20-02-2012, 17:35
Gran Premio de Bélgica, sábado
Posted on 20/02/2012
A las 13.45h de la tarde del sábado, a sólo quince minutos de la finalización de la segunda sesión de clasificación para el Gran Premio, Gilles Villeneuve estaba en su box absolutamente concentrado para intentar un último y desesperado intento de mejora.
http://carloscastella.files.wordpress.co...les2-1.jpg
Sabía que tenía muy pocas posibilidades, pero su obcecación por batir a Pironi le impulsó a hacer ese último intento, porque seguía sin digerir lo que había pasado quince días antes y sin comprender que el francés le estaba ganando la batalla psicológica.
Porque por primera vez en toda la temporada (y casi desde que estaban juntos en Ferrari) Pironi estaba delante suyo. El enorme enfado, la frustración y el deseo de venganza habían ofuscado a Gilles, que vivió un calvario durante aquellos quince días.
Llegó a Zolder en su helicóptero el jueves, acompañado por François Mazet ex hombre fuerte de la petrolera Essex y que trabajaba para el Automóvil Club de Mónaco. En una de sus habituales locuras, Gilles había ascendido hasta 6.000 metros, lo cual empezó a dificultarles la respiración por la falta de oxígeno y el aterrizaje puso los pelos de punta a todos lo que lo vieron, pues pasó rozando los cables del tendido eléctrico. Típico de Gilles, correr riesgos innecesarios.
http://carloscastella.files.wordpress.co...les-41.jpg
Gilles entrevistado por un periodista radiofónico. No tengo constancia de quien es el entrevistador.
El jueves almorzó con su viejo amigo Philippe de Laey que le había ayudado a buscar patrocinadores en Canadá en la época de la Fórmula Atlantic y también habló con Christian Tórtora, periodista de Radio Canadá que le había seguido desde los primeros tiempos por Europa. En aquellos años las radios eran importantes, ya que no todo el mundo retransmitía las carreras por TV ni con tanta profusión de horas como ahora y los locutores radiofónicos jugaban un papel fundamental en el panorama informativo. Después Ecclestone se los quitó de encima por el mismo proceso que ahora se hace en España con los de fútbol: pidiéndoles cantidades de dinero abusivas.
Ambos contaron después que Gilles seguía ofuscado por lo ocurrido, que ahora se daba cuenta de que era víctima de una conspiración dentro de Ferrari, que lo de la pancarta no había sido casualidad y que la falta de apoyo de Piccinini y buena parte del equipo, no censurando a Pironi por su comportamiento y ayudándole a ocultarse para que no afrontara los hechos era una evidencia de ello. Por tanto no veía la hora de volver a enfrentarse a él porque según decía a quien quisiera oírle, “¡le puedo batir cuando quiera y donde quiera!”.
El viernes los entrenamientos se habían desarrollado con normalidad. En aquellos años, la segunda hora era válida para la parrilla, es decir, era la primera hora de clasificación. Después el sábado había otra vez una hora, y el mejor tiempo de cada piloto en cualquiera de los dos días era el válido para determinar su posición en parrilla. El viernes Villeneuve había marcado 1’17”507 y Pironi 1’18”796, pero el sábado el francés había bajado a 1’16”501 mientras el canadiense sólo lo había hecho hasta 1’16”616.
A doce minutos del final de la sesión, Gilles estaba una décima por encima del tiempo de Pironi y eso era algo que no podía tolerar.
http://carloscastella.files.wordpress.co...gilles.jpg
Estado en que quedó el coche por su lado derecho...
Así que volvió a la pista con unos neumáticos que ya no estaban en su mejor momento, ya que eran los menos gastados de los dos juegos de que disponía cada piloto en cada sesión. Falló en su intento y al pasar delante de los boxes Mauro Forghieri le enseñó la pancarta “in”. El ingeniero sabía que con aquellos neumáticos ya no había nada que hacer, así que no valía la pena seguir. Según su testimonio, Gilles tenía que saberlo también y el gesto de la cabeza del canadiense le dio a entender que había visto y entendido la señal.
