21-11-2014, 19:02
Red Bull, Mercedes y otras escuderías han sacado a la luz las carencias técnicas y de diseño del gigante rojo
Kimi Raikkonen navega en tierra de nadie esta temporada en la Fórmula 1. Ha arañado 53 puntos, no ha conseguido ningún podio y pelea con Sergio Pérez, el mexicano de Force India, por no acabar duodécimo en la clasificación general de 2014. Conduce el mismo Ferrari que Fernando Alonso, cuya cosecha es sensiblemente más fructífera. Tiene 104 puntos más que el finlandés (157) y ha escalado dos veces al podio este año (tercero en China, segundo en Hungría), además de numerosas colocaciones entre los cinco primeros. Es el quinto piloto con mejores guarismos del curso por detrás de los dos Mercedes y los dos Red Bull. A Raikkonen lo contrató Ferrari el año pasado en espera de aliviar sus numerosas goteras y de apretar al español para que no se durmiera. La realidad de los números decreta otra evidencia: la decadencia de la escudería legendaria en la Fórmula 1.
Ferrari no logra una victoria en la F1 desde mayo de 2013. Lo hizo Alonso en Barcelona, como antes había levantado los anteriores diez triunfos de la escudería italiana. Desde 2010 a 2014 solo el español incrementó el palmarés de Ferrari. Massa no obtuvo ningún éxito, como tampoco Raikkonen este año. En ese mismo tramo de competición (2010-2014), Red Bull ha cosechado 44 victorias, en su mayor parte de la mano de Vettel, aunque también con Webber y Ricciardo. Los números de Mercedes en 2014 resultan abrumadores (15 triunfos). Algo que ya se venía anunciando tiempo atrás (tres en 2013 y una en 2012).
Ferrari lleva en secano desde que se marchó Michael Schumacher y el grupo que trabajaba a su lado, Jean Todt, el actual presidente de la FIA, y Ross Brawn, el ingeniero que luego refundó Mercedes. Ese trío conquistó cinco títulos consecutivos entre 2000 y 2004. Hasta que llegó Fernando Alonso con el Renault azul y los neumáticos Michelín.
Desde entonces, y va para una década, la capacidad para innovar y aportar soluciones imaginativas desde Ferrari en el apartado técnico y de diseño ha brillado por su ausencia. Durante la dirección de Stefano Domenicali y ahora con Marco Mattiacci al frente, Ferrari se ha caracterizado por copiar a los demás con rapidez, pero nunca por mostrar ingenio en la creación de monoplazas. Adrian Newey marcó la pauta cuando en la normativa de la FIA primaba la aerodinámica. Red Bull logró cuatro títulos con Vettel. Y cuando la reglamentación giró hacia los motores, se ha impuesto la velocidad de Mercedes. Nunca desde 2005 ha gobernado Ferrari. Ni siquiera cuando Raikkonen ganó el título en 2007. Entonces el coche más rápido era el McLaren de Hamilton y Alonso.
abc.es
Kimi Raikkonen navega en tierra de nadie esta temporada en la Fórmula 1. Ha arañado 53 puntos, no ha conseguido ningún podio y pelea con Sergio Pérez, el mexicano de Force India, por no acabar duodécimo en la clasificación general de 2014. Conduce el mismo Ferrari que Fernando Alonso, cuya cosecha es sensiblemente más fructífera. Tiene 104 puntos más que el finlandés (157) y ha escalado dos veces al podio este año (tercero en China, segundo en Hungría), además de numerosas colocaciones entre los cinco primeros. Es el quinto piloto con mejores guarismos del curso por detrás de los dos Mercedes y los dos Red Bull. A Raikkonen lo contrató Ferrari el año pasado en espera de aliviar sus numerosas goteras y de apretar al español para que no se durmiera. La realidad de los números decreta otra evidencia: la decadencia de la escudería legendaria en la Fórmula 1.
Ferrari no logra una victoria en la F1 desde mayo de 2013. Lo hizo Alonso en Barcelona, como antes había levantado los anteriores diez triunfos de la escudería italiana. Desde 2010 a 2014 solo el español incrementó el palmarés de Ferrari. Massa no obtuvo ningún éxito, como tampoco Raikkonen este año. En ese mismo tramo de competición (2010-2014), Red Bull ha cosechado 44 victorias, en su mayor parte de la mano de Vettel, aunque también con Webber y Ricciardo. Los números de Mercedes en 2014 resultan abrumadores (15 triunfos). Algo que ya se venía anunciando tiempo atrás (tres en 2013 y una en 2012).
Ferrari lleva en secano desde que se marchó Michael Schumacher y el grupo que trabajaba a su lado, Jean Todt, el actual presidente de la FIA, y Ross Brawn, el ingeniero que luego refundó Mercedes. Ese trío conquistó cinco títulos consecutivos entre 2000 y 2004. Hasta que llegó Fernando Alonso con el Renault azul y los neumáticos Michelín.
Desde entonces, y va para una década, la capacidad para innovar y aportar soluciones imaginativas desde Ferrari en el apartado técnico y de diseño ha brillado por su ausencia. Durante la dirección de Stefano Domenicali y ahora con Marco Mattiacci al frente, Ferrari se ha caracterizado por copiar a los demás con rapidez, pero nunca por mostrar ingenio en la creación de monoplazas. Adrian Newey marcó la pauta cuando en la normativa de la FIA primaba la aerodinámica. Red Bull logró cuatro títulos con Vettel. Y cuando la reglamentación giró hacia los motores, se ha impuesto la velocidad de Mercedes. Nunca desde 2005 ha gobernado Ferrari. Ni siquiera cuando Raikkonen ganó el título en 2007. Entonces el coche más rápido era el McLaren de Hamilton y Alonso.
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No se construirá una nueva era con las armas,sino con las manos que las llevan