27-09-2012, 19:50
Igor Rossello, el cirujano que supervisa la recuperación de Robert Kubica, ha desvelado lo que casi todo el mundo pensaba y nadie se atrevía a decir: "Desafortunadamente, ni incluso una buena y larga rehabilitación le llevará a recuperar la total movilidad de la mano". El polaco no volverá a la F1.
Como buen médico, Igor Rossello no es categórico en el diagnóstico, pero las declaraciones que publica el diario polaco Super Express dejan poco margen a la ilusión. Robert Kubica (27 años), uno de los contados pilotos que aspiraban a discutirle el cetro de la Fórmula 1 a los Alonso, Vettel y Hamilton, no será campeón del mundo. Lo más seguro es que ni siquiera vuelva a participar en un GP de la categoría reina del automovilismo.
Hace año y medio, el 6 de febrero de 2011, el polaco sufrió un grave accidente durante la disputa del un rally en Italia. Su coche, un Skoda Fabia S2000, fue literalmente abierto en canal por el guardarraíl, cuya afilada hoja estuvo a punto de seccionarle la mano derecha a Kubica. Gravemente herido, Robert fue trasladado al hospital donde, tras varias y complicadas operaciones, los cirujanos consiguieron evitar la amputación. Pero músculos, tejidos y demás órganos del brazo y antebrazo habían sido seriamente dañados y se antojaba muy complicada la recuperación.
Empeñado en regresar a los circuitos, sabedor de que antes del accidente Ferrari le tenía en la agenda para emparejarlo con su buen amigo Fernando Alonso, Kubica trabajó duro y, cada vez que pudo, emitió mensajes de optimismo. Primero insinuó su regreso para este mismo 2012, pero a finales del año pasado desistió al reconocer que su recuperación iba más lenta de lo esperado.
Poco después, en enero de 2012, el polaco sufrió un accidente doméstico que le provocó heridas en la misma pierna que se había lesionado en el accidente. Fue otro mazazo que le llevó a retrasar su presunta vuelta a la F1 hasta 2014. De hecho, hace unas semanas participó en dos rallies: el Ronde Gomitolo di Lana y el San Martino di Castrozza. En el primero sorprendió con una fácil y arrolladora victoria, pero en el segundo sufrió una aparatoso accidente sin consecuencias. Concluidas ambas pruebas, Kubica confesó que sus limitaciones en el brazo derecho hacía imposible el pilotaje a bordo de un monoplaza.
Ahora, el doctor Rossello ha confirmado esa sensación del piloto. El médico ha procurado dulcificar en lo posible el análisis -"de momento es difícil predecir si Robert será capaz de participar en carreras de F1"- pero no ha querido mentir. "Desafortunadamente, ni incluso una buena y larga rehabilitación le llevará a recuperar la total movilidad de la mano". Y ha dejado claro que el estado del brazo y la mano del polaco necesitan espacio para moverse con soltura. Es decir, puede manejar su talento con solvencia en el amplio interior de un coche de rally, pero es prácticamente imposible rendir en esas condiciones cuando tienes que manejar el volante de un F1 dentro del claustrofóbico y reducido habitáculo de esos bólidos.
En el mejor de los casos podrá pilotar un monoplaza sin ir al límite ni en pugna con otros pilotos. Por eso las especulaciones apuntan a su posible fichaje como piloto de pruebas de Pirelli, actual suministrador de neumáticos de la F1.
vozpopuli.com
Como buen médico, Igor Rossello no es categórico en el diagnóstico, pero las declaraciones que publica el diario polaco Super Express dejan poco margen a la ilusión. Robert Kubica (27 años), uno de los contados pilotos que aspiraban a discutirle el cetro de la Fórmula 1 a los Alonso, Vettel y Hamilton, no será campeón del mundo. Lo más seguro es que ni siquiera vuelva a participar en un GP de la categoría reina del automovilismo.
Hace año y medio, el 6 de febrero de 2011, el polaco sufrió un grave accidente durante la disputa del un rally en Italia. Su coche, un Skoda Fabia S2000, fue literalmente abierto en canal por el guardarraíl, cuya afilada hoja estuvo a punto de seccionarle la mano derecha a Kubica. Gravemente herido, Robert fue trasladado al hospital donde, tras varias y complicadas operaciones, los cirujanos consiguieron evitar la amputación. Pero músculos, tejidos y demás órganos del brazo y antebrazo habían sido seriamente dañados y se antojaba muy complicada la recuperación.
Empeñado en regresar a los circuitos, sabedor de que antes del accidente Ferrari le tenía en la agenda para emparejarlo con su buen amigo Fernando Alonso, Kubica trabajó duro y, cada vez que pudo, emitió mensajes de optimismo. Primero insinuó su regreso para este mismo 2012, pero a finales del año pasado desistió al reconocer que su recuperación iba más lenta de lo esperado.
Poco después, en enero de 2012, el polaco sufrió un accidente doméstico que le provocó heridas en la misma pierna que se había lesionado en el accidente. Fue otro mazazo que le llevó a retrasar su presunta vuelta a la F1 hasta 2014. De hecho, hace unas semanas participó en dos rallies: el Ronde Gomitolo di Lana y el San Martino di Castrozza. En el primero sorprendió con una fácil y arrolladora victoria, pero en el segundo sufrió una aparatoso accidente sin consecuencias. Concluidas ambas pruebas, Kubica confesó que sus limitaciones en el brazo derecho hacía imposible el pilotaje a bordo de un monoplaza.
Ahora, el doctor Rossello ha confirmado esa sensación del piloto. El médico ha procurado dulcificar en lo posible el análisis -"de momento es difícil predecir si Robert será capaz de participar en carreras de F1"- pero no ha querido mentir. "Desafortunadamente, ni incluso una buena y larga rehabilitación le llevará a recuperar la total movilidad de la mano". Y ha dejado claro que el estado del brazo y la mano del polaco necesitan espacio para moverse con soltura. Es decir, puede manejar su talento con solvencia en el amplio interior de un coche de rally, pero es prácticamente imposible rendir en esas condiciones cuando tienes que manejar el volante de un F1 dentro del claustrofóbico y reducido habitáculo de esos bólidos.
En el mejor de los casos podrá pilotar un monoplaza sin ir al límite ni en pugna con otros pilotos. Por eso las especulaciones apuntan a su posible fichaje como piloto de pruebas de Pirelli, actual suministrador de neumáticos de la F1.
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No se construirá una nueva era con las armas,sino con las manos que las llevan