28-11-2011, 19:39
(Este mensaje fue modificado por última vez en: 28-11-2011, 19:41 por Topdriver.)
Artículo de hoy en La Vanguardia, de Emilio Pérez de Rozas.
Las prodigiosas manos de Vettel, Button y Alonso
La máquina es vital, pero un piloto con talento puede ayudar a disimular defectos del monoplaza
Lunes, 28 de noviembre del 2011 - 15:16h.
Cuando alguien que ha ganado dos títulos mundiales de F-1 asegura, tras concluir en cuarta posición el campeonato de pilotos 2012 por detrás de Sebastián Vettel (Red Bull), Jenson Button (McLaren) y Mark Webber (Red Bull), que ha sido su mejor temporada en la F-1, es evidente que la reflexión significa algo tan sencillo como: ganar los títulos del 2005 y 2006 con aquel Renault fue demasiado fácil pese a que los rivales eran Kimi Raikkonen y Michael Schumacher, pues mi monoplaza era fantástico.
Cuando alguien como Fernando Alonso, ya con 30 años y 10 años en la F-1, asegura, al concluir la presente temporada, que se siente orgulloso, más orgulloso que nunca, de lo que ha hecho, quiere decir que con el material que tenía, los resultados han sido fabulosos. Eso, no solo lo piensa el bicampeón asturiano, sino que lo comparten los dueños de Ferrari y los dirigentes de la escudería más prestigiosa, laureada y rica de la F-1, perfectamente conscientes de que el F150 no era un coche ganador, ni siquiera inquilino del podio y que, en manos de Magic, ha presentado una digna batalla a las dos formaciones dominadoras del campeonato, Red Bull (12 victorias en 19 grandes premios) y McLaren (6 triunfos).
Manos y mente
Es indudable, y más en la F-1, que en los deportes de motor la máquina es vital, fundamental, casi decisiva. Ocurre, insisto, en la F-1, pero también en las motos (la Honda de Casey Stoner, Dani Pedrosa y Andrea Dovizioso era este año muy superior a las demás motos) y sucede en los rallys (donde el Citroen de Sebastián Loeb sigue siendo el mejor coche, pese a la enorme evolución del Ford Fiesta). Pero es también evidente que unas manos prodigiosas y una mente clara, fundamental en la estrategia, puede permitir a su dueño tapar, esconder, disimular los errores de diseño, potencia y eficacia del monoplaza. Y otro detalle que no se le puede escapar a nadie: es totalmente falso que cualquier piloto sería capaz de ganar con el mejor coche.
Hablemos de manos prodigiosas. Por ejemplo, las de Alonso, cuya capacidad y sensibilidad para evolucionar y manejar este segundón Ferrari, les ha permitido pelear por el subcampeonato (el honorífico título de los otros, muy cotizado dado el insultante dominio ejercido por Vettel) hasta la última carrera, como lo fue el año pasado por el título, que Maranello dilapidó con su lamentable estrategia en Abu Dabi. Alonso ha ganado un GP, acto heróico ante Red Bull y McLaren y se ha subido al podio en 10 de los 19 grandes premios, lo que significa que siempre ganó a alguien mejor que él o con mejor monoplaza. En F-1, todos, empezando por los propios pilotos, proclaman que su único rival, su mayor adversario, es su compañero de equipo porque es el que corre con su mismo coche y, por tanto, sirve de referencia. La paliza que Alonso le ha metido a Felipe Massa ha sido insultante. El brasileño no ha logrado ni un solo podio en toda la temporada, rompiendo récords de ineficacia casi jamás visto en Ferrari.