Sin embargo, ya fuera por su manera de ser, pilotando siempre al límite, o porque todavía no había decidido bajar el ritmo, siguió gas a fondo por la recta opuesta camino de la curva de Terlamen. En el tramo anterior a la frenada se encontró a Jochen Mass, quien estaba rodando más lento para calentar adecuadamente los neumáticos y el alemán al verle llegar por los retrovisores hizo lo lógico: apartarse y dejar libre la trazada natural.
Pero Gilles tomó la misma decisión y se lanzó por el exterior, encontrándose con el March e impactando contra él. El Ferrari chocó con la rueda posterior del alemán, después golpeó la delantera (tal era la diferencia de velocidad entre ambos coches que se lo “tragó”) salió despedido hacia el exterior, golpeó los raíles y salió lanzado hacia arriba por la súbita pérdida del efecto suelo, iniciando una serie de volteretas demoledoras. En la caída en vertical de morro el impacto fue tan brutal que Gilles perdió el casco, los cinturones inferiores se rompieron y cuando el coche volvió a dar una vuelta completa la fuerza centrífuga lanzó al piloto por los aires. En su dramático vuelo cruzó la pista y fue a caer sobre las redes de protección.
Con la columna vertebral partida y la base del cráneo fracturada, poco se podía hacer por Gilles, que quedó inerte en el suelo. Teo Fabi fue el primero en llegar y al ver que el rostro tomaba un color violáceo intentó hacerle el boca a boca. En menos de treinta y cinco segundos el médico del puesto estaba allí haciéndole un masaje cardíaco desesperado; dos minutos después del accidente, el coche del director de carrera, conducido por Roland de la Bruynseraede, dejaba a Sid Watkins allí y éste le practicó una traqueotomía para que le llegara aire a los pulmones, ya que aunque no daba ninguna señal de vida, aún tenía pulso.
http://carloscastella.files.wordpress.co...roncs1.jpg
...y por el izquierdo, mucho más destrozado. Al fondo, con las manos en los bolsillos, se distingue a Jochen Mass con el mono de Rothmans.
No fue evacuado de inmediato sino que fue trasladado al hospital del circuito, ya que éste estaba adscrito a un cuartel de la OTAN cercano y por tanto tenía todos los medios necesarios y personal adecuado y entrenado. Una vez su estado quedó estabilizado, se dispuso su trasladado en helicóptero al hospital San Rafael de Lovaina. Con él viajó Watkins, mientras Piccinini y otros miembros del equipo lo hacían en coche.
Mientras tanto, en los boxes y en la sala de prensa reinaba la consternación. John Watson era otro de los pilotos que había bajado del coche al ver el estado en que había quedado el Ferrari y al volver a boxes explicó que Gilles estaba muerto. Didier Pironi también paró al ver el coche, pero regresó rápidamente a su box para encerrarse con el resto del equipo a esperar noticias. Christian Tórtora había narrado todo por radio y recibió la llamada de Seville, el padre de Gilles, para que le tuviera al corriente de la situación, manteniéndose en contacto permanente mientras llegaban todo tipo de noticias confusas, aunque ninguna negaba la evidencia porque las imágenes de televisión no dejaban demasiado espacio para la esperanza.
http://carloscastella.files.wordpress.co...illes2.jpg
"La Mascotte", la casa de los Villeneuve en Mónaco.
Ya en el hospital, Piccinini le pidió a Sid que buscara al mejor neuro cirujano del mundo, cosa que no le costó demasiado porque era un amigo suyo, Gilles Bernard, precisamente canadiense. Pudo localizarlo y tras una larga conversación telefónica en la que le expuso la situación clínica, Bernard le confirmó la evidencia de que no había nada que pudieran hacer para salvar a Gilles.
