14-10-2010, 13:58
Lorenzo, rey de reyes
El mallorquín se convierte en el sucesor de Crivillé
Por Gloria Martín Guerra, MARCA.com
Crivillé ya tiene sucesor.
Once años después de que Álex lograra la corona en la extinta categoría de 500cc tenemos un campeón español en la categoría reina. Jorge Lorenzo ha logrado, a falta de tres carreras para el final de la temporada, completar un año fantástico.
Siete victorias, a las que se une ahora la tercera posición conseguida en Malasia, le han dado la ventaja matemática suficiente como para afrontar las tres carreras restantes con la tranquilidad de todo un campeón del mundo.
Las lesiones de Pedrosa y de un Rossi que, superado por su pupilo, ha optado por pasarse a Ducati la próxima temporada, terminaron de allanar el camino de Lorenzo hacia la gloria.
Una forma de llevarse el título con la que el propio Lorenzo no está conforme. Consciente de poder batir sobre el asfalto a Il Dottore y a su compatriota -de hecho así lo estaba demostrando a principio de temporada- hubiera deseado disputar el campeonato mano a mano con resto de 'magníficos' para que su victoria no pudiera verse ensombrencida bajo ningún concepto. Jorge se ha merecido este Mundial.
El nuevo rey de reyes del motociclismo mundial atesora juventud y un espíritu rebelde e inconformista que le ha llevado hasta donde está ahora mismo, hasta lo más alto.
En Malasia ha visto cumplido "el sueño de su vida". 20 años de trabajo que se ven recompensado con creces, el premio a tantas horas de esfuerzo y dedicación, a tantos berrinches de la infancia 'robada' de un niño que no creció como el restro, sino que lo hizo pegado a una moto, la misma moto que ahora le da tantas alegrías.
Cuenta, además, con la confianza de la casa Yamaha ya que acaba de renovar por dos temporadas con la casa nipona, señal de que esto no acaba aquí y de que, seguro, Jorge va a seguir llenando de éxitos su futuro y el del motociclismo para contribuir a aumentar la leyenda de 'La edad de oro del deporte español'.
El mallorquín se convierte en el sucesor de Crivillé
Por Gloria Martín Guerra, MARCA.com
Crivillé ya tiene sucesor.
Once años después de que Álex lograra la corona en la extinta categoría de 500cc tenemos un campeón español en la categoría reina. Jorge Lorenzo ha logrado, a falta de tres carreras para el final de la temporada, completar un año fantástico.
Siete victorias, a las que se une ahora la tercera posición conseguida en Malasia, le han dado la ventaja matemática suficiente como para afrontar las tres carreras restantes con la tranquilidad de todo un campeón del mundo.
Las lesiones de Pedrosa y de un Rossi que, superado por su pupilo, ha optado por pasarse a Ducati la próxima temporada, terminaron de allanar el camino de Lorenzo hacia la gloria.
Una forma de llevarse el título con la que el propio Lorenzo no está conforme. Consciente de poder batir sobre el asfalto a Il Dottore y a su compatriota -de hecho así lo estaba demostrando a principio de temporada- hubiera deseado disputar el campeonato mano a mano con resto de 'magníficos' para que su victoria no pudiera verse ensombrencida bajo ningún concepto. Jorge se ha merecido este Mundial.
El nuevo rey de reyes del motociclismo mundial atesora juventud y un espíritu rebelde e inconformista que le ha llevado hasta donde está ahora mismo, hasta lo más alto.
En Malasia ha visto cumplido "el sueño de su vida". 20 años de trabajo que se ven recompensado con creces, el premio a tantas horas de esfuerzo y dedicación, a tantos berrinches de la infancia 'robada' de un niño que no creció como el restro, sino que lo hizo pegado a una moto, la misma moto que ahora le da tantas alegrías.
Cuenta, además, con la confianza de la casa Yamaha ya que acaba de renovar por dos temporadas con la casa nipona, señal de que esto no acaba aquí y de que, seguro, Jorge va a seguir llenando de éxitos su futuro y el del motociclismo para contribuir a aumentar la leyenda de 'La edad de oro del deporte español'.
¿Tres campeonatos?
El problema es que entonces querré conseguir otro, y otro y otro... La ambición es imparable, infinita.
Fernando Alonso
El problema es que entonces querré conseguir otro, y otro y otro... La ambición es imparable, infinita.
Fernando Alonso