Jacobo Vega nos ilustra en su twitter sobre la primera clave para la carrera de hoy:
La importancia de las salidas
8 Mayo 2011 - 7:00 - Autor: Jacobo Vega
En los tres primeros grandes premios de la temporada hemos visto que la salida y la estrategia en las carreras han sido las grandes protagonistas. Una mala salida te puede obligar a ir contracorriente y no poder utilizar la estrategia prevista. Un ejemplo muy claro es lo que le sucedió a
Fernando Alonso en el G.P. de China. Un fallo a la hora de calibrar el embrague, hizo que sus ruedas patinasen en exceso, perdió la posición con su compañero de equipo,
Felipe Massa, y en ese momento, el brasileño tenía prioridad a la hora de elegir la estrategia. Fernando no pudo parar en la vuelta óptima y se paso unas cuantas vueltas detrás de
Michael Schumacher sin poder adelantarle y su carrera se vio arruinada por completo.
La salida es algo que todos los equipos preparan a conciencia durante el meeting del domingo por la mañana, previo a la carrera. Todo tiene que estar prefecto para que sea buena y en esa primera reunión, los
ingenieros ya tienen todos los datos posibles para que el
piloto afronte el comienzo de la carrera con garantías. El
equipo se encarga de darle una buena cantidad de información sobre los coches que tiene a su alrededor, sobre todo por delante. Los datos que básicamente se manejan son estadísticos. En primer lugar se hace un informe sobre la manera que han tenido de salir en los últimos 5 años los pilotos que hay por delante: Se estudia su agresividad, si suelen ganar posiciones, si tienen tendencia a ir por dentro o por fuera o si han causado algún incidente. Luego se estudia como han salido los demás coches en las carreras precedentes: Tiempo de reacción, patinaje de las ruedas, etc.
Una vez que el piloto tiene claros todos estos datos a los que , muy pocas veces les hacen caso, en honor a la verdad, llega el momento de que el
semáforo del carril de boxes se pone en verde, media hora antes del comienzo de la carrera. Muchas veces vemos como los pilotos hacen varias vueltas antes de detenerse en la parrilla de salida y esto, además de para reconocer el circuito y coger el punto de frenada con el coche cargado de combustible, sirve para simular salidas y calibrar el
embrague en su punto óptimo, principalmente para no derrapar y perder tracción. Con un par de veces, el piloto suele tener claro el momento en el que tiene que soltar el embrague que, recordamos, es accionado con los dedos desde unas
levas que se encuentran en la parte trasera del
volante.
El siguiente paso es cuando el semáforo se apaga para dar la
vuelta de formación. En ese momento el piloto debe de hacer dos cosas: la primera chequear de nuevo el punto óptimo del embrague y la segunda, perder tracción a propósito para que
las ruedas patinen y depositen goma en el asfalto. Con esto se consigue que el coche tenga más agarre en el momento de la salida y la pérdida de agarre, que siempre hay, sea la mínima. Además, si el piloto se encuentra en la parte sucia de la pista, generalmente la que corresponde a las posiciones impares, rodará por esta parte durante varios metros para tratar de limpiarla de suciedad.
Una vez que los pilotos están realizando la vuelta de formación, su ingeniero le va
informando por la radio de la temperatura de los neumáticos y de los frenos. Si están demasiado fríos, tendrán que hacer los habituales zig zags que estamos acostumbrados a ver y también frenazos y acelerones. Con estas dos maniobras, se aseguran de llegar a la parrilla con la mejor temperatura posible para afrontar la primera curva.
Cuando esta vuelta, en la que está prohibido adelantar, se termina, llega lo más difícil. Hubo un tiempo en el que los sistemas de salida era totalmente automáticos y estaban controlados por una centralita. El piloto simplemente tenía que acelerar a tope y apretar un botón, pero ahora los sistemas son manuales. Los coches de Fórmula 1 están equipados con
dos embragues, uno en cada mano. Las cinco luces rojas del semáforo se encienden cuando todos los monoplazas están formados en la parrilla. En ese momento hay que agarrar los dos embragues, accionar la primera velocidad y pisar el pedal del acelerador a tope. Las luces se van apagando sucesivamente y en el momento en que todas hayan dejado de brillar, es cuando hay que soltar rápidamente el primer embrague, generalmente el de la mano izquierda, y progresivamente soltar el segundo. Si soltasen los dos a la vez, saltaría la alarma anti calado del coche y se pondría inmediatamente en punto muerto.
Hasta ahí es siempre igual, una técnica que todos los pilotos conocen a la perfección, pero una vez que estás en movimiento, y si todo lo anterior ha salido bien, es la
pericia del piloto la que le hará elegir la línea buena, la que le va a hacer ganar o perder posiciones y la que le va a permitir afrontar una carrera más o menos complicada. La salida además del momento más emocionante es también crucial para tener éxito en el transcurso de la carrera.
Pase de paddock F1