16-09-2012, 18:02
(Este mensaje fue modificado por última vez en: 16-09-2012, 20:51 por DE-ZETA-TE.)
...por partes, Don Alano, por partes. Que mucha tarea me dá Vuesa Merced a estas horas de la buena tarde, con la pitanza dando vueltas más abajo del buche y los ojos arrebolados por la falta de reparadora siesta...
La admiración Maese Alano es mutua y sincera, y muy agradecida e inmerecida la que Vuesa Merced otorga a este pobre y loco Viejo Tercio. Lo que no es óbice, ni freno ni impedimenta a más matices, pulimentos, precisiones y otrosíes, que solo pueden ir en beneficio de tan altas y profundas disquisiciones y debates. Cuestión esta en la que este humilde servidor de Vd. siempre estará de buen grado de su lado, bien dispuesto al debate y el coloquio franco y de respeto, del que opino anda huérfano y falto este nuestro Reino de las Españas.
Con todo el respeto debido a Vuesa Merced espero comprenda, disculpe y sepa perdonárseme mi vesanía, imprudencia y maltrato, si le advierto a Vd. qué, de oir a cualquier fulano hijo de mengana usar semejante palabrejo de ogriles reminiscencias en referírse a su persona, habíale de hacer probar el frío acero de mi Tizona, y sacále yo semejantes improperios y ofensas por debajo del gaznate, antes de ser si quiera pronunciados por su viperina lengua. Me pone Vuesa Merced en un aprieto, si es Su Señoría el que a su propia persona califica de algo tan injusto e incierto, como parecieramé es compararse Vd. con semejantes hideputas malnacidos. Sepa Vd. perdonar mis cortas entendederas, que no alcanzan para razonar que no es más que muestra de su humildad; en buena hora utilizada para mejor expresar qué, nuestra justa ira y natural enfado, no debe ofuscar nuestra razón en para darnos cuenta qué, ni ellos son tan rufianes, ni nosotros tan castos.
Hecha salvedad a esta la única querella que en este tema tenemos, le expreso a Vuesa Merced la mucha razón y buen juicio que sus palabras tienen, cuando afirma Su Señoría que ni es patrimonio exclusivo de la Hispana Raza la envidia, síntoma de mediocres e insatisfechos, ni la sufrimos solo los hijos de esta sacrosanta tierra.
Y que ha de importarnos poco o nada estas cuestiones; a más que estamos a las puertas de otra Gran Batalla, a la que debemos dedicar todos nuestros esfuerzos y energías, todas nuestras virtudes y medios. Y no perdernos en cuitas y discusiones, que sólo pueden desviar nuestro seso y entendimiento de lo que ha de ser nuestro anhelo y misión; esto es, mantener firmes las líneas, clavar las picas y alabardas cual mortal erizo frente a nuestros muchos enemigos. Atenta la mirada y firme el puño sobre el pomo de nuestra espada, y la yesca presta y preparada, sobre la mecha del arcabuz y el pistolón.
Dice bien Vuesa Merced cuando constata qué, sin atender al tamaño de la ofensa, ni al justo anhelo de reparación del daño, de compensación del mismo y, por que no, proporcionada venganza, la Humana Justicia ni es justa ni humana. La más de las veces no es Justicia: es Ley y es interesada. Mal repartida y peor aplicada, que si no es nobleza el afligido y vulgo el infractor (y aún siendo el crimen el mismo) al pobrecito lo ajusticia, y al noble lo indulta. Hipocresía, injusticia, doble rasero e interés. Los maravedíes brillan y los ojos detrás se van, arrastrando a la moral y la decencia de los hombres.
Los muertos debieran ser iguales...pero no lo son, Su Señoria, como no lo es la Justicia de los Hombres. Muy cierta esta dura verdad que nos ilustra; pues muertos eran los 4.000 franceses que a cuchillo pasamos en las trincheras de Honnecourt, y en las riberas del Escalda, en Abril del Año de Nuestro Señor de 1.642. Y parecieronmé menos muertos que los nuestros, un año después, cuando en Mayo del 43 nos aniquilaron a nosotros en Rocroi. Y sin embargo los del Duque de Enghien con clemencia nos trataron; la que no tuvieramos nosotros con los suyos un año antes...qué veleidad del Destino.
Como la Guerra, Su Señoría. Nunca hubo una guerra justa ni honrosa; todas míseras e hipócritas. Pero muchas de ellas épicas, algunas inevitables y destinadas a evitar males mayores.
No es la guerra en sí, siempre reprobable, si no la manera de hacerla y vencerla, perderla o saber pararla. Eso es lo que nos ha de distinguir, a los unos y a los otros...Pero sí; siempre será la Guerra: sangre, fuego, violencia, sufrimiento, gritos, dolor, rabia, miedo, valor, cobardía, honor y grandeza, también vileza y crueldad, heroicidades y mezquindades. Es la Guerra, y esa es, como bien expresa Vuesa Merced, su esencia..
