el histórico monoplaza de 2011, el de las 11 victorias en su zurrón, y quizás tampoco el excelente RB7 de 2010, que le sirvió también para ganar el título, in extremis, pero ganado.
Y sin embargo, sin los escapes sopladores, en una temporada en la que tenía que demostrar si sabe sufrir, pensar y sacar petróleo de donde no lo hay, con algún que otro fallo como la rabieta de Monza con Alonso, ahí está. Sin un coche dominante, pero con dos victorias. Y a tiro de un fallo de Fernando/Ferrari, que es difícil, pero no imposible.
Porque a 20 carreras importa a veces más la fiabilidad que la velocidad. En Marina Bay se vio con Hamilton, y en Valencia y Monza lo mismo con el alternador del Red Bull, y en Italia con Button. Ferrari no abandona por una avería desde hace 50 grandes premios y ese, junto con el estado de gracia de Fernando, es uno de sus poderes. Pero aquí cada uno gana carreras como puede y Vettel está improvisando las suyas. Ojo con él, porque lo mismo valen los goles del Madrid que del Barcelona, juegue quien juege mejor, valga el churrigueresco símil.
La victoria de Vettel estuvo pendiente de un hilo durante más de dos horas, pero finalmente, los comisarios de la FIA decidieron no sancionarle por el posible frenazo delante de Button para estorbarle cuando se marchaba el segundo 'safety car'. Es probable que fuera irregular y también que nunca respeta la distancia mínima de 2,5 coches con el coche de seguridad que marca el reglamento, pero otra sanción cerraba el Mundial para Alonso y el espectáculo debe continuar.
Vettel lo sabía perfectamente y en el podio saludó hasta el utillero de la FIA, al personal, la gente, Sid Watkins...
en fin, que Charlie Whiting no tenía, sentimentalmente, por donde meterle mano. Y así, poco a poco está a 29 puntos de Alonso. Curiosidades de las matemáticas y las carreras, en 2010 a falta también de seis carreras, Vettel estaba a 31 puntos del líder.
Contaba mi compañero Marco Canseco en su crónica de Singapur que el propio Vettel recordó aquellos días de remontadas inesperadas para hacer aparecer viejos fantasmas por la mente del español. "No creo que Fernando se sienta muy feliz si vuelve a caer en la última carrera, pero esta es una temporada increíble para todos nosotros, restan muchas carreras para el final y el coche parece competitivo. Debemos mantener el buen momento, seguir presionando y ver que sucede", soltó. Utilizar el factor psicológico no es desdeñable para nadie y más si se siente ninguneado como bicampeón del mundo.
Las diferencias son evidentes respecto a aquel año. Red Bull ya no es un segundo más rápido en cada trazado. Sufre en ciertas condiciones que le van al F2012 y tienen serios problemas de fiabilidad que no descartan un abandono en alguna de las citas que restan para el final. En todo caso, es un duelo con morbo, con historia y con alicientes para mantener la tensión un buen puñado de semanas.
¿Está Hamilton K.O.? Yo creo que todos pensamos lo mismo, que sí, honestamente sí.
Necesita dos ceros de Fernando... o ganar seis carreras y seis terceros puestos del español... todo esto sin meter a Vettel en la ecuación.
Ganar y ganar, pero lo mismo le pasa que en el caso de Red Bull, que ni es fiable, ni se le espera por ahí, siendo de largo, el coche más veloz en este tramo de campeonato.
¿Y como esta Ferrari? Como siempre, navegando entre dos aguas. Cuando el circuito se les da, tienen un coche magnífico.
Se vio en Monza y se verá en las rectas de Corea. Pero a veces arriesga con piezas y la mitad sigue sin valer. En Singapur pasó con el alerón, el suelo nuevo aún está esperando, y en Italia también. Así que en algunos momentos mejor no arriesgan, salen con lo que saben que llegan a meta, y confían en que Fernando les suba otros dos puestos obedientemente. "No vamos a hacer un orgásmico desarrollo a partir de ahora", dijo Domenicali en Singapur. "Pero necesitamos ganar un par de carreras, no nos vale con los podios".
Fernando aprovecha todo lo que queda en el plato, pero puede no bastar.
En Singapur las simulaciones de Ferrari para la Q3 daban un mejor tiempo posible para Alonso. Y Fernando lo bajó cuatro décimas. Debería haber salido octavo, pero salió quinto... y subió al podio. A veces me pongo en la piel de sus rivales y debe ser descorazonador ver a un tipo aguantar siete carreras seguidas, el liderato del Mundial con el mejor coche en alguna, el segundo en otra y el tercero en varias. Con el séptimo mejor coche al empezar el Mundial también.
Testarudo es Fernando, y testarudo, mucho, muy pesado, es también Vettel. Se vio en Monza. No le da la gana que le adelanten, que le quiten el título, aunque sea arrugando una página del reglamento. Un hueso duro para lo que resta, aunque no tenga un coche ganador.
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