11-02-2013, 23:33
Piedra pómez con precisión suiza
Jose Tellaetxe el 11 de febrero de 2013
El noble oficio de piloto se está poniendo muy cuesta arriba, ya que no sólo hay que saber conducir un coche de carreras, sino que hay que caber dentro de él.
La cosa tiene su aquél y viene de lejos. En 2009, recordemos, con la incorporación del KERS los conductores de F1 tuvieron que ponerse a dieta para que los monoplazas no se pasaran de peso, o en su caso, para que el correspondiente que se habían dejado en los gimnasios o frente a tristones platos de verduras, pasara a ser incorporado como lastre en sus vehículos.
Sin ir más lejos, es sabido que Mark Webber conduce peor que Sebastian Vettel porque pesa 14 kilos más y es más corpulento que el alemán.
14.000 gramos y unos centímetros extra, es un decir, que ocupan su espacio y tienen su correspondiente incidencia sobre el reparto de pesos aquél al que aludía Flavio Briatore, cuando se quejaba de que los Renault de su escudería no iban tan finos como los McLaren y los Ferrari, en todo caso, matices con los que hay que contar en un universo, el de nuestro deporte, que quitando gramo aquí y milímetro allá, consigue limar décimas sobre el asfalto.
En fin, no me distraigo porque hoy hemos sabido que Nico Hulkenberg no cabe en su coche suizo, ese Sauber que lleva bandera de un país centralizo que ha comenzado a mirar de reojo y con ceño fruncido a la buena parte de nuestros compatriotas que buscando encontrar un trabajo honesto, se han dejado el pasaporte rebosante de Euros en casa. Suiza, sí, esa nación que vive al amparo de una bien ganada fama de pulcra y escrupulosa con los relojes, la basura en las calles y el dinero. Suiza, hombre, la patria de Peter. Sí mujer, sí, la Suiza de toda la vida.
El caso es que debieron tomarle las medidas a Esteban Gutiérrez —mucho más pequeño que su compañero alemán, que mide 1,85 de estatura—, y al estilo más castizo, le sumaron un palmo más o menos, algo en todo caso calculado a ojo de buen cubero, aunque para colmo, con pupilas del sur de Europa, sea dicho de paso. Y como ya se sabe lo que ocurre con la falta de seriedad mediterránea, a los de Hinwill les ha salido un C32 en el que apenas entra Nico.
Se cuenta en los mentideros que con mucha precaución han procedido a recortar las gomas de los talones de las zapatillas del piloto de Emmerich am Rhein, en plan todo blanco en zona exenta de polvo, con gafas y mascarillas, y guantes, y gorros sobre la cabeza para que no estropee el asunto ni un miserable pelo, bajo potentes apiradores y eso, y por supuesto, utilizando la más avanzada tecnología...
Lo que no se cuenta, es que al descubrir la metedura de pata, alguien de Sauber, quién sabe si el propio Peter, toda vez que HRT se ha evaporado del mapa, insinuó la posibilidad de preguntar qué hacer a Ferrari en base a ese lugar común y extendido que afirma desde hace siglos que de chapuzas los meridionales saben mucho más que los centroeuropeos, los británicos y los alemanes, entre otras cosas porque no hace relojes ni cifran abultadas cuentas corrientes.
A lo que iba, que no termino. A ese alguien, al amigo de mi amigo que diría César Vidal, debieron enseñarle el dedo corazón con los otros cerrados en el box de la de Maranello en Jerez, brazo en alto, en actitud Pérez Reverte, para que nos entendamos, mientras le recomendaban voz en grito, que le dijeran a Nico que se pasara tres veces al día una buena piedra pómez por la planta de los pinreles, eso sí, con precisión suiza.
Os leo.
http://elinfiernoverde.blogspot.com.es/2...suiza.html
Jose Tellaetxe el 11 de febrero de 2013
El noble oficio de piloto se está poniendo muy cuesta arriba, ya que no sólo hay que saber conducir un coche de carreras, sino que hay que caber dentro de él.
La cosa tiene su aquél y viene de lejos. En 2009, recordemos, con la incorporación del KERS los conductores de F1 tuvieron que ponerse a dieta para que los monoplazas no se pasaran de peso, o en su caso, para que el correspondiente que se habían dejado en los gimnasios o frente a tristones platos de verduras, pasara a ser incorporado como lastre en sus vehículos.
Sin ir más lejos, es sabido que Mark Webber conduce peor que Sebastian Vettel porque pesa 14 kilos más y es más corpulento que el alemán.
14.000 gramos y unos centímetros extra, es un decir, que ocupan su espacio y tienen su correspondiente incidencia sobre el reparto de pesos aquél al que aludía Flavio Briatore, cuando se quejaba de que los Renault de su escudería no iban tan finos como los McLaren y los Ferrari, en todo caso, matices con los que hay que contar en un universo, el de nuestro deporte, que quitando gramo aquí y milímetro allá, consigue limar décimas sobre el asfalto.
En fin, no me distraigo porque hoy hemos sabido que Nico Hulkenberg no cabe en su coche suizo, ese Sauber que lleva bandera de un país centralizo que ha comenzado a mirar de reojo y con ceño fruncido a la buena parte de nuestros compatriotas que buscando encontrar un trabajo honesto, se han dejado el pasaporte rebosante de Euros en casa. Suiza, sí, esa nación que vive al amparo de una bien ganada fama de pulcra y escrupulosa con los relojes, la basura en las calles y el dinero. Suiza, hombre, la patria de Peter. Sí mujer, sí, la Suiza de toda la vida.
El caso es que debieron tomarle las medidas a Esteban Gutiérrez —mucho más pequeño que su compañero alemán, que mide 1,85 de estatura—, y al estilo más castizo, le sumaron un palmo más o menos, algo en todo caso calculado a ojo de buen cubero, aunque para colmo, con pupilas del sur de Europa, sea dicho de paso. Y como ya se sabe lo que ocurre con la falta de seriedad mediterránea, a los de Hinwill les ha salido un C32 en el que apenas entra Nico.
Se cuenta en los mentideros que con mucha precaución han procedido a recortar las gomas de los talones de las zapatillas del piloto de Emmerich am Rhein, en plan todo blanco en zona exenta de polvo, con gafas y mascarillas, y guantes, y gorros sobre la cabeza para que no estropee el asunto ni un miserable pelo, bajo potentes apiradores y eso, y por supuesto, utilizando la más avanzada tecnología...
Lo que no se cuenta, es que al descubrir la metedura de pata, alguien de Sauber, quién sabe si el propio Peter, toda vez que HRT se ha evaporado del mapa, insinuó la posibilidad de preguntar qué hacer a Ferrari en base a ese lugar común y extendido que afirma desde hace siglos que de chapuzas los meridionales saben mucho más que los centroeuropeos, los británicos y los alemanes, entre otras cosas porque no hace relojes ni cifran abultadas cuentas corrientes.
A lo que iba, que no termino. A ese alguien, al amigo de mi amigo que diría César Vidal, debieron enseñarle el dedo corazón con los otros cerrados en el box de la de Maranello en Jerez, brazo en alto, en actitud Pérez Reverte, para que nos entendamos, mientras le recomendaban voz en grito, que le dijeran a Nico que se pasara tres veces al día una buena piedra pómez por la planta de los pinreles, eso sí, con precisión suiza.
Os leo.
http://elinfiernoverde.blogspot.com.es/2...suiza.html
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