03-08-2012, 23:03
EL GRAN CIRCO por Miguel Sanz
martes, 31 julio 2012, 12:56
Líder del Mundial mutante
El Mundial 2012 es una montaña rusa de explicación compleja y digestión pesada. Un día estás en lo más alto y al siguiente no. No apto para recién llegados. De una carrera para otra, "casi de un día para otro", decía Fernando en Hungría, cambia el enfoque del cuadro.
"Es imposible explicar porqué estas a nueve décimas en una carrera y en otra estás en buena posición, o porque Webber ganaba en Silverstone y quince días después está fuera de la Q3", reconocía Fernando tras la sesión de calificación en la que logró la sexta plaza después de las dos poles consecutivas de Inglaterra y Alemania. Fueron en agua, pero poles al fin y al cabo.
"No hay una situación real ni aquí ni en ninguna prueba del Mundial. Han sido todo carreras extrañas, porque ni en Barcelona estábamos para salir en primera línea -lo hizo segundo- ni aquí estamos a nueve décimas, ni en Alemania éramos más rápidos que otros coches, ni en Valencia saliendo 11º podíamos ganar. No hay análisis".
Con 12 ó 14 coches con posibilidad de ganar, según valora Pedro de la Rosa, el campeonato muta cada fin de semana. Sin clase media, los sorpresas se suceden cada gran premio, y cuando no es Force India o Sauber, el que regresa es Williams. "Y eso es lo que se puede comentar, lo que pasa cada fin de semana. No hay orden claro, ni pautas", insiste Fernando que por eso no se atrevía ni a descartar la victoria en Hungría ni en ningún sitio más, por difícil que parezca. "Después de ganar en Valencia saliendo undécimo, ya nunca podré volver a decirlo", señaló.
¿Alguien se atrevía a descartar la primera victoria de Lotus desde Ayrton Senna? Con el calor, Raikkonen y Grosjean reaparecen con la misma magia con la que desaparecen sin él. ¿O que Fernando hacía podio?, o más difícil aún ¿que terminaba peor que sexto? No lo hizo por un pelo, y ganó una plaza por otro pelo. En la calificación el coche fue más lento entre la Q2 y la Q3 con cinco grados menos. "Inexplicable", valoraba Felipe Massa.
Sebastian Vettel, campeón en título, da una interesante versión de este camaleónico panorama. "Parece que todos sufrimos más que otros años en el sentido de que las mejoras que traemos al coche logren funcionar. Esto le ha pasado a Lotus, en China tuvieron una mejora, pero volvieron atrás, o McLaren, que tuvo otras y también volvió. Y nosotros incluso". El caso de Ferrari es evidente, con una primera parte de campeonato en la que no casaban las mejoras con un rendimiento en pista. Hungría es otro caso donde se ha decidido volver a lo anterior, con el mismo coche de Alemania, o según Fernando, de las tres o cuatro últimas carreras.
"¿Por qué pasa esto?" corona Vettel, en plan didáctico. "Porque te das cuenta de que no eres más rápido con ellas. Es muy complejo entender los coches este año, tienen menos agarre, lo que antes solía ayudar a tener los neumáticos listos más tiempo. Ahora la ventana ideal es mucho más estrecha, más difícil tenerlos bien y por eso hay tanta inconsistencia". En una palabra, que quien mejor se adapte día a día al estado de la pista cada sesión, el gestor más experto, con sangre fría, se llevará el gato al agua.
Ferrari reconoce que las últimas piezas traídas a las carreras han funcionado, pero unas sí y otras no. Fernando afina el diagnóstico diciendo que, en concreto las gordas, no. "Después de Canadá creo que muchas de las piezas que probamos el viernes nos hacían volver el sábado a las anteriores. Llevamos unas cuantas carreras en las que no encontramos nada mejor de lo que teníamos y eso nos ha hecho quedaron un poco atrás". En Budapest, mecánicamente el Ferrari era antiguo, el mismo de semanas atrás, y eso es mucho terreno cedido a los rivales.
El caso es que pasan las carreras y en Ferrari, avancen o no, siguen con el 'tesoretto' en el bolsillo.
'Tesoretto' en Italia es ese dinero extra fuera de previsión, aunque también algo que se guarda para tiempos malos. Fernando utilizó esa denominación para definir esa cuarentena de puntos que tiene, por una parte inesperados, por otra valiosísimos. No se sabe hasta cuando pueden durar, pero llevan durando mucho tiempo.
