Porque ha llegado la hora
Miércoles, 22 de Junio de 2011 08:10 ÁLVARO FAES
Nuestra firma invitada de esta semana, Álvaro Faes, es periodista del diario asturiano La Nueva España. Cumple su quinta temporada viajando al Mundial de Fórmula 1, que cubre para su periódico y para el resto de medios de Editorial Prensa Ibérica.
La lista de motivos es larga: porque el Mundial se escapa; porque 92 puntos son muchos; porque Valencia se parece tanto a Canadá que la esperanza se dispara, incluso un poco más con la certeza de que esta vez no habrá tempestad; porque la FIA ha decidido que, a partir de Silverstone, se abra la puerta a otro Mundial, muy distinto en el apartado técnico; porque en la pista urbana del puerto se acabarán los mapas de motor agresivos el sábado y conservadores el domingo; porque Alonso le debe una a la ciudad que le bautizó como piloto de Ferrari; porque la organización se deja la piel para que las tribunas se acerquen al lleno; porque miles de seguidores han puesto su dinero (mucho) en una entrada y sobre una montaña de ilusión por el triunfo del coche rosso y, sobre todo, por él, porque lo necesita, porque no sabe vivir sin victorias. Y siete carreras (más las dos últimas del año pasado) sin catarlas son demasiadas.
El reloj del campeonato da la hora de Fernando Alonso y señala directamente al cuartel general de Ferrari. Trabajan sin descanso en los hornos altos de Maranello para corregir los puntos negros del F150 Italia, esos que lo convierten en un coche terrenal cuando el asfalto se llena de curvas rápidas, o cuando toca calzarse los Pirelli duros.
Por suerte, pintan blandos y medios este fin de semana, además de una pista presuntamente favorable. Más margen para un grupo técnico que vive bajo la mirada ya inquisidora del presidente Montezemolo y con los rumores disparados sobre revoluciones en el organigrama de trabajo, con nombres de ingenieros a los que la Scuderia pagaría a precio de piloto con tal de que aporten las tijeras que corten las alas a Red Bull.
Se indignan en Ferrari por el mercadillo veraniego que les están montando y sacan a pasear a su caballo susurrante, que es esa peculiar máquina de desmentidos que tan pronto accionan para negar que Massa tenga los días contados en la casa o la supuesta bronca de Botín a Domenicali en demanda de un coche competitivo.
En su mano está el camino más corto para frenar las especulaciones. Se empieza por ganar una carrera como la de este fin de semana, llena de motivos para el optimismo -como lo bien que estaba Alonso el año pasado hasta que apareció el coche de seguridad y el adelantamiento fantasma de Hamilton a Maylander- y se sigue por ponerle picante al campeonato.
Tiene Ferrari (y McLaren) a su favor que pocos están por la labor de que Vettel deje el año resuelto en septiembre. Así que mientras la FIA le va metiendo mano a las normas (un clásico esto de cambiarlas sobre la marcha), la Scuderia debería aplicarse lecciones de la Liga. Todos sabían que la ganaría el Barça, pero allí estuvo el Madrid casi hasta el final dando sensación, que no certeza, de peligro y haciendo suyo un titular recurrente: hay Liga. De los pasos que dé Ferrari al frente y de que la mala suerte y el desacierto abandonen a los italianos dependerá convertir este otro en realidad: hay Mundial.
Mientras tanto, Fernando, en Valencia te toca a ti. Porque ha llegado la hora.
Álvaro Faes
Fuente:
Grand Prix Actual