10-09-2012, 22:50
Y aunque a estas horas desconozco si alguien, ayer, cenó perdiz, como en todo cuento que se precie, en éste también hay moraleja, pues está visto que quien lucha, pierde, y quien transita los procelosos mares de la competición y el espectáculo mimando los zapatitos de cristal quebradizo que propone Pirelli, es capaz de salir decimotercero y llegar segundo sin despeinarse, como ya ocurriera, o casi, en Montreal, como quien dice a la vuelta de la esquina.
Os leo.
Os leo.