(14-10-2013, 19:28)grutxenka escribió: ¿DZT entonces solo nos queda el harakiri?
Lo digo porque a las safetys no nos dejan ni eso...
jajajaja ...
grutxi...
Seppuku... el suicidio ritual del
Samurai. Aquellos que anteponían a su propia vida, a cualquier apego terrenal y a su propio y natural instinto de supervivencia, el Honor, la Gloria, la Decencia y la Honestidad. Capaces de matarse sin pestañear antes de caer en la deshonra o el descrédito...
No sabía que sólo era privilegio de hombres, y no sé quien sería el último en hacerlo, pero debió ser un valiente.
Pero antes de matarnos podemos ser
Ronin,
Samurais aparentemente deshonrados tras ser obligado al suicidio su Señor, por una cuestión injusta pero de Honor. Y realmente agazapados, observando al enemigo, esperando el momento de vengar la memoria de su
Daimyo, aunque eso les cueste la vida....
No se diferencian mucho los
Tercios Viejos Españoles, a pesar de la mala fama de las unidades imperiales españolas, frente a la proverbial y nunca igualada disciplina y veneración por el orden de los japoneses.
Los
Tercios. Hombres valientes, orgullosos, celosos hasta el extremo con su Honra y su Reputación, daban la vida por ellas sin siquiera dudarlo. Extremadamente eficientes, letales en combate, agresivos en extremo, enormemente disciplinados y con una autoconfianza rayana en lo suicida, eran por otro lado muy complicados de dirigir si no se tenía un mínimo tacto con ellos.
Su orgullo y su sentido del deber era tal qué, cuando luchaban junto a unidades aliadas, exigían siempre las misiones más arriesgadas y difíciles, las de mayor peligro. Cosa que por otra parte siempre les fué encomendada. Resistían años sin paga, viviendo miserablemente, antes de amotinarse. Y sólo lo hacían después del combate, tras demostrar que ellos cumplían, y no la Corona o el mando. Justo al contrario que el resto de ejércitos de la época...
Me pregunto si la demostrada simpatía del pueblo japonés por el español no viene de aquella época, cuando en tiempos del Imperio los jesuitas primero, y los soldados y comerciantes después, fueron embajadores de España en el Japón de la época...
Podemos pelear. Podemos denunciar. Debemos hacerlo, por respeto a Fernando, pero sobre todo a nosotr@s mismos.
Y luego ya tendremos tiempo de abrirnos las tripas, o poner los pechos frente a los arcabuces y picas francesas en Rocroi...
Grande compañera...