Button y Hamilton
Si hablamos de manos estupendas y experiencia, ahí está Jenson Button, que ha terminado por volver loco a su compañero Lewis Hamilton, logrando el mismo número de victorias (3) que el jovencito campeón británico, niño mimado de Ron Dennis, y sumando 10 podios por 6 de Hamilton. Si Alonso considera que su temporada ha sido estupenda, el mundo se ha inclinado ante el comportamiento de Button, a quien todos (ven lo que hace tener el mejor coche, con diferencia) ningunearon y minusvaloraron cuando, en el 2009, ganó el título a los mandos de un revolucionario Brawn GP.
Y, por último, sobre esa tesis que dice que cualquier piloto puntero ganaría con el mejor coche, observemos lo que ha hecho Webber con el mismo monoplaza que Vettel: 10 victorias menos (el australiano solo ganó, ayer, en Brasil y porque el equipo le dejó) y siete podios menos. Cierto, puede que lo hayan utilizado para facilitar las victorias y la evolución del Red Bull, no lo dudo, pero no tanto como para que, con un coche volador, como consideraban todos al bólido ideado por Andrian Newey, quedase, en números, tan lejos de su compañero de escuderia.
Nadie duda, nadie, que los mejores del año han sido Vettel, Button y Alonso y que, en efecto, los dos últimos hubiesen podido hacerse con la corona de pilotar el Red Bull del bicampeón alemán. Sobre los demás, existen serias dudas. De ahí que Button y Alonso puedan irse de vacaciones con la cabeza muy alta.
Bueno, se puede discrepar bastante con alguna afirmación que otra pero, leyendolo varias veces, creo que escribe para que el tema le quede bastante claro a todo el mundo, sobre todo a quien no entiende nada de F1
Eso sí, Sr. Emilio, se le olvida mencionar que el coche de Webber, ha sido tuneado durante toda la temporada, pues decir que ha sido utilizado para evolución del propio monoplaza, queda demasiado fino al argumentar que era un coche con las prestaciones comprometidas.
Por otro lado, lo hecho por Alonso, no sólo ha sido visto y aplaudido por la familia Ferrari, si no que por todo el mundo que entiende un poco de F1.
De todos modos, coincido con un 65% de todo lo que dice, pues esta temporada ha dejado muy claras varias cosas y, ha confirmado otras.
Las prodigiosas manos de Vettel, Button y Alonso
La máquina es vital, pero un piloto con talento puede ayudar a disimular defectos del monoplaza
Lunes, 28 de noviembre del 2011 - 15:16h.
Cuando alguien que ha ganado dos títulos mundiales de F-1 asegura, tras concluir en cuarta posición el campeonato de pilotos 2012 por detrás de Sebastián Vettel (Red Bull), Jenson Button (McLaren) y Mark Webber (Red Bull), que ha sido su mejor temporada en la F-1, es evidente que la reflexión significa algo tan sencillo como: ganar los títulos del 2005 y 2006 con aquel Renault fue demasiado fácil pese a que los rivales eran Kimi Raikkonen y Michael Schumacher, pues mi monoplaza era fantástico.
Cuando alguien como Fernando Alonso, ya con 30 años y 10 años en la F-1, asegura, al concluir la presente temporada, que se siente orgulloso, más orgulloso que nunca, de lo que ha hecho, quiere decir que con el material que tenía, los resultados han sido fabulosos. Eso, no solo lo piensa el bicampeón asturiano, sino que lo comparten los dueños de Ferrari y los dirigentes de la escudería más prestigiosa, laureada y rica de la F-1, perfectamente conscientes de que el F150 no era un coche ganador, ni siquiera inquilino del podio y que, en manos de Magic, ha presentado una digna batalla a las dos formaciones dominadoras del campeonato, Red Bull (12 victorias en 19 grandes premios) y McLaren (6 triunfos).
