14-04-2015, 12:15
Perdonad si ya habéis leído este artículo, un saludo a todos los safetys y ánimo que esto no es como empieza, si no como acaba.
ARTÍCULOS LAF1.ES
El que ríe último, ríe mejor
33MIGUEL CARRICAS | 11 ABR 2015 - 20:32
No me quiero ni imaginar qué debe estar pasando esta noche por la cabeza de Fernando Alonso. Con un monoplaza falto de potencia, un equipo aún por estructurar, el peso de acumular nueve temporadas sin títulos, y una Ferrari que ha resurgido de sus vergüenzas a través de la genialidad de Arrivabene, Vettel y Allison, el asturiano debe soportar cómo su sufrimiento momentáneo sobre el asfalto viene acompañado por críticas destructivas que buscan únicamente hacerle daño, poniendo de manifiesto la gran injusticia que aficionados y medios de comunicación están cometiendo con su decisión de fichar por McLaren-Honda. Paciencia, qué término tan difícil de comprender...
El mayor problema de este panorama tan rocambolesco y surrealista estriba básicamente en una voluntad generalizada de analizar la situación de la Fórmula 1 con una preocupante falta de perspectiva. No lo olvidemos: La categoría reina del automovilismo no puede ser interpretada y analizada de la misma forma de otros deportes como el fútbol, pues lo cierto es que cualquier disciplina del automovilismo requiere generalmente de un riguroso análisis de todas sus variables para comprender realmente su reglamento deportivo y técnico, el comportamiento de los monoplazas, las diferencias entre pilotos e incluso la diversidad estratégica en las carreras.
En este sentido, diferentes sectores de la sociedad no dudan ni un segundo en cargar de forma desesperada contra Alonso simplemente por haber abandonado un proyecto oxidado, obsoleto, desorganizado y desilusionante como era aquella Ferrari carente de ambición en 2014, remolcada por la ilusión de un piloto que decidió buscar nuevos horizontes competitivos lejos de confirmarse cada domingo con ser el primero de los perdedores, el eterno segundón. Esos resultados ya han dejado de contentar la mentalidad competitiva de Alonso en sus últimos coletazos dentro de la Fórmula 1, y de este cambio de perspectiva nace su decisión de recalar en McLaren-Honda.
Quizá suene demasiado extremo, e incluso desafortunado para algunos, pero afirmar con contundencia que Alonso ha errado en su fichaje por McLaren-Honda simplemente echando un ojo a la tabla clasificatoria del Gran Premio de China forma parte de un análisis propio de barra de bar, y no de un aficionado serio a la Fórmula 1. Es cierto que muchas voces autorizadas cuestionan el movimiento del ovetense con hipótesis más racionales sobre el panorama de la F1 actual, pero no deja de ser curioso que muchos se atrevan a hacer mofas públicas sobre el bicampeón mundial al presenciar su impotencia por terminar 18º en la parrilla.
Por otro lado, el aprovechamiento de la mala situación de Alonso por parte de algunos medios de comunicación ha superado los límites de la indecencia, hasta el punto de seleccionar declaraciones puntuales del bicampeón para tratar de encontrar críticas encubiertas hacia su equipo por el accidente de Barcelona o la falta de potencial del MP4-30. Algunos medios de comunicación en el paddock han aprovechado las posiciones del ovetense para reírse de su persona a través de las redes sociales y crear una campaña de desestabilización hacia sus decisiones personales. En definitiva, dejarle en ridículo cuando más sencillo resulta.
Pese a la mala gestión que protagonizó McLaren del accidente de Barcelona, nunca se debió aprovechar la convalecencia del asturiano para tratar de ofrecer información no contrastada y sensacionalista, una situación que se repite dos meses después con el rendimiento del nuevo McLaren-Honda. Así, lo único que se hace es alimentar el ego de aquellos apiñados a la barra de bar que despiertan un sábado a la mañana y juzgan la personalidad y toma de decisiones de un piloto por una mala posición en la clasificación, evidenciando una falta absoluta de análisis sobre las ventajas y también debilidades de la nueva aventura de los de Woking. Cero argumentos. Cero criterio. Cero rigor. Cero información. Sólo atrevimiento por emitir juicios aleatorios.