A sus pies, su siempre seguro y rendido servidor y admirador. Sepa Vd. perdonar el atrevimiento de este Tercio al contestarle, al que demasiadas algaradas, batallas y refriegas han nublado las entendederas. De la misma forma que los cañonazos han provocado la sordera y los humos de la pólvora atrofiaron años ha su olfato. Y el cuerpo cubierto de cicatrices, de cortes, de metrallas, balazos y espadazos...no lo hacen atractivo ya ni a los ojos de su Santa Madre.
Muy de acuerdo estamos en muy gran cantidad de cosas, Don Alano.
(16-09-2012, 16:17)Alano_Spanol escribió: Por adelantado y habiendo mostrado ya mi admiración al contenido del Post y a como lo ha redactado, -impecable- el Autor D-Z-T.
La admiración Maese Alano es mutua y sincera, y muy agradecida e inmerecida la que Vuesa Merced otorga a este pobre y loco Viejo Tercio. Lo que no es óbice, ni freno ni impedimenta a más matices, pulimentos, precisiones y otrosíes, que solo pueden ir en beneficio de tan altas y profundas disquisiciones y debates. Cuestión esta en la que este humilde servidor de Vd. siempre estará de buen grado de su lado, bien dispuesto al debate y el coloquio franco y de respeto, del que opino anda huérfano y falto este nuestro Reino de las Españas.
(16-09-2012, 16:17)Alano_Spanol escribió: ------------------
Peroooo!! como es domingo, sin GP, voy a hacer un poco el Troll y trolearrrr 2 cositas..
1. La Envidia. No es algo exclusivo y deporte nacional de España.
Es algo consustancial a la naturaleza humana. Refugio de los mediocres -muy bien señalado-.
Como le pasa ahora mismo a Lewis Hamilton, que está llevando la del pulpo, frente a Button en la prensa UK.
Pero -como diría [ethernet]-,
NO me importa Hamilton (Que le den)!
Sólo me importa que funcione la evolución para Singapure
Con todo el respeto debido a Vuesa Merced espero comprenda, disculpe y sepa perdonárseme mi vesanía, imprudencia y maltrato, si le advierto a Vd. qué, de oir a cualquier fulano hijo de mengana usar semejante palabrejo de ogriles reminiscencias en referírse a su persona, habíale de hacer probar el frío acero de mi Tizona, y sacále yo semejantes improperios y ofensas por debajo del gaznate, antes de ser si quiera pronunciados por su viperina lengua. Me pone Vuesa Merced en un aprieto, si es Su Señoría el que a su propia persona califica de algo tan injusto e incierto, como parecieramé es compararse Vd. con semejantes hideputas malnacidos. Sepa Vd. perdonar mis cortas entendederas, que no alcanzan para razonar que no es más que muestra de su humildad; en buena hora utilizada para mejor expresar qué, nuestra justa ira y natural enfado, no debe ofuscar nuestra razón en para darnos cuenta qué, ni ellos son tan rufianes, ni nosotros tan castos.
Hecha salvedad a esta la única querella que en este tema tenemos, le expreso a Vuesa Merced la mucha razón y buen juicio que sus palabras tienen, cuando afirma Su Señoría que ni es patrimonio exclusivo de la Hispana Raza la envidia, síntoma de mediocres e insatisfechos, ni la sufrimos solo los hijos de esta sacrosanta tierra.
Y que ha de importarnos poco o nada estas cuestiones; a más que estamos a las puertas de otra Gran Batalla, a la que debemos dedicar todos nuestros esfuerzos y energías, todas nuestras virtudes y medios. Y no perdernos en cuitas y discusiones, que sólo pueden desviar nuestro seso y entendimiento de lo que ha de ser nuestro anhelo y misión; esto es, mantener firmes las líneas, clavar las picas y alabardas cual mortal erizo frente a nuestros muchos enemigos. Atenta la mirada y firme el puño sobre el pomo de nuestra espada, y la yesca presta y preparada, sobre la mecha del arcabuz y el pistolón.
(16-09-2012, 16:17)Alano_Spanol escribió: 2. El articulista, Daniel Gavin, y muchos otro Antis, (Ramón Biosca, etc,).. llevan algo de razón...No nos engañemos.
Si el accidente de Spa NO hubiera afectado a dos estrellas (Alonso y Hamilton) no se hubiera armado tanto revuelo, con el tema de la seguridad y la indignación, hacia Grosjean.
