UNOS DESAPARECEN, OTROS SON RESCATADOS
Entre el cementerio y la resurrección: cien equipos desaparecidos en la Fórmula 1
Foto de un coche de Minardi (Cordonpress).
“Las estadísticas que tengo desde que McLaren entró en Fórmula 1, con el moderado éxito de haber ganado casi una cuarta parte de las carreras y subido al podio en la mitad de ellas, es que casi cien equipos han desaparecido, lo que confirma la volatilidad del deporte”. Era 2011, cuando Martin Whitmarhs se refería a semejantes estadísticas, y lo hacía en medio del debate de los equipos con tres coches que ya entonces se suscitaba. Poco se hizo cuando tres años despues, y a pesar de las claras señales, hay dos equipos menos en la parrilla
Ya se conocía por entonces que las exigencias tecnológicas y económicas estaban poniendo contra las cuerdas a varios equipos. Sin embargo, en la Fórmula 1 se apretó más si cabe el torniquete con los nuevos motores. Pero también es cierto que la complejidad técnica y económica hacen de este un entorno donde la darwiniana selección natural encuentra un ecosistema perfecto. Incluso equipos campeones del mundo yacen bajo su losa.
Mercedes, con los genes del gran Ken Tyrell
Cabe precisar que el centenar de equipos al Whitmarsh se referiría a escuadras que han sido compradas o renombradas. Muchos nombres han desaparecido, pero la estructura o la licencia seguía viva. Qué decir de Mercedes, por ejemplo, el equipo que domina con mano de hierro la Fórmula 1 actual. Tirando del hilo, llegaríamos a unos orígenes casi preshistóricos. En 1973, Ken Tyrrell y Jackie Stewart eran los reyes de la Fórmula 1. En Fórmula 1 desde 1968, el venerable Ken,no supo adaptarse a los tiempos de la era turbo y a las necesidades económicas de los ochenta.
Fue la multinacional tabaquera BAR la que adquirió el equipo en 1997 a toda una leyenda de este deporte, para convertirlo en el British American Racing de Jacques Villeneuve, absorbido a su vez por Honda, que daba la espantada a finales de 2008 para que Ross Brawn ganara un título con su estructura, y que a finales de aquella temporada fue adquirido por Mercedes. Esto es pedigrí. El gran Ken Tyrrell debe estar partiéndose de risa en las alturas…
Jackie Stewart gana en Monza el título mundial de 1969 (Cordon Press).
Red Bull, Lotus, Force India, también cuentan con muchos ancestros
Red Bull poco tiene que ver al equipo Stewart que forma parte de sus raíces primigenias. La escuadra creada por el tricampeón del mundo años sería vendida a Ford tres años después, que lo convirtió en Jaguar. Equipo también de Pedro Martínez de la Rosa en su día, se llegó a escuchar en 2002 al carismático presidente de la multinacional, Jac Nasser, que quería ver algún día las tribunas del Motodrom de Hockenheim tapizadas con el verde del equipo frente al rojo de Ferrari y Schumacher que ondeaban sin piedad. Dos años Red Bull se quedaba con el equipo…
Por ejemplo, el nombre de Minardi, con el que debutara Fernando Alonso, ya no existe, pero gran parte de su estructura y miembros sobrevive bajo Toro Rosso, el hermano pequeño de Red Bull. El Lotus actual también tiene hilo del que tirar. Los dos títulos el piloto español se lograron con Renault, que venía a su vez de Benetton, a su vez de Toleman.
Rastrear el pasado del actual Force India nos llevaría, por ejemplo, a trazar una genealogía que también haría sudar al mejor de los expertos en la materia, y sus trabajadores supervivientes desde los tiempos de Jordan deben tener ya un buen caparazón formado por las capas de haber visto pasar por sus despachos directivos a todo tipo de personajes con diferentes grados de solvencia e integridad. Nos falta espacio aquí…
Fernando Alonso en su Minardi (Cordon Press).
Grandes nombres, enterrados bajo tierra
Pero es cierto que muchos equipos han desaparecido de la faz de la Fórmula 1. Volviendo la vista atrás, parecía impensable que algunos nombres ilustres llegaran a evaporarse totalmente. Por ejemplo, en 1973 el mencionado Tyrrel y Lotus se jugaron el título entre sus pilotos. El equipo Brabham de Bernie Ecclestone quedó tercero. Este último logró dos títulos con Nelson Piquet en 1981 y 1983…
Pues bien, la escuadra con la que Colin Chapman revolucionó técnicamente la Fórmula 1 en numerosas ocasiones, el equipo de Jim Clark, Emerson Fittipaldi, Ronnie Peterson, Mario Andretti y Ayrton Senna fue progresivamente degradando su aureola desde la muerte de su fundador hasta su desaparición total en 1994. Gerard López, un verdadero entusiasta y conocedor de la historia de la Fórmula 1, tuvo el mérito de recuperar el nombre, pero la escuadra moderna nada tiene que ver con la herencia de aquella.
¿Qué decir de Brabham? Dos títulos de Constructores y cuatro de Pilotos, una increíble nómina de ilustres al volante, con el genial Gordon Murray pionero de tendencias técnicas, BMW como socio en la era turbo, con Ecclestone como propietario, también comenzó a languidecer cuando el patrón tenía metas más ambiciosas en mente para la Fórmula 1 y se deshizo del equipo a finales de 1987. Aguantó hasta 1992.
Ayrton Senna con Lotus en 1993 (Cordon Press).
Hasta un equipo español...
En las últimas dos décadas, otros muchos equipos también han desaparecido totalmente. Quizás el caso más llamativo haya sido el de la multinacional Toyota, que echó el cerrojazo en 2009 tras ocho temporadas sin victorias y cientos de millones de euros enterrados en Colonia. Un caso triste y singular.
Pero también fenecieron sin continuidad nombres ilustres como March (fundado entre otros, por Max Mosley) Surtess (del campéon del mismo nombre) Prost (comprado a Ligier), así como una plétora de en su día ilustres nombres italianos (Coloni, Osella, Scuderia Italia) británicos (el Arrows de Pedro Martínez de la Rosa, Pacific, Simtek, Lola) franceses (Larrousse) el SuperAguri japonés, o desgraciada y más recientemente, el HRT español…
Es lógico que selección natural en el ultracompetitivo ecosistema de la Fórmula 1 elimine a las especies más débiles y peor adaptadas al medio. Siempre será así. Hoy aún desconocemos en qué grupo terminarán Caterham o Marussia, el de los rescatados o los enterrados. Pero que la mitad de la parrilla actual esté pidiendo mascarillas de oxígeno nos invita a pensar que, en esta ocasión, no se trata solo de Charles Darwin.
http://www.elconfidencial.com/deportes/f...-1_429371/