Dudo realmente que todos aquellos escépticos con el rendimiento del nuevo coche de McLaren hayan contemplado la línea ascendente de rendimiento que ha protagonizado McLaren-Honda desde que arrancara la pretemporada aquella mañana soleada de Jerez. Es cierto que los test invernales fueron decepcionantes, y que aún se encuentran lejos de ofrecer toda la potencia del motor, pero existen los medios financieros y sobre todo técnicos para que Alonso vuelva a tener opciones de alzarse con el título en 2016. La temporada 2015 debería tratarse de un prolongado test invernal de 19 carreras donde los de Woking se mostraran parcialmente indiferentes a la hora de acatar las penalizaciones correspondientes a la utilización de más de cinco unidades de potencia, barrera que posiblemente superen apenas iniciada la gira europea.
Precisamente esta larga pretemporada es la que puede dar oxígeno a los de Woking en su intento por buscar resultados más ambiciosos de cara al próximo año, siempre y cuando la comunicación con los ingenieros de Honda no suponga un impedimento para asentar los cimientos que construyan posteriormente el binomio de esta dupla tan prometedora. Sin embargo, se trata de proceso evolutivo complejo y costoso que, como muchos otros aspectos de la F1, debe ser analizado con cautela, pues el panorama actual de McLaren apenas les sitúa en disposición de luchar con Force India pese a haber recortado en cada carrera una media de ocho décimas respecto a los líderes.
Profundizando algo más en la cuestión, es un hecho que la integración del motor con el monoplaza es una de las tareas más complicadas que esconde la Fórmula 1 actual. En el caso de Honda, lo que se percibe inicialmente como una tarea se convierte en un objetivo ciertamente ambicioso si tenemos en cuenta que tratan de explotar soluciones alternativas para hacer frente al dominio de Mercedes, mientras que McLaren construye un monoplaza extremadamente agresivo como atesora su parte trasera tan ajustada en el enlace con el escape o su pronunciado ‘rake’.
Es evidente que McLaren-Honda mejora. Poco a poco, pero lo hace. Y los presagios no son negativos. El propio Alonso ya lo sugiere desde Shangái: “Ahora son otros los que disfrutan, pero pronto seré yo quien lo haga”. O en otras palabras: Son ahora otros los que ríen, pero el que ríe último, ríe mejor. Ya está el último. Ahora sólo le falta reír. Y lo hará a carcajadas, en honor a los que le daban por muerto y pedían su cabeza a base de insultos. "Pedazo de imbécil"…
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El que ríe último, ríe mejor
33MIGUEL CARRICAS | 11 ABR 2015 - 20:32
No me quiero ni imaginar qué debe estar pasando esta noche por la cabeza de Fernando Alonso. Con un monoplaza falto de potencia, un equipo aún por estructurar, el peso de acumular nueve temporadas sin títulos, y una Ferrari que ha resurgido de sus vergüenzas a través de la genialidad de Arrivabene, Vettel y Allison, el asturiano debe soportar cómo su sufrimiento momentáneo sobre el asfalto viene acompañado por críticas destructivas que buscan únicamente hacerle daño, poniendo de manifiesto la gran injusticia que aficionados y medios de comunicación están cometiendo con su decisión de fichar por McLaren-Honda. Paciencia, qué término tan difícil de comprender...
El mayor problema de este panorama tan rocambolesco y surrealista estriba básicamente en una voluntad generalizada de analizar la situación de la Fórmula 1 con una preocupante falta de perspectiva. No lo olvidemos: La categoría reina del automovilismo no puede ser interpretada y analizada de la misma forma de otros deportes como el fútbol, pues lo cierto es que cualquier disciplina del automovilismo requiere generalmente de un riguroso análisis de todas sus variables para comprender realmente su reglamento deportivo y técnico, el comportamiento de los monoplazas, las diferencias entre pilotos e incluso la diversidad estratégica en las carreras.
En este sentido, diferentes sectores de la sociedad no dudan ni un segundo en cargar de forma desesperada contra Alonso simplemente por haber abandonado un proyecto oxidado, obsoleto, desorganizado y desilusionante como era aquella Ferrari carente de ambición en 2014, remolcada por la ilusión de un piloto que decidió buscar nuevos horizontes competitivos lejos de confirmarse cada domingo con ser el primero de los perdedores, el eterno segundón. Esos resultados ya han dejado de contentar la mentalidad competitiva de Alonso en sus últimos coletazos dentro de la Fórmula 1, y de este cambio de perspectiva nace su decisión de recalar en McLaren-Honda.