Mientras esto sucedía, Marco llamó a Jody Scheckter para comunicarle el estado de la situación, sin esconderle la gravedad irreversible de las heridas y para decirle que consideraba más adecuado que fuera el sudafricano quien se lo comunicara a su esposa y no él por teléfono. Así que Jody y Pam, su mujer, fueron a ver a Joann, a quien encontraron en la cocina preparando dulces y galletas. Jody había sido operado de una hernia pocos días antes y estaba tomando sedantes, así que cuando Joann se desesperó le dio sus pastillas para calmarla y para que las tuviera a mano si le hacían falta.
François Mazet acudió de inmediato al hospital y tras hablar con Piccinini llamó a Michael Boeri, Presidente del Automóvil Club de Mónaco, para informarle y pedirle su ayuda ya que necesitaban un avión. Boeri, una de las personas más influyentes de Montecarlo, se movió con presteza para que Joann pudiera volar a Bélgica lo antes posible. Jody decidió que dada su convalecencia era mejor que él se quedara, así que fueron Pam y la novia de Bruno Giacomelli, quien también había subido a la villa al enterarse, las que acompañaron a Joann en el avión además del mismo Michael Boeri.
http://carloscastella.files.wordpress.co...les-24.jpg
Del aeropuerto de Bruselas a Lovaina fueron trasladados en coche y llegaron al hospital sobre las siete de la tarde. Sid informó a Joann de que la situación era irreversible, que Gilles sólo respiraba con la ayuda de una máquina y que no tenía ninguna posibilidad de reacción. Lo único que ella podía hacer era autorizar la desconexión. Joann, impresionada y bajo los efectos de los sedantes de Jody, se negó, le pidió que le operara, que hiciera lo que fuera, que salvara a Gilles.
Watkins dejó que Joann fuera asumiendo la realidad, cesara el efecto de los sedantes y estuviera plenamente consciente, cosa que el médico adivinó que estaba pasando cuando ambos fueron quedándose paulatinamente en silencio.
Dos horas después de la llegada de su esposa, el hospital de Lovaina emitió un escueto comunicado que simplemente decía: “Gilles Villeneuve ha muerto a las 9.12pm del 8 de Mayo de 1982”.
(Continuará)
http://carloscastella.wordpress.com/2012...ca-sabado/
Posted on 20/02/2012
A las 13.45h de la tarde del sábado, a sólo quince minutos de la finalización de la segunda sesión de clasificación para el Gran Premio, Gilles Villeneuve estaba en su box absolutamente concentrado para intentar un último y desesperado intento de mejora.
http://carloscastella.files.wordpress.co...les2-1.jpg
Sabía que tenía muy pocas posibilidades, pero su obcecación por batir a Pironi le impulsó a hacer ese último intento, porque seguía sin digerir lo que había pasado quince días antes y sin comprender que el francés le estaba ganando la batalla psicológica.
Porque por primera vez en toda la temporada (y casi desde que estaban juntos en Ferrari) Pironi estaba delante suyo. El enorme enfado, la frustración y el deseo de venganza habían ofuscado a Gilles, que vivió un calvario durante aquellos quince días.
Llegó a Zolder en su helicóptero el jueves, acompañado por François Mazet ex hombre fuerte de la petrolera Essex y que trabajaba para el Automóvil Club de Mónaco. En una de sus habituales locuras, Gilles había ascendido hasta 6.000 metros, lo cual empezó a dificultarles la respiración por la falta de oxígeno y el aterrizaje puso los pelos de punta a todos lo que lo vieron, pues pasó rozando los cables del tendido eléctrico. Típico de Gilles, correr riesgos innecesarios.
http://carloscastella.files.wordpress.co...les-41.jpg
Gilles entrevistado por un periodista radiofónico. No tengo constancia de quien es el entrevistador.
El jueves almorzó con su viejo amigo Philippe de Laey que le había ayudado a buscar patrocinadores en Canadá en la época de la Fórmula Atlantic y también habló con Christian Tórtora, periodista de Radio Canadá que le había seguido desde los primeros tiempos por Europa. En aquellos años las radios eran importantes, ya que no todo el mundo retransmitía las carreras por TV ni con tanta profusión de horas como ahora y los locutores radiofónicos jugaban un papel fundamental en el panorama informativo. Después Ecclestone se los quitó de encima por el mismo proceso que ahora se hace en España con los de fútbol: pidiéndoles cantidades de dinero abusivas.