"¿Quien sabe?", decía Fernando sonriendo por la cosecha de Hungría y por las casi tres semanas que afronta de vacaciones, sin destino conocido. "En Canadá o España pensaba que este 'tesoretto' iba a desaparecer, en Canadá parecía que sí, luego en Valencia también, cuando retomamos la cabeza del Mundial. Pensábamos que se iba a recortar allí, o en Inglaterra o Alemania, y la hemos incrementado, igual que en Hungría, así que mientras dure, somos felices".
No hay grandes cosas previstas para Spa, pero no es un circuito malo para Ferrari, y en Monza siempre dan el do de pecho. Salvo cero inportuno, saldrá líder al decisivo periplo asiático donde empezamos en Singapur, territorio Alonso, Suzuka y Yeongam. Allí será otro cantar en el que unas las corra al ataque y otro en defensa, que para eso es de los mejores de la parrilla.
Como hizo en Hungaroring. Le costó al líder sacar petróleo de esta carrera. Ferrari no rinde en Hungría desde hace más de un lustro y Fernando sudó cada posición como un combate de boxeo a los puntos, por que se la tuvo que rebañar a quien no debía y con quien no podía. El quinto le supo de maravilla. Mark Webber a 40 puntos, Sebastian Vettel a 42, Lewis Hamilton a 47 y Kimi Räikkönen a 48. Una auténtica jauría detrás para las últimas nueve carreras del campeonato. Un sólo fallo de 'Mr. Regularidad' como es Fernando, y tendrá a los cuatro mordiéndole los talones.
Pero ¿quién es más peligroso? Fernando ya reconoce abiertamente que son Vettel y Hamilton, entre otras cosas al tener consideración de número uno en sus equipos. Son los que más le preocupan, pero, es comprensible, él no puede con todos. "No puedo marcar a todos ellos, me tengo que centrar en el que va segundo en cada momento", admitió.
Fernando tiene a su favor que la pelea entre ellos le puede favorecer. Mientras uno gane una prueba, el otro la siguiente y Lotus se anime también, miel sobre hojuelas para la Scuderia, que sólo cuenta con un aliado, Felipe Massa. "Contamos con él", señaló Domenicali. "Es muy importante, para restar puntos a los rivales y para el campeonato de constructores", dijo antes de recordarle que "no hay prisa para anunciar su futuro". Felipe ya sabe por donde pasa su oportunidad para renovar.
Mientras, el otro nombre propio del fin de semana, además de que McLaren haya podido demostrar al fin el pepino que tiene, ha sido Red Bull, que ha subido el nivel de su desafío permamente al reglamento. El asunto de poder retocar la suspensión delantera manualmente, reconocido por el propio Christian Horner, ha dejado a los rivales pasmados, según palpé en primera persona y siempre de puertas para adentro. Más que nada por que es palmariamente ilegal.
El asunto no es ya si lo hacen en el parque cerrado, donde no se puede tocar ni eso, ni nada, o si lo hacen entre la Q2 y la Q3. La cuestión es que el reglamento deportivo, ni siquiera el técnico, sino el deportivo, que está enfocado más a la limpieza del deporte, exige que se usen herramientas y no la mano, precisamente para que los comisarios tengan la certeza de que hay limpieza en cada maniobra.
Horner afirma que la FIA "aconseja su uso, pero lo puedes hacer de las dos formas", cuando no es así, y lo sabe. El artículo 34.5 insisite en que "debe ser claro en una inspección física, el uso de herramientas para ese fin y que los comisarisos queden completamente satisfechos". La ilegalidad es flagrante, y a partir de ahí, la tinta echa a correr, porque si llevan tiempo pudiendo alterar con la mano la suspensión delantera, la consecuencia es que la altura del coche se puede corrergir en segundos, sin usar herramientas.
Y todos recuerdan las mil teorías que circularon sobre cómo podía ese coche circular con el alerón delantero pegado al suelo en carrera, y no tanto en calificación. Se escribieron enciclopedias sobre ello en 2010. "Nunca hemos tocado la suspensión en el parque cerrado, es un sinsentido", se defiende Horner. Pero la cuestión ya es no tanto el dónde, sino el hecho de que lo hayan podido hacer -tocar suspensiones y variar la altura del coche- contraviniendo el reglamento.
"Nunca hablo de los rivales", decía Stefano Domenicali. "Todos confiamos en la FIA porque así debe ser y son ellos los que tienen el poder de decisión". Hablar de conspiración, como ha deslizado el equipo austríaco, produce sorpresa a sus rivales más directos, cuando, mirado con detenimiento, gracias a la FIA, al menos a la FIA de hoy en día, posiblemente siguen saliendo a correr tras el suelo agujereado en Monaco, los frenos de Canadá o los mapas motor en Alemania. Todos tumbados. Sin embargo ahí siguen, mermados, pero segundos y terceros con opciones intactas. Para que luego se quejen.
http://www.marca.com/blogs/elgrancirco/2...tante.html
martes, 31 julio 2012, 12:56
Líder del Mundial mutante
El Mundial 2012 es una montaña rusa de explicación compleja y digestión pesada. Un día estás en lo más alto y al siguiente no. No apto para recién llegados. De una carrera para otra, "casi de un día para otro", decía Fernando en Hungría, cambia el enfoque del cuadro.