Quizá suene demasiado extremo, e incluso desafortunado para algunos, pero afirmar con contundencia que Alonso ha errado en su fichaje por McLaren-Honda simplemente echando un ojo a la tabla clasificatoria del Gran Premio de China forma parte de un análisis propio de barra de bar, y no de un aficionado serio a la Fórmula 1. Es cierto que muchas voces autorizadas cuestionan el movimiento del ovetense con hipótesis más racionales sobre el panorama de la F1 actual, pero no deja de ser curioso que muchos se atrevan a hacer mofas públicas sobre el bicampeón mundial al presenciar su impotencia por terminar 18º en la parrilla.
Por otro lado, el aprovechamiento de la mala situación de Alonso por parte de algunos medios de comunicación ha superado los límites de la indecencia, hasta el punto de seleccionar declaraciones puntuales del bicampeón para tratar de encontrar críticas encubiertas hacia su equipo por el accidente de Barcelona o la falta de potencial del MP4-30. Algunos medios de comunicación en el paddock han aprovechado las posiciones del ovetense para reírse de su persona a través de las redes sociales y crear una campaña de desestabilización hacia sus decisiones personales. En definitiva, dejarle en ridículo cuando más sencillo resulta.
Pese a la mala gestión que protagonizó McLaren del accidente de Barcelona, nunca se debió aprovechar la convalecencia del asturiano para tratar de ofrecer información no contrastada y sensacionalista, una situación que se repite dos meses después con el rendimiento del nuevo McLaren-Honda. Así, lo único que se hace es alimentar el ego de aquellos apiñados a la barra de bar que despiertan un sábado a la mañana y juzgan la personalidad y toma de decisiones de un piloto por una mala posición en la clasificación, evidenciando una falta absoluta de análisis sobre las ventajas y también debilidades de la nueva aventura de los de Woking. Cero argumentos. Cero criterio. Cero rigor. Cero información. Sólo atrevimiento por emitir juicios aleatorios.
Dudo realmente que todos aquellos escépticos con el rendimiento del nuevo coche de McLaren hayan contemplado la línea ascendente de rendimiento que ha protagonizado McLaren-Honda desde que arrancara la pretemporada aquella mañana soleada de Jerez. Es cierto que los test invernales fueron decepcionantes, y que aún se encuentran lejos de ofrecer toda la potencia del motor, pero existen los medios financieros y sobre todo técnicos para que Alonso vuelva a tener opciones de alzarse con el título en 2016. La temporada 2015 debería tratarse de un prolongado test invernal de 19 carreras donde los de Woking se mostraran parcialmente indiferentes a la hora de acatar las penalizaciones correspondientes a la utilización de más de cinco unidades de potencia, barrera que posiblemente superen apenas iniciada la gira europea.
Precisamente esta larga pretemporada es la que puede dar oxígeno a los de Woking en su intento por buscar resultados más ambiciosos de cara al próximo año, siempre y cuando la comunicación con los ingenieros de Honda no suponga un impedimento para asentar los cimientos que construyan posteriormente el binomio de esta dupla tan prometedora. Sin embargo, se trata de proceso evolutivo complejo y costoso que, como muchos otros aspectos de la F1, debe ser analizado con cautela, pues el panorama actual de McLaren apenas les sitúa en disposición de luchar con Force India pese a haber recortado en cada carrera una media de ocho décimas respecto a los líderes.
Profundizando algo más en la cuestión, es un hecho que la integración del motor con el monoplaza es una de las tareas más complicadas que esconde la Fórmula 1 actual. En el caso de Honda, lo que se percibe inicialmente como una tarea se convierte en un objetivo ciertamente ambicioso si tenemos en cuenta que tratan de explotar soluciones alternativas para hacer frente al dominio de Mercedes, mientras que McLaren construye un monoplaza extremadamente agresivo como atesora su parte trasera tan ajustada en el enlace con el escape o su pronunciado ‘rake’.
Es evidente que McLaren-Honda mejora. Poco a poco, pero lo hace. Y los presagios no son negativos. El propio Alonso ya lo sugiere desde Shangái: “Ahora son otros los que disfrutan, pero pronto seré yo quien lo haga”. O en otras palabras: Son ahora otros los que ríen, pero el que ríe último, ríe mejor. Ya está el último. Ahora sólo le falta reír. Y lo hará a carcajadas, en honor a los que le daban por muerto y pedían su cabeza a base de insultos. "Pedazo de imbécil"…
Después de muchos años en la Fórmula Uno noto una nueva motivación y la adrenalina de competir al máximo nivel con el mejor equipo posible