Tras el 'destierro' de la F1, Mike Coughlan trabajó con el fallido equipo Stefan GP y también diseñó el vehículo blindado Ocelot antes de recalar en la NASCAR de la mano de Michael Waltrip Racing.
A principios de este año retornó a la F1 como nuevo ingeniero jefe de Williams en la fábrica, pero el jefe de la escudería, Adam Parr, anunció de forma discreta en India que Coughlan es ya el "nuevo director técnico" del equipo de Grove.
"La vuelta de Coughlan es un escándalo", declaró en este sentido el presidente de Ferrari, Montezemolo, al diario italiano La Stampa. "Parece que la F1 nunca pierde una oportunidad para hacer el ridículo", añadió.
Pero según el periódico deportivo español Marca, una fuente anónima del paddock no está de acuerdo con este punto de vista. "El 'spygate' fue solo una guerra política entre Max Mosley y Ron Dennis porque todo el mundo sabe que la información fluye constantemente entre los equipos de F1".
Una cuestión distinta es si Coughlan es el mejor sustituto posible para su predecesor en Williams, Sam Michael, quien aparecerá en el equipo de carrera de McLaren por primera vez este fin de semana en Abu Dhabi.
"Él (Coughlan) es un buen diseñador, pero en la parte mecánica. El aspecto aerodinámico no es su fuerte, pero claro, con la equivocación de Williams no había nadie mejor disponible", agregó la fuente anónima.
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En cuanto a sus días como espía en posesión de información secreta de Ferrari –con fotocopias impresas–, el ingeniero de 52 años insiste en que desde 2007 ha cambiado. "Dejar un equipo y un deporte que amo, y luego ver las consecuencias de mis acciones en el equipo y sus aficionados fue devastador", recuerda.
"Todo lo que puedo hacer ahora es trabajar e intentar ganarme el puesto de nuevo en la Fórmula 1. Sólo deseo poder conseguir otra vez el respeto de todos", indicó Coughlan.