"Es imposible explicar porqué estas a nueve décimas en una carrera y en otra estás en buena posición, o porque Webber ganaba en Silverstone y quince días después está fuera de la Q3", reconocía Fernando tras la sesión de calificación en la que logró la sexta plaza después de las dos poles consecutivas de Inglaterra y Alemania. Fueron en agua, pero poles al fin y al cabo.
"No hay una situación real ni aquí ni en ninguna prueba del Mundial. Han sido todo carreras extrañas, porque ni en Barcelona estábamos para salir en primera línea -lo hizo segundo- ni aquí estamos a nueve décimas, ni en Alemania éramos más rápidos que otros coches, ni en Valencia saliendo 11º podíamos ganar. No hay análisis".
Con 12 ó 14 coches con posibilidad de ganar, según valora Pedro de la Rosa, el campeonato muta cada fin de semana. Sin clase media, los sorpresas se suceden cada gran premio, y cuando no es Force India o Sauber, el que regresa es Williams. "Y eso es lo que se puede comentar, lo que pasa cada fin de semana. No hay orden claro, ni pautas", insiste Fernando que por eso no se atrevía ni a descartar la victoria en Hungría ni en ningún sitio más, por difícil que parezca. "Después de ganar en Valencia saliendo undécimo, ya nunca podré volver a decirlo", señaló.
¿Alguien se atrevía a descartar la primera victoria de Lotus desde Ayrton Senna? Con el calor, Raikkonen y Grosjean reaparecen con la misma magia con la que desaparecen sin él. ¿O que Fernando hacía podio?, o más difícil aún ¿que terminaba peor que sexto? No lo hizo por un pelo, y ganó una plaza por otro pelo. En la calificación el coche fue más lento entre la Q2 y la Q3 con cinco grados menos. "Inexplicable", valoraba Felipe Massa.
Sebastian Vettel, campeón en título, da una interesante versión de este camaleónico panorama. "Parece que todos sufrimos más que otros años en el sentido de que las mejoras que traemos al coche logren funcionar. Esto le ha pasado a Lotus, en China tuvieron una mejora, pero volvieron atrás, o McLaren, que tuvo otras y también volvió. Y nosotros incluso". El caso de Ferrari es evidente, con una primera parte de campeonato en la que no casaban las mejoras con un rendimiento en pista. Hungría es otro caso donde se ha decidido volver a lo anterior, con el mismo coche de Alemania, o según Fernando, de las tres o cuatro últimas carreras.
"¿Por qué pasa esto?" corona Vettel, en plan didáctico. "Porque te das cuenta de que no eres más rápido con ellas. Es muy complejo entender los coches este año, tienen menos agarre, lo que antes solía ayudar a tener los neumáticos listos más tiempo. Ahora la ventana ideal es mucho más estrecha, más difícil tenerlos bien y por eso hay tanta inconsistencia". En una palabra, que quien mejor se adapte día a día al estado de la pista cada sesión, el gestor más experto, con sangre fría, se llevará el gato al agua.
Ferrari reconoce que las últimas piezas traídas a las carreras han funcionado, pero unas sí y otras no. Fernando afina el diagnóstico diciendo que, en concreto las gordas, no. "Después de Canadá creo que muchas de las piezas que probamos el viernes nos hacían volver el sábado a las anteriores. Llevamos unas cuantas carreras en las que no encontramos nada mejor de lo que teníamos y eso nos ha hecho quedaron un poco atrás". En Budapest, mecánicamente el Ferrari era antiguo, el mismo de semanas atrás, y eso es mucho terreno cedido a los rivales.
El caso es que pasan las carreras y en Ferrari, avancen o no, siguen con el 'tesoretto' en el bolsillo.
'Tesoretto' en Italia es ese dinero extra fuera de previsión, aunque también algo que se guarda para tiempos malos. Fernando utilizó esa denominación para definir esa cuarentena de puntos que tiene, por una parte inesperados, por otra valiosísimos. No se sabe hasta cuando pueden durar, pero llevan durando mucho tiempo.
