31-01-2013, 22:45
Mr. Proper
Jose Tellaetxe el 30 de enero de 2013
El aviso a navegantes que nos ha supuesto a todos comprobar que Lotus ha optado por no enmascarar aerodinámicamente el feo escalón en el morro de su E21, pone de relieve que la eficiencia sigue mandando en la F1, incluso por encima de esa belleza inaccesible a la que aspiran algunos.
Nuestro deporte es así: si algo funciona ahí se queda por muy feo que sea, y en este sentido me apetecía matar la tarde recordando los ríos de tinta que se originaron el año pasado por estas fechas, a cuenta del bendito y antiestético cambio de altura que sufrían las noses de los vehículos, y que salvo en el McLaren MP4/27, afectó por igual a todos los vehículos de la parrilla.
Conviene recordar que a la hora de implementarlo, la FIA tiró del consabido criterio de seguridad, argumentando que ante un choque lateral, suponía un grave riesgo que la punta de la nariz del monoplaza pudiera estar a la misma altura que la zona de protección del habitáculo, y que por ello, se organizaba el morro a partir de 2012 en base a mantener la misma altura de la parte delantera de la célula de seguridad del cockpit, reduciendo a renglón seguido y considerablemente, la de la naricilla en relación al asfalto, provocando, lógicamente, un escalón…
Sin embargo, si la seguridad fuese un argumento válido y la razón de todo el cambio normativo, habría bastado con obligar a los equipos a situar más baja la parte delantera de sus monoplazas en todo su conjunto, evitando de paso el escalón de los demonios… Pero era demasiado sencillo.
Como desde mi humilde perspectiva sobre todo este asunto siempre ha sobrevolado el tema de la flexibilidad de los alerones delanteros desde que en Silverstone 2010 el RB6 demostrara que era capaz superar las pruebas del máximo organismo y aún así seguir flexando, escribí hace doce meses la entrada ¡Inútiles!, en la que como todavía puede leerse, acusaba a la FIA de no tener agallas para implicarse en la erradicación de los fenómenos de flexibilidad improbable (ilegal a mi modo de ver) que seguían mostrándose en los vehículos, y que alcanzaba su evidencia más palpable y notoria cuando podíamos ver con nuestro propios ojos que la nose del RB8 de Vettel en Abu Dhabi, parecía literalmente de chicle.
Sea como fuere, el E21 de Lotus, presentado este lunes pasado, pone de relieve que las narices en espátula o en morro de pato, suponen una ventaja aerodinámica a la que al menos la de Enstone no quiere renunciar porque sus coches parezcan más guapos.
Obviamente todavía nos quedan por ver por qué camino tiran los otros diez equipos que aún no han saltado a la arena, y en cierto modo, lo admito, puede resultar precipitado que clame al cielo en ocasión tan temprana. En todo caso, mañana veremos de qué pie cojea el MP4/28 y para la semana que viene sabremos cuál es la tendencia que marcará la temporada 2013. Y aunque aventuro que seguiremos disfrutando de morros escalonados, lo importante al menos para mí, no reside en que sean una ventaja escalonada, como parece ser, sino que han sido una ventaja durante 2012. Una, concretamente, que trazaba un atajo oficial sobre un terreno en el que la FIA ya estaba avisada, y que porque ésta no ha sabido o no ha querido resolverlo en tiempo y en forma, se nos ha vendido como un matiz antiestético originado por motivos de seguridad, que necesitaba acaso algún tipo de maquillaje para no resultar tan feo, pero que en su sustancia resultaba un barra libre para todos que evitaba que mirásemos de reojo a ese RB7 de 2011 que barrió del mapa a todos sus rivales, sencillamente porque era ilegal a tenor del reglamento vigente.
Mr. Proper no engaña. Os leo.
http://diariomotor.com/blogs/f1/2013/01/30/mr-proper/
Jose Tellaetxe el 30 de enero de 2013
El aviso a navegantes que nos ha supuesto a todos comprobar que Lotus ha optado por no enmascarar aerodinámicamente el feo escalón en el morro de su E21, pone de relieve que la eficiencia sigue mandando en la F1, incluso por encima de esa belleza inaccesible a la que aspiran algunos.
Nuestro deporte es así: si algo funciona ahí se queda por muy feo que sea, y en este sentido me apetecía matar la tarde recordando los ríos de tinta que se originaron el año pasado por estas fechas, a cuenta del bendito y antiestético cambio de altura que sufrían las noses de los vehículos, y que salvo en el McLaren MP4/27, afectó por igual a todos los vehículos de la parrilla.
Conviene recordar que a la hora de implementarlo, la FIA tiró del consabido criterio de seguridad, argumentando que ante un choque lateral, suponía un grave riesgo que la punta de la nariz del monoplaza pudiera estar a la misma altura que la zona de protección del habitáculo, y que por ello, se organizaba el morro a partir de 2012 en base a mantener la misma altura de la parte delantera de la célula de seguridad del cockpit, reduciendo a renglón seguido y considerablemente, la de la naricilla en relación al asfalto, provocando, lógicamente, un escalón…
Sin embargo, si la seguridad fuese un argumento válido y la razón de todo el cambio normativo, habría bastado con obligar a los equipos a situar más baja la parte delantera de sus monoplazas en todo su conjunto, evitando de paso el escalón de los demonios… Pero era demasiado sencillo.
Como desde mi humilde perspectiva sobre todo este asunto siempre ha sobrevolado el tema de la flexibilidad de los alerones delanteros desde que en Silverstone 2010 el RB6 demostrara que era capaz superar las pruebas del máximo organismo y aún así seguir flexando, escribí hace doce meses la entrada ¡Inútiles!, en la que como todavía puede leerse, acusaba a la FIA de no tener agallas para implicarse en la erradicación de los fenómenos de flexibilidad improbable (ilegal a mi modo de ver) que seguían mostrándose en los vehículos, y que alcanzaba su evidencia más palpable y notoria cuando podíamos ver con nuestro propios ojos que la nose del RB8 de Vettel en Abu Dhabi, parecía literalmente de chicle.
Sea como fuere, el E21 de Lotus, presentado este lunes pasado, pone de relieve que las narices en espátula o en morro de pato, suponen una ventaja aerodinámica a la que al menos la de Enstone no quiere renunciar porque sus coches parezcan más guapos.
Obviamente todavía nos quedan por ver por qué camino tiran los otros diez equipos que aún no han saltado a la arena, y en cierto modo, lo admito, puede resultar precipitado que clame al cielo en ocasión tan temprana. En todo caso, mañana veremos de qué pie cojea el MP4/28 y para la semana que viene sabremos cuál es la tendencia que marcará la temporada 2013. Y aunque aventuro que seguiremos disfrutando de morros escalonados, lo importante al menos para mí, no reside en que sean una ventaja escalonada, como parece ser, sino que han sido una ventaja durante 2012. Una, concretamente, que trazaba un atajo oficial sobre un terreno en el que la FIA ya estaba avisada, y que porque ésta no ha sabido o no ha querido resolverlo en tiempo y en forma, se nos ha vendido como un matiz antiestético originado por motivos de seguridad, que necesitaba acaso algún tipo de maquillaje para no resultar tan feo, pero que en su sustancia resultaba un barra libre para todos que evitaba que mirásemos de reojo a ese RB7 de 2011 que barrió del mapa a todos sus rivales, sencillamente porque era ilegal a tenor del reglamento vigente.
Mr. Proper no engaña. Os leo.
http://diariomotor.com/blogs/f1/2013/01/30/mr-proper/
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