P.ej. Si hubiera sido provocado con Petrov, Kartikeyan, Vergne, Glock, etc... entre ellos, SIN haber implicado a uno de los grandes.. sería considerado un incidente. Un "lance de carrera".
Cualquiera de ellos, no sería tratado de la misma manera. Con la misma severidad que a Grosjean.
Con Grosjean han aplicado un "aviso a navegantes", para que no fastidien el espectáculo por salir como locos
y dejar a dos primeros espadas fuera de la lucha (y el Share).
Que la acción fuera peligrosa es secundario. Y esto es lo que me parece realmente grave.
Esto es así de Hipócrita en el Business de la F1.
Tan sólo por recordar a jamaos similares,... Ralph Schumacher (que era similar haciendo el ganso)
Ralph Schumacher's massive F1 crash @ Melbourne 2002
http://www.youtube.com/watch?v=evwB22JqRsU
Massive start crash @ F1 Monza 2000
http://www.youtube.com/watch?v=d1vZYMbZgtA
Donde NO hubo sanciones, ni repercusiones graves para los implicados...
Dice bien Vuesa Merced cuando constata qué, sin atender al tamaño de la ofensa, ni al justo anhelo de reparación del daño, de compensación del mismo y, por que no, proporcionada venganza, la Humana Justicia ni es justa ni humana. La más de las veces no es Justicia: es Ley y es interesada. Mal repartida y peor aplicada, que si no es nobleza el afligido y vulgo el infractor (y aún siendo el crimen el mismo) al pobrecito lo ajusticia, y al noble lo indulta. Hipocresía, injusticia, doble rasero e interés. Los maravedíes brillan y los ojos detrás se van, arrastrando a la moral y la decencia de los hombres.
(16-09-2012, 16:17)Alano_Spanol escribió: ¿Los muertos?. Todos son igual de muertos. Pero no valen lo mismo.
(Como en muchas circunstancias del Mundo. No hay que ir muy lejos)
¿Y en la F1?. Igual.
No valía lo mismo, no valía igual Roland Ratzemberger, debutante en un equipo de 2ª, que Senna, la gran estrella. El ídolo.
Aquel infausto fin de semana de Mayo de 1994, ya tenían una muerte sobre la mesa. Y tuvo que producirse la del Héroe, para que todos entraran en estado de schock y catarsis colectiva.
Los muertos debieran ser iguales...pero no lo son, Su Señoria, como no lo es la Justicia de los Hombres. Muy cierta esta dura verdad que nos ilustra; pues muertos eran los 4.000 franceses que a cuchillo pasamos en las trincheras de Honnecourt, y en las riberas del Escalda, en Abril del Año de Nuestro Señor de 1.642. Y parecieronmé menos muertos que los nuestros, un año después, cuando en Mayo del 43 nos aniquilaron a nosotros en Rocroi. Y sin embargo los del Duque de Enghien con clemencia nos trataron; la que no tuvieramos nosotros con los suyos un año antes...qué veleidad del Destino.
(16-09-2012, 16:17)Alano_Spanol escribió: Y todo el tema de seguridad posterior tal vez hubiera evolucionado, a una velocidad diferente, tal vez "más ralentizada"...
No hay que olvidar que muchos aficionados, -en su derecho- consideran que se está desvirtuando el deporte-espectáculo de la F1, con tanta insistencia sobre la seguridad y sanciones.. si la F1 pierde el riesgo, pierde su esencia y emoción.
Al fin y al cabo, estamos hablando de la F1, con su grandeza, su épica, y leyenda, junto con su miseria e hipocresía..
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Como la Guerra, Su Señoría. Nunca hubo una guerra justa ni honrosa; todas míseras e hipócritas. Pero muchas de ellas épicas, algunas inevitables y destinadas a evitar males mayores.
No es la guerra en sí, siempre reprobable, si no la manera de hacerla y vencerla, perderla o saber pararla. Eso es lo que nos ha de distinguir, a los unos y a los otros...Pero sí; siempre será la Guerra: sangre, fuego, violencia, sufrimiento, gritos, dolor, rabia, miedo, valor, cobardía, honor y grandeza, también vileza y crueldad, heroicidades y mezquindades. Es la Guerra, y esa es, como bien expresa Vuesa Merced, su esencia..
A sus pies, su siempre seguro y rendido servidor y admirador. Sepa Vd. perdonar el atrevimiento de este Tercio al contestarle, al que demasiadas algaradas, batallas y refriegas han nublado las entendederas. De la misma forma que los cañonazos han provocado la sordera y los humos de la pólvora atrofiaron años ha su olfato. Y el cuerpo cubierto de cicatrices, de cortes, de metrallas, balazos y espadazos...no lo hacen atractivo ya ni a los ojos de su Santa Madre.
Muy de acuerdo estamos en muy gran cantidad de cosas, Don Alano.