"¿Quien sabe?", decía Fernando sonriendo por la cosecha de Hungría y por las casi tres semanas que afronta de vacaciones, sin destino conocido. "En Canadá o España pensaba que este 'tesoretto' iba a desaparecer, en Canadá parecía que sí, luego en Valencia también, cuando retomamos la cabeza del Mundial. Pensábamos que se iba a recortar allí, o en Inglaterra o Alemania, y la hemos incrementado, igual que en Hungría, así que mientras dure, somos felices".
No hay grandes cosas previstas para Spa, pero no es un circuito malo para Ferrari, y en Monza siempre dan el do de pecho. Salvo cero inportuno, saldrá líder al decisivo periplo asiático donde empezamos en Singapur, territorio Alonso, Suzuka y Yeongam. Allí será otro cantar en el que unas las corra al ataque y otro en defensa, que para eso es de los mejores de la parrilla.
Como hizo en Hungaroring. Le costó al líder sacar petróleo de esta carrera. Ferrari no rinde en Hungría desde hace más de un lustro y Fernando sudó cada posición como un combate de boxeo a los puntos, por que se la tuvo que rebañar a quien no debía y con quien no podía. El quinto le supo de maravilla. Mark Webber a 40 puntos, Sebastian Vettel a 42, Lewis Hamilton a 47 y Kimi Räikkönen a 48. Una auténtica jauría detrás para las últimas nueve carreras del campeonato. Un sólo fallo de 'Mr. Regularidad' como es Fernando, y tendrá a los cuatro mordiéndole los talones.
Pero ¿quién es más peligroso? Fernando ya reconoce abiertamente que son Vettel y Hamilton, entre otras cosas al tener consideración de número uno en sus equipos. Son los que más le preocupan, pero, es comprensible, él no puede con todos. "No puedo marcar a todos ellos, me tengo que centrar en el que va segundo en cada momento", admitió.
Fernando tiene a su favor que la pelea entre ellos le puede favorecer. Mientras uno gane una prueba, el otro la siguiente y Lotus se anime también, miel sobre hojuelas para la Scuderia, que sólo cuenta con un aliado, Felipe Massa. "Contamos con él", señaló Domenicali. "Es muy importante, para restar puntos a los rivales y para el campeonato de constructores", dijo antes de recordarle que "no hay prisa para anunciar su futuro". Felipe ya sabe por donde pasa su oportunidad para renovar.
Mientras, el otro nombre propio del fin de semana, además de que McLaren haya podido demostrar al fin el pepino que tiene, ha sido Red Bull, que ha subido el nivel de su desafío permamente al reglamento. El asunto de poder retocar la suspensión delantera manualmente, reconocido por el propio Christian Horner, ha dejado a los rivales pasmados, según palpé en primera persona y siempre de puertas para adentro. Más que nada por que es palmariamente ilegal.
El asunto no es ya si lo hacen en el parque cerrado, donde no se puede tocar ni eso, ni nada, o si lo hacen entre la Q2 y la Q3. La cuestión es que el reglamento deportivo, ni siquiera el técnico, sino el deportivo, que está enfocado más a la limpieza del deporte, exige que se usen herramientas y no la mano, precisamente para que los comisarios tengan la certeza de que hay limpieza en cada maniobra.
Horner afirma que la FIA "aconseja su uso, pero lo puedes hacer de las dos formas", cuando no es así, y lo sabe. El artículo 34.5 insisite en que "debe ser claro en una inspección física, el uso de herramientas para ese fin y que los comisarisos queden completamente satisfechos". La ilegalidad es flagrante, y a partir de ahí, la tinta echa a correr, porque si llevan tiempo pudiendo alterar con la mano la suspensión delantera, la consecuencia es que la altura del coche se puede corrergir en segundos, sin usar herramientas.
Y todos recuerdan las mil teorías que circularon sobre cómo podía ese coche circular con el alerón delantero pegado al suelo en carrera, y no tanto en calificación. Se escribieron enciclopedias sobre ello en 2010. "Nunca hemos tocado la suspensión en el parque cerrado, es un sinsentido", se defiende Horner. Pero la cuestión ya es no tanto el dónde, sino el hecho de que lo hayan podido hacer -tocar suspensiones y variar la altura del coche- contraviniendo el reglamento.
"Nunca hablo de los rivales", decía Stefano Domenicali. "Todos confiamos en la FIA porque así debe ser y son ellos los que tienen el poder de decisión". Hablar de conspiración, como ha deslizado el equipo austríaco, produce sorpresa a sus rivales más directos, cuando, mirado con detenimiento, gracias a la FIA, al menos a la FIA de hoy en día, posiblemente siguen saliendo a correr tras el suelo agujereado en Monaco, los frenos de Canadá o los mapas motor en Alemania. Todos tumbados. Sin embargo ahí siguen, mermados, pero segundos y terceros con opciones intactas. Para que luego se quejen.
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