Manos y mente
Es indudable, y más en la F-1, que en los deportes de motor la máquina es vital, fundamental, casi decisiva. Ocurre, insisto, en la F-1, pero también en las motos (la Honda de Casey Stoner, Dani Pedrosa y Andrea Dovizioso era este año muy superior a las demás motos) y sucede en los rallys (donde el Citroen de Sebastián Loeb sigue siendo el mejor coche, pese a la enorme evolución del Ford Fiesta). Pero es también evidente que unas manos prodigiosas y una mente clara, fundamental en la estrategia, puede permitir a su dueño tapar, esconder, disimular los errores de diseño, potencia y eficacia del monoplaza. Y otro detalle que no se le puede escapar a nadie: es totalmente falso que cualquier piloto sería capaz de ganar con el mejor coche.
Hablemos de manos prodigiosas. Por ejemplo, las de Alonso, cuya capacidad y sensibilidad para evolucionar y manejar este segundón Ferrari, les ha permitido pelear por el subcampeonato (el honorífico título de los otros, muy cotizado dado el insultante dominio ejercido por Vettel) hasta la última carrera, como lo fue el año pasado por el título, que Maranello dilapidó con su lamentable estrategia en Abu Dabi. Alonso ha ganado un GP, acto heróico ante Red Bull y McLaren y se ha subido al podio en 10 de los 19 grandes premios, lo que significa que siempre ganó a alguien mejor que él o con mejor monoplaza. En F-1, todos, empezando por los propios pilotos, proclaman que su único rival, su mayor adversario, es su compañero de equipo porque es el que corre con su mismo coche y, por tanto, sirve de referencia. La paliza que Alonso le ha metido a Felipe Massa ha sido insultante. El brasileño no ha logrado ni un solo podio en toda la temporada, rompiendo récords de ineficacia casi jamás visto en Ferrari.
Button y Hamilton
Si hablamos de manos estupendas y experiencia, ahí está Jenson Button, que ha terminado por volver loco a su compañero Lewis Hamilton, logrando el mismo número de victorias (3) que el jovencito campeón británico, niño mimado de Ron Dennis, y sumando 10 podios por 6 de Hamilton. Si Alonso considera que su temporada ha sido estupenda, el mundo se ha inclinado ante el comportamiento de Button, a quien todos (ven lo que hace tener el mejor coche, con diferencia) ningunearon y minusvaloraron cuando, en el 2009, ganó el título a los mandos de un revolucionario Brawn GP.
Y, por último, sobre esa tesis que dice que cualquier piloto puntero ganaría con el mejor coche, observemos lo que ha hecho Webber con el mismo monoplaza que Vettel: 10 victorias menos (el australiano solo ganó, ayer, en Brasil y porque el equipo le dejó) y siete podios menos. Cierto, puede que lo hayan utilizado para facilitar las victorias y la evolución del Red Bull, no lo dudo, pero no tanto como para que, con un coche volador, como consideraban todos al bólido ideado por Andrian Newey, quedase, en números, tan lejos de su compañero de escuderia.
Nadie duda, nadie, que los mejores del año han sido Vettel, Button y Alonso y que, en efecto, los dos últimos hubiesen podido hacerse con la corona de pilotar el Red Bull del bicampeón alemán. Sobre los demás, existen serias dudas. De ahí que Button y Alonso puedan irse de vacaciones con la cabeza muy alta.
Bueno, se puede discrepar bastante con alguna afirmación que otra pero, leyendolo varias veces, creo que escribe para que el tema le quede bastante claro a todo el mundo, sobre todo a quien no entiende nada de F1
Eso sí, Sr. Emilio, se le olvida mencionar que el coche de Webber, ha sido tuneado durante toda la temporada, pues decir que ha sido utilizado para evolución del propio monoplaza, queda demasiado fino al argumentar que era un coche con las prestaciones comprometidas.
Por otro lado, lo hecho por Alonso, no sólo ha sido visto y aplaudido por la familia Ferrari, si no que por todo el mundo que entiende un poco de F1.
De todos modos, coincido con un 65% de todo lo que dice, pues esta temporada ha dejado muy claras varias cosas y, ha confirmado otras.
ALOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOONNSSOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO !!!!
Twitter: @TopdriverSC
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