Ambos contaron después que Gilles seguía ofuscado por lo ocurrido, que ahora se daba cuenta de que era víctima de una conspiración dentro de Ferrari, que lo de la pancarta no había sido casualidad y que la falta de apoyo de Piccinini y buena parte del equipo, no censurando a Pironi por su comportamiento y ayudándole a ocultarse para que no afrontara los hechos era una evidencia de ello. Por tanto no veía la hora de volver a enfrentarse a él porque según decía a quien quisiera oírle, “¡le puedo batir cuando quiera y donde quiera!”.
El viernes los entrenamientos se habían desarrollado con normalidad. En aquellos años, la segunda hora era válida para la parrilla, es decir, era la primera hora de clasificación. Después el sábado había otra vez una hora, y el mejor tiempo de cada piloto en cualquiera de los dos días era el válido para determinar su posición en parrilla. El viernes Villeneuve había marcado 1’17”507 y Pironi 1’18”796, pero el sábado el francés había bajado a 1’16”501 mientras el canadiense sólo lo había hecho hasta 1’16”616.
A doce minutos del final de la sesión, Gilles estaba una décima por encima del tiempo de Pironi y eso era algo que no podía tolerar.
http://carloscastella.files.wordpress.co...gilles.jpg
Estado en que quedó el coche por su lado derecho...
Así que volvió a la pista con unos neumáticos que ya no estaban en su mejor momento, ya que eran los menos gastados de los dos juegos de que disponía cada piloto en cada sesión. Falló en su intento y al pasar delante de los boxes Mauro Forghieri le enseñó la pancarta “in”. El ingeniero sabía que con aquellos neumáticos ya no había nada que hacer, así que no valía la pena seguir. Según su testimonio, Gilles tenía que saberlo también y el gesto de la cabeza del canadiense le dio a entender que había visto y entendido la señal.
Sin embargo, ya fuera por su manera de ser, pilotando siempre al límite, o porque todavía no había decidido bajar el ritmo, siguió gas a fondo por la recta opuesta camino de la curva de Terlamen. En el tramo anterior a la frenada se encontró a Jochen Mass, quien estaba rodando más lento para calentar adecuadamente los neumáticos y el alemán al verle llegar por los retrovisores hizo lo lógico: apartarse y dejar libre la trazada natural.
Pero Gilles tomó la misma decisión y se lanzó por el exterior, encontrándose con el March e impactando contra él. El Ferrari chocó con la rueda posterior del alemán, después golpeó la delantera (tal era la diferencia de velocidad entre ambos coches que se lo “tragó”) salió despedido hacia el exterior, golpeó los raíles y salió lanzado hacia arriba por la súbita pérdida del efecto suelo, iniciando una serie de volteretas demoledoras. En la caída en vertical de morro el impacto fue tan brutal que Gilles perdió el casco, los cinturones inferiores se rompieron y cuando el coche volvió a dar una vuelta completa la fuerza centrífuga lanzó al piloto por los aires. En su dramático vuelo cruzó la pista y fue a caer sobre las redes de protección.
Con la columna vertebral partida y la base del cráneo fracturada, poco se podía hacer por Gilles, que quedó inerte en el suelo. Teo Fabi fue el primero en llegar y al ver que el rostro tomaba un color violáceo intentó hacerle el boca a boca. En menos de treinta y cinco segundos el médico del puesto estaba allí haciéndole un masaje cardíaco desesperado; dos minutos después del accidente, el coche del director de carrera, conducido por Roland de la Bruynseraede, dejaba a Sid Watkins allí y éste le practicó una traqueotomía para que le llegara aire a los pulmones, ya que aunque no daba ninguna señal de vida, aún tenía pulso.
http://carloscastella.files.wordpress.co...roncs1.jpg
...y por el izquierdo, mucho más destrozado. Al fondo, con las manos en los bolsillos, se distingue a Jochen Mass con el mono de Rothmans.
