Ferrari se enfrenta al reto de las tres décimas
Después de ganar más de un segundo desde el inicio de la temporada, ahora llega el objetivo más complicado para la escudería de Maranello: superar el nivel de los mejores con pequeñas evoluciones
AS
El puente de madera se mueve a un lado y otro sobre el canal de remo de Montreal, Isla de Notre Dame, vestigio de otros tiempos, siglo XX añorado en Canadá cuando construyeron este trozo de tierra artificial con la arena del Metro de la ciudad. El ingeniero de Ferrari piensa en voz alta. La sensación en la escudería es la de miel con vinagre. Han perdido pero porque optaban a ganar. Y eso es nuevo este año más allá de aprovechar la suerte del destino como en Malaisia. El Ferrari que parecía destinado a la galería de los horrores de Maranello recupera brillo hasta hacer visible su precioso rojo. Pero aún no consigue deslumbrar.
Y ése es el firme objetivo ahora. En la escudería italiana así lo reconocen. En Australia, un circuito de similares características a Montreal, los dos semiurbanos del calendario, su primer piloto, Alonso, estaba a un segundo y medio de los mejores, mientras que en Canadá sus registros se asemejan a los de McLaren y Red Bull.
Han recuperado lo que parecía imposible, más de un segundo por vuelta. Pero ahora les quedan las tres décimas que otorgan las victorias. La primera gran evolución llegó en Barcelona. Antes Montezemolo, Domenicali y Fry habían decidido, en parte gracias a los puntos del triunfo de Alonso en Sepang, cambiar de táctica. Dejaron a sus pilotos con las mismas armas de China y se centraron en mejorar el coche con vistas al GP de España. Aprovecharon como nadie los entrenamientos de Mugello, los añorados test, y convirtieron el coche en un monoplaza medianamente competitivo. Alonso lo aprovechó, como no podía ser de otra manera, para luchar por el triunfo y lograr un nuevo podio tras Maldonado. En Mónaco de nuevo estuvo con los grandes. Nuevo cajón para el asturiano.
En Montreal vimos una nueva evolución, escapes, alerones, pontones... y el coche volvía a tener buen nivel. Tres circuitos de muy diferentes características y en los tres el Ferrari ha estado con los buenos. Hay que reconocer el mérito increíble de transformar un coche durante la competición, trabajando más que nadie, poniendo dinero donde era necesario, dejando sin dormir a sus ingenieros y exprimiendo el túnel del viento. Han llegado, pero ahora quieren superar a los mejores. Están a dos décimas de los McLaren. Y buscan una más para ganar.
"Hemos dado un gran paso adelante en rendimiento, una señal de que el trabajo duro de los últimos meses da resultado. Quiero dar las gracias a toda la gente de Maranello que se están dejando el alma", explicaba un emocionado Domenicali. El jefe de Ferrari es, probablemente, el personaje más entrañable del paddock y sigue confiando en su forma de hacer las cosas. Sin voces, sin estridencias, con voz suave y trabajo duro. Y además la conexión Fry-Alonso vuelve a funcionar, como en tiempos de McLaren.
Stefano promete más mejoras. Poco a poco, hay que hacer que el rojo vuele en manos españolas: "Tenemos que seguir mejorando, habrá más mejoras para Valencia y después para Silverstone. La clave de este Mundial va a ser desarrollar el coche al máximo y al mismo tiempo entender cómo funcionan los neumáticos". Ésa ya es otra historia...
Manuel Franco
Después de ganar más de un segundo desde el inicio de la temporada, ahora llega el objetivo más complicado para la escudería de Maranello: superar el nivel de los mejores con pequeñas evoluciones
AS
El puente de madera se mueve a un lado y otro sobre el canal de remo de Montreal, Isla de Notre Dame, vestigio de otros tiempos, siglo XX añorado en Canadá cuando construyeron este trozo de tierra artificial con la arena del Metro de la ciudad. El ingeniero de Ferrari piensa en voz alta. La sensación en la escudería es la de miel con vinagre. Han perdido pero porque optaban a ganar. Y eso es nuevo este año más allá de aprovechar la suerte del destino como en Malaisia. El Ferrari que parecía destinado a la galería de los horrores de Maranello recupera brillo hasta hacer visible su precioso rojo. Pero aún no consigue deslumbrar.
Y ése es el firme objetivo ahora. En la escudería italiana así lo reconocen. En Australia, un circuito de similares características a Montreal, los dos semiurbanos del calendario, su primer piloto, Alonso, estaba a un segundo y medio de los mejores, mientras que en Canadá sus registros se asemejan a los de McLaren y Red Bull.
Han recuperado lo que parecía imposible, más de un segundo por vuelta. Pero ahora les quedan las tres décimas que otorgan las victorias. La primera gran evolución llegó en Barcelona. Antes Montezemolo, Domenicali y Fry habían decidido, en parte gracias a los puntos del triunfo de Alonso en Sepang, cambiar de táctica. Dejaron a sus pilotos con las mismas armas de China y se centraron en mejorar el coche con vistas al GP de España. Aprovecharon como nadie los entrenamientos de Mugello, los añorados test, y convirtieron el coche en un monoplaza medianamente competitivo. Alonso lo aprovechó, como no podía ser de otra manera, para luchar por el triunfo y lograr un nuevo podio tras Maldonado. En Mónaco de nuevo estuvo con los grandes. Nuevo cajón para el asturiano.
En Montreal vimos una nueva evolución, escapes, alerones, pontones... y el coche volvía a tener buen nivel. Tres circuitos de muy diferentes características y en los tres el Ferrari ha estado con los buenos. Hay que reconocer el mérito increíble de transformar un coche durante la competición, trabajando más que nadie, poniendo dinero donde era necesario, dejando sin dormir a sus ingenieros y exprimiendo el túnel del viento. Han llegado, pero ahora quieren superar a los mejores. Están a dos décimas de los McLaren. Y buscan una más para ganar.
"Hemos dado un gran paso adelante en rendimiento, una señal de que el trabajo duro de los últimos meses da resultado. Quiero dar las gracias a toda la gente de Maranello que se están dejando el alma", explicaba un emocionado Domenicali. El jefe de Ferrari es, probablemente, el personaje más entrañable del paddock y sigue confiando en su forma de hacer las cosas. Sin voces, sin estridencias, con voz suave y trabajo duro. Y además la conexión Fry-Alonso vuelve a funcionar, como en tiempos de McLaren.
Stefano promete más mejoras. Poco a poco, hay que hacer que el rojo vuele en manos españolas: "Tenemos que seguir mejorando, habrá más mejoras para Valencia y después para Silverstone. La clave de este Mundial va a ser desarrollar el coche al máximo y al mismo tiempo entender cómo funcionan los neumáticos". Ésa ya es otra historia...
Manuel Franco
"Sé que me debo a una afición y espero poder darles todo tipo de satisfacciones en la pista".