No fue evacuado de inmediato sino que fue trasladado al hospital del circuito, ya que éste estaba adscrito a un cuartel de la OTAN cercano y por tanto tenía todos los medios necesarios y personal adecuado y entrenado. Una vez su estado quedó estabilizado, se dispuso su trasladado en helicóptero al hospital San Rafael de Lovaina. Con él viajó Watkins, mientras Piccinini y otros miembros del equipo lo hacían en coche.
Mientras tanto, en los boxes y en la sala de prensa reinaba la consternación. John Watson era otro de los pilotos que había bajado del coche al ver el estado en que había quedado el Ferrari y al volver a boxes explicó que Gilles estaba muerto. Didier Pironi también paró al ver el coche, pero regresó rápidamente a su box para encerrarse con el resto del equipo a esperar noticias. Christian Tórtora había narrado todo por radio y recibió la llamada de Seville, el padre de Gilles, para que le tuviera al corriente de la situación, manteniéndose en contacto permanente mientras llegaban todo tipo de noticias confusas, aunque ninguna negaba la evidencia porque las imágenes de televisión no dejaban demasiado espacio para la esperanza.
http://carloscastella.files.wordpress.co...illes2.jpg
"La Mascotte", la casa de los Villeneuve en Mónaco.
Ya en el hospital, Piccinini le pidió a Sid que buscara al mejor neuro cirujano del mundo, cosa que no le costó demasiado porque era un amigo suyo, Gilles Bernard, precisamente canadiense. Pudo localizarlo y tras una larga conversación telefónica en la que le expuso la situación clínica, Bernard le confirmó la evidencia de que no había nada que pudieran hacer para salvar a Gilles.
Mientras esto sucedía, Marco llamó a Jody Scheckter para comunicarle el estado de la situación, sin esconderle la gravedad irreversible de las heridas y para decirle que consideraba más adecuado que fuera el sudafricano quien se lo comunicara a su esposa y no él por teléfono. Así que Jody y Pam, su mujer, fueron a ver a Joann, a quien encontraron en la cocina preparando dulces y galletas. Jody había sido operado de una hernia pocos días antes y estaba tomando sedantes, así que cuando Joann se desesperó le dio sus pastillas para calmarla y para que las tuviera a mano si le hacían falta.
François Mazet acudió de inmediato al hospital y tras hablar con Piccinini llamó a Michael Boeri, Presidente del Automóvil Club de Mónaco, para informarle y pedirle su ayuda ya que necesitaban un avión. Boeri, una de las personas más influyentes de Montecarlo, se movió con presteza para que Joann pudiera volar a Bélgica lo antes posible. Jody decidió que dada su convalecencia era mejor que él se quedara, así que fueron Pam y la novia de Bruno Giacomelli, quien también había subido a la villa al enterarse, las que acompañaron a Joann en el avión además del mismo Michael Boeri.
http://carloscastella.files.wordpress.co...les-24.jpg
Del aeropuerto de Bruselas a Lovaina fueron trasladados en coche y llegaron al hospital sobre las siete de la tarde. Sid informó a Joann de que la situación era irreversible, que Gilles sólo respiraba con la ayuda de una máquina y que no tenía ninguna posibilidad de reacción. Lo único que ella podía hacer era autorizar la desconexión. Joann, impresionada y bajo los efectos de los sedantes de Jody, se negó, le pidió que le operara, que hiciera lo que fuera, que salvara a Gilles.
Watkins dejó que Joann fuera asumiendo la realidad, cesara el efecto de los sedantes y estuviera plenamente consciente, cosa que el médico adivinó que estaba pasando cuando ambos fueron quedándose paulatinamente en silencio.
Dos horas después de la llegada de su esposa, el hospital de Lovaina emitió un escueto comunicado que simplemente decía: “Gilles Villeneuve ha muerto a las 9.12pm del 8 de Mayo de 1982”.
